Santiago Segura: «Prefiero sentirme querido como director que respetado»

–Con 'A todo tren' se reafirma en el cine familiar. ¿Qué ha encontrado en este formato?

–¿Éxito? ¿Regocijo, alborozo y diversión del espectador? ¿El cariño del público infantil? De todo un poco, la verdad.

–'A todo tren' es una pesadilla hecha comedia. Su personaje tiene que llevar a un grupo de niños a un campamento, pero los pequeños acaban viajando solos en un tren. Es quizás uno de los mayores miedo de los padres....

–Efectivamente. Y bien sabido es que la tragedia del prójimo da mucho juego para la comedia. Los padres podrán reírse de lo que es nuestra peor pesadilla. Por eso se me ocurrió el 'tag line' «Una divertidísima aventura (siempre que no te pase a ti)».

–¿Es un humor blanco o tiene algo de su parte más canalla?

–Como diría mi amigo Mota, «es blanco roto, no es blanco nuclear». Aunque la película sea para todos los públicos, siempre hay algunos gags más ácidos o desparramados que me es imposible evitar.

–Su hija Sirena también repite aquí delante de las cámaras. Esto empieza a ser ya serio. ¿Ve en ella futuro en la interpretación?

–No quiero ver ningún futuro, quiero que ella elija poco a poco su camino, que se vaya preparando y decida lo que más feliz le pueda hacer. Dos directores han querido contratarla para sus películas y también nos han llamado de una serie. Su mánager, un servidor, ha dicho que no. Lo importante ahora es la formación escolar, y como las películas son una experiencia divertida y enriquecedora para ella, que haga las de su padre, que ya se ocupa de rodar en Navidades o en la semana blanca para que no pierda colegio más que unos pocos días.

–Con todo lo que sabe de este mundo, ¿no preferiría que escogiera otro camino?

–Yo preferiría que cogiese una profesión más estable y en la que no tuviese que estar pendiente de los vaivenes de la industria, pero es que tampoco conozco muchas de esas… como no ponga una funeraria, que es donde nunca faltan clientes.

–Y ahora que sus hijas ya pueden ver sus películas, ¿qué piensan?

–Como salen ellas, ¡les encantan!

–Desde 2018 va a película por año. ¿Cómo se hace eso?

–Algo primordial es haber encontrado una coguionista maravillosa, Marta González de Vega. A mi antigua velocidad de escritura en solitario iba a 'Torrente' cada tres o cuatro años. Tener un guion óptimo es básico.

–Lanzar dos películas en pandemia (estrenó la segunda parte de 'Padre no hay más que uno' y ahora esta) es una proeza. ¿Tiene muchos apoyos o se la juega de su bolsillo?

–Muchísimos apoyos. En esta solo soy un 15% de la producción. Mi socia, María Luisa Gutiérrez, que es una genia y lleva conmigo desde hace 20 años se encarga de levantar la financiación. Los socios mayoritarios son otros.

–Pero usted también asume sus riesgos, más aún en estos tiempos de salas vacías. ¿Por qué no esperar a que vuelva la normalidad? ¿los cines le necesitan?

–En plena pandemia pensé lo mismo, igual espero a la 'normalidad', a los aforos completos y quizás entonces no haya cines para estrenar. Creo que los cines necesitan películas y el público necesita alegría y entretenimiento. Ojalá vaya todo bien.

–Sus películas están siempre entre las más taquilleras. ¿Se siente respetado por la profesión como director?

–A mí no me importa demasiado lo del respeto. Prefiero sentirme querido que respetado. Y creo que la profesión me tiene simpatía, que a mí ya me valdría. Si el público me visualiza como un director divertido o cachondo a mí me hace más feliz que ser percibido como prestigioso o laureado, por ejemplo.

–Pero sea sincero, ¿no ha echado en falta alguna nominación al Goya en su carrera? Desde el primer 'Torrente' no ha habido más.

–Soy muy sincero, me hubiese gustado alguna nominación técnica para el equipo, pero nada más.

–¿No cree que algo falla en la industria cuando el director más taquillero del país no está en su lista de premiados?

–No creo. Yo no puedo pedir más mientras el público me premie con su presencia y siga asistiendo a ver mis películas. Me siento sobradamente recompensado, te lo digo de corazón.

–¿Y qué sucede como actor? Sus papeles más importantes en los últimos años son los que se da a sí mismo.

–Esto me temo que va a seguir así. Si me llamase mañana Amenábar, los Trueba, Álex De la Iglesia, Javier Ruiz Caldera o cualquiera de los directores a los que admiro, qué tampoco son demasiados, me pondría muy contento, pero como no me llama nadie, me conformo con el director este tan cachondo que sí que me llama siempre de 'prota' y que me tiene mucho cariño.

–¿Por qué cree que es así?

–Creo que cuesta ver a un personaje que canta, cocina o presenta alegremente en televisión en cualquier papel cinematográfico creíble. Aparte del encasillamiento 'torrentiano'. Así que me lo monto yo solito. Y me costó que me dejasen protagonizar 'Padre no hay más que uno'… No me veían de padre de familia. Es complicado arriesgar o saltarse los prejuicios, pero a mí, como soy el mayor interesado, me merece la pena.

–¿Cree que, pese al éxito de público y la legión de seguidores que tiene, la saga 'Torrente' ha sido un estigma en cierta forma?

–Los grandes éxitos conllevan un gran reconocimiento… y un enorme encasillamiento

–La posibilidad de un 'Torrente 6' parece cada vez más lejana. Se le ve a gusto en este camino.

–Estoy muy tranquilo afrontando nuevos retos. Pero sin ningún reparo de meterme en la piel de Torrente otra vez en cuanto tenga un guion que me apetezca llevar a la pantalla

–Pero cuanto más tarde en llegar el nuevo Torrente, ¡más tiempo tiene para mantenerse en forma!

–Esa es la gran putada. No me imagino un Torrente delgado, a Torrente le queda muy bien el sebo, la grasa, el tonelaje excesivo… pero Santiago Segura no está muy conforme con obstruir sus arterias y debilitar aún más sus articulaciones con el sobrepeso, que ya tiene una edad la criatura.

–¿Cree que la gente le conoce? Tiene una imagen de tipo despreocupado y desenfadado, pero su trayectoria demuestra entrega, disciplina y autocontrol.

–Creo que soy ambas cosas. En lucha constante.

–Y tiene algo de visionario. Una vez soñó que José Luis Moreno lideraba una red mafiosa. Y le dio ese papel en 'Torrente 2'. ¿Le ha sorprendido su detención?

–Para mí ha sido un auténtico shock. Mi experiencia rodando con él en Marbella fue increíble. Fue muy generoso, disciplinado y divertido, ganándose mi amistad de por vida. Desearía que todo esto fuese un mal sueño, todo pinta terrible, pero la presunción de inocencia es un derecho que habría que respetar.