La película provoca una tensión en el espectador que no desaparece en sus más de dos horas de duración
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'El salario del miedo': Arriesgar la vida para sobrevivir

El filme de H. G. Clouzot retrata con maestría la sensación atemporal que sufren aquellos que no tienen nada que perder y que se enfrentan a la muerte para poder seguir viviendo

Lunes, 22 de marzo 2021, 01:12

Jugarse la vida para poder sobrevivir. Una paradoja que aunque a priori llame la atención, se puede observar como una verdad inalterable. Así lo relata con maestría Henri-Georges Clouzot en una de las dos obras maestras que rodó el director francés en su ... vida; 'El salario del miedo' (1953), un filme que junto a 'Las diabólicas' (1955) llevó al realizador a convertirse en un icono del cine galo, aunque estuvo algunos años sin poder rodar en su país por motivos políticos.

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Más allá del trasfondo casi metafórico, 'El salario del miedo' es un referente en el género del suspense, un filme que el propio Alfred Hitchcock hubiera aceptado rodar con los ojos cerrados. De hecho, el paralelismo entre ambos directores alcanzó su punto álgido unos años más tarde, cuando las fuentes de la época aseguraron que Clouzot le 'robó' al director británico los derechos de 'Las diabólicas' apenas unas horas antes de que Hitchcock le ofreciera comprarlos a los escritores de la novela, Pierre Boileau y Thomas Narcejac.

El salario del miedo (1953)

Director : H. G. Clouzot

Reparto : Yves Montand, Charles Vanel, Véra Clouzot, Peter van Eyck, Folco Lulli

Premios : Palma de Oro en Cannes. Oso de Oro en Berlín. Mejor película en los BAFTA

Dónde verla : Prime Video

Como compensación por lo ocurrido, los novelistas fabricaron un texto para el rey del suspense, que a la postre acabaría por convertirse no solo en su mejor película, sino en una de las obras maestras más grandes de todos los tiempos; 'De entre los muertos: Vértigo'. Aun así, el británico admitió que 'Las diabólicas' era una de las mejores películas de suspense que se habían rodado, y de hecho acabaría sirviendo como inspiración para sus obras posteriores.

En 'El salario del miedo' el suspense es la cobertura del proyecto, pero el interior es aún más interesante. El pueblo ficticio de Las piedras –donde se sitúa la acción al comenzar la película– ya se ha visto antes en otros largometrajes. O mejor dicho, quizá sea a partir de esta película cuando se forjó un lugar común del ámbito narrativo. Por ejemplo, es muy fácil relacionar este pueblo y su bar con el Tatooine de 'Star Wars: Una nueva esperanza', así como de su punto de partida argumental. Personas que no tienen nada que perder y que se enfrentan a una misión compleja e imposible porque es el único camino viable que les queda en sus vidas. La peor cara del capitalismo hecha carne. Arriesgar la vida por dinero, porque hay quien está dispuesto a pagar por ello.

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Aunque 'El salario del miedo' fue rodada en Francia, la historia sucede en algún país sudamericano. Curiosamente, Clouzot quería grabar en España, pero el escritor de la novela, Georges Arnaud, se negó a trabajar en nuestro país mientras Francisco Franco siguiera en el poder. Aunque estaba previsto que el proceso de rodaje apenas se prolongara durante dos meses, las condiciones meteorológicas de la Camarga francesa no lo permitieron. El terreno se embarraba con la lluvia e impedía que los camiones pudieran avanzar, mientras que el viento destrozó el set en más de una ocasión. Por si esto no fuera poco, Clouzot se fracturó un tobillo y estuvieron algunos meses sin poder trabajar. Finalmente, la producción tocó a su fin en el verano de 1952, aunque la paralización provocó que 'El salario del miedo' costara 50.000 francos más de lo previsto.

Henri-Georges Clouzot (en el centro) en un momento del rodaje de 'El salario del miedo' en 1952

La frase de la película

Dick (al resto de sus compañeros de la compañía Southern Oil) : «De niño veía a los hombres marchar a estos trabajos y no volver. Y los que lo hacían, volvían con el pelo blanco y las manos temblorosas, como los viejos. No sabéis qué es el miedo, pero lo veréis. Y es contagioso como la peste. Cuando lo coges, es para siempre».

Esta película fue una de las primeras que rodó el director francés en su país tras el veto de al menos dos años que provocó al estrenar 'El cuervo' en 1943. Entonces, desde la Resistencia francesa se le acusó de colaboracionista con el Gobierno de Vichy; una acusación que le lastró en términos profesionales durante buena parte de su carrera.

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Quizá fuera esa necesidad de seguir hacia adelante la que le impulsó –como a los protagonistas del filme– a rodar una maravilla a la que no le falta ni un solo plano. Una enciclopedia de cómo dirigir; una lección inolvidable de casi dos horas y media que dejan sin respiración al espectador. Una película, 'El salario del miedo', idónea para cualquier época, pero especialmente dedicada a aquellos a los que la vida solo les ha brindado un único y complejo camino que seguir.

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