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El año 1929 fue especialmente sangriento en Chicago. La Ley Seca hacía estragos diarios en la capital de Illinois; y la acción criminal llegó a su punto álgido con la Matanza de San Valentín, una trama urdida por Al Capone en la que los ... gángsters de su banda se hicieron pasar por policías para poder eliminar a sus rivales a pleno día y sin que nadie sospechara.
Visto en perspectiva, que Billy Wilder usara este capítulo como prólogo para contar una historia de hombres travestidos y ricos homosexuales forma parte de la gran broma que supone 'Con faldas y a lo loco' ('Some like It Hot' en su título original); calificada para la mayoría de expertos como la mejor comedia de la historia: dos músicos muertos de hambre que se travisten y se apuntan a una orquesta de mujeres para huir de la banda de 'Botines' Colombo, que les persigue por haber sido testigos de un crimen.
Pero lejos de parecerse al resultado, el rodaje tuvo más bien episodios de melodrama, una constante cuando Marilyn Monroe andaba por medio. Como Wilder ya había tenido una mala experiencia con ella varios años antes con 'La tentación vive arriba', el director se lo pensó mucho. Ni siquiera cuando el anterior filme estuvo terminado acabaron los problemas, ya que la famosa escena de márketing de Monroe con el vestido blanco originó la última discusión entre la actriz y Joe DiMaggio, que se separaron a continuación.
Lo primero que tuvo que hacer Wilder fue convencer a la intérprete de que la película fuera en blanco y negro, un hecho que solo aceptó tras la prueba de cámara. Sin embargo, la situación emocional de Monroe (en esos momentos ya casada con Arthur Miller) le hacía imposible memorizar las frases. El famoso «¿Dónde está el bourbon?» se tuvo que repetir hasta cincuenta veces. Wilder, desesperado por su actitud, terminó por colgar grandes carteles con sus frases para que solo tuviera que leerlas.
Además, Marilyn se quedó embarazada a mitad de la película, y Miller exigió a Wilder que bajara el nivel del rodaje y que lo evitara por las tardes. «Pero es que llega todos los días después de las doce. Tráemela a las nueve y a las once y media esta fuera», le espetó el director al escritor en una frase tan paternalista como lo era en general aquella época.
La relación del equipo con Monroe no fue la única complicación del rodaje. En una industria que vivía aún bajo el yugo del código Hays, encontrar a dos actores que quisiera travestirse no fue nada sencillo. Wilder lo intentó primero con Sinatra, pero éste, amigo de DiMaggio y reacio a un papel así, le dio literalmente plantón al realizador en un almuerzo. Tony Curtis decidió aceptar el papel sin saber exactamente cuál de los dos haría, mientras que Jack Lemmon decidió decir que sí solo porque se lo ofrecía Wilder, y su postura fue aún más constructiva. No en vano, aquella fue la primera colaboración Lemmon-Wilder, pero después se repitió hasta en seis ocasiones más.
Director: Billy Wilder. Reparto: Marilyn Monroe, Jack Lemmon, Tony Curtis. Premios: Un Oscar (Vestuario) y seis nominaciones; tres Globo de Oro (Película, Monroe y Lemmon). Dónde verla: A la venta en Blu-ray y DVD.
Para ayudar a los dos actores en su caracterización, el director contó con la ayuda de Barbette, una transformista histórica que en los años 20 había llegado incluso a encandilar e influenciar a personajes de la talla de Alfred Hitchcock y Jean Cocteau. En esta tarea, Curtis fue mucho más aplicado que Lemmon. Consiguió aprender a mover las caderas y cruzar las piernas como una mujer; mientras que al segundo le costaba disimular su masculinidad: todo un triunfo que aumentaba la comicidad de su personaje.
El filme tuvo una acogida irregular al principio, aunque finalmente pasó a ser la tercera más taquillera del año. En España, la censura evitó emitirla por ser «una película de maricones», aunque en algunos lugares como en Kansas se cortaron partes de ella. 'Con faldas y a loco' dejó el legado de su última frase. Ese «nadie es perfecto» de Daphne dirigido al señor Fielding. Pero por encima de todo, el trabajo de Wilder con Monroe permitió el primero hiciera la mejor definición de la actriz de toda la historia: « Tenía una especie de vulgaridad elegante. Y cuando recordaba el diálogo, estaba absolutamente increíble. Si hacían falta 80 tomas, se las daba, porque la 81 era perfecta».
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