«Solterón, na: Dicho de una persona entrada en años y que no se ha casado». Esta es la definición del Diccionario de la Lengua ... Española en versión actualizada 2020. Pese a lo políticamente correcto y el eufemismo sobre la edad, la definición sigue arrastrando la herencia del pasado. Y lo que no dice esta descripción es que, mientras el solterón está aceptado socialmente e incluso bien visto, la versión femenina del término está todavía cargada de una mirada despectiva y de superioridad moral hacia la mujer no casada. «La propia palabra tiene una carga negativa grandísima, casi sinónimo de 'pobrecilla', y lo hemos vivido de cerca porque en todas la familias hay una tía soltera, así que me puse a investigar y me di cuenta que aquí había un documental», relata Manuel Jiménez Nuñez, director de la productora Yolaperdono que lleva más de dos años trabajando en la financiación del largometraje 'Solteronas' que, tras el apoyo de Castilla La Mancha Media y Canal Sur, acaba de sumar una ayuda de 27.000 euros de la Junta de Andalucía que completa su presupuesto total de algo más de 90.000 euros. La cinta se rueda este 2021 en Málaga y Huelva. «Si el covid-19 no lo impide», aclara el cineasta.
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La intención del director es ponerle rostro y verdad a las solteronas a través de seis mujeres de más de 70 años para que ellas mismas cuenten su experiencia frente al estereotipo que han creado de ellas el cine, la literatura, la música y el teatro hasta el punto que esa imagen es la que se impuso en la conciencia colectiva. «Junto a los testimonios vamos a mostrar cómo se han representado estos personajes en el arte que ha ejercido una pedagogía invisible ya que, sin que te educaran directamente en esa discriminación, la solterona fue calando en la sociedad como una persona triste y fracasada por el simple hecho de no estar casada ni tener hijos», cuenta el cineasta malagueño que, junto a Serrana Torres y Tània Balló, se encargó de sacar del olvido a la mujeres de la Generación del 27 en el proyecto multimedia y documental 'Las Sinsombrero', del que está concluyendo ahora la tercera entrega.
Precisamente fue dirigiendo esta última producción cuando reparó en el estigma de la solterona. «Cuando retratábamos a las mujeres en el exilio en la época del franquismo reparé en los casos de aquellas que, además de expatriadas, no tenían pareja», explica Manuel Jiménez, que añade que la marca de la solterona no es un fenómeno autóctono sino internacional, pero en la etapa de la dictadura se convirtió en una imposición social ya que «la función que se le asignó a la mujer fue la de esposa, madre y ama de casa».
El autor, que con la productora Yolaperdono también participa este año en los documentales 'Te fuiste al alba' y 'Mi última condena', ha contado además con la colaboración de la profesora de Literatura Española de la Universidad de Málaga Amparo Quiles, que ha estudiado la representación de la soltera en la literatura y el teatro español. «Si lees ahora 'La tía Tula' o ves 'Calle Mayor' encuentras que siempre hay una solterona de por medio y está retratada como una amargada», manifiesta Jiménez Nuñez, que pone como ejemplo el recurrente personaje de la tía no casada que vive por y para sus sobrinos o sus padres o, en el caso de ancianas, su presentación como «vieja bruja o la loca de los gatos».
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Mucho cliché popularizado por libros y películas, pero también por la copla. «Las letras que hablan de la soltería de la mujer son tremendas y crueles, y por eso la banda sonora de la película recuperará estas canciones», adelanta el director de los documentales 'El pésimo actor mexicano' —sobre el poeta y articulista Manuel Alcántara— y 'Conversaciones ajenas', que ya cuenta con Martirio para ponerle la voz y la música a esas tonadillas. Y aunque hoy día aquellos roles femeninos del franquismo están superados, la palabra solterona no se ha podido desligar de su marca negativa, pese a que como apunta Jiménez Núñez aquellas mujeres fueron profesionales, artistas o investigadoras brillantes que, al carecer de descendientes, manejaban además un importante poder económico.
Paradójicamente, esa libertad financiera de la mujer no ha podido contrarrestar la herencia de la solterona, por lo que socialmente se ha adoptado otro término, el anglicismo 'single', para resetear el modelo de la mujer independiente sin los estigmas del pasado. «Las marcas se han dado cuenta de que tienen dinero para gastar y ahora son clientas, pero desgraciadamente toda mujer que hoy tiene cuarenta años ha sentido esa presión de casarse y tener hijos», reflexiona el director que añade que pese al avance de la sociedad, estas situaciones de discriminación son de «anteayer»: «No es que pasara hace dos siglos, sino que lo vivieron nuestras abuelas, tías y madres».
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