Secciones
Servicios
Destacamos
La historia comienza en un cementerio. Aunque nada que ver con Halloween. El dramaturgo Carlos Zamarriego paseaba con curiosidad por el Cementerio Internacional de Benalmádena cuando una lápida le llamó la atención. Rezaba el nombre de Paul Lukas y el escueto mensaje de «actor». Y ... para un autor teatral acostumbrado a trabajar con intérpretes, aquello le picó la curiosidad porque no le sonaba en absoluto el personaje. Fue así como dio con la vida del famoso y hoy olvidado actor estadounidense de origen húngaro que le arrebató al mismísimo Bogart el Oscar por 'Casablanca' y que, tras vivir en la Costa del Sol, dejó en su testamento que para protagonizar el sueño eterno –título de otra película de Humphrey, por cierto– lo enterraran en el camposanto malagueño. Y allí, esperándole, se lo topó su ahora biógrafo. «Fue como si alguien dentro de 50 años encontrara ahí enterrado a Brad Pitt», ilustra Zamarriego, que ayer reclamó el legado de este intérprete en el homenaje que le dedicó, al fin, el Festival Internacional de Benalmádena (FICCAB). Al fin, porque en 1970 el predecesor de este certamen lo intentó sin éxito.
Y es que todo en la vida de Paul Lukas suena a película. Un tipo que arrasó en Hollywood y que encontró en el Torremolinos de los años 50 y 60 el paraíso en el que vivir el resto de su vida. Y de su muerte. «Fue un galán del cine mudo y de los años 30, ganó el Oscar y se convirtió en un secundario de lujo en los 50 y 60», resume Carlos Zamarriego, que se lanzó a investigar el personaje y se ha convertido en el mayor especialista en la vida del actor, al que le puso cara cuando repasó su filmografía y vio que había encarnado al profesor Aronnax en el 'blockbuster' de Disney '20.000 leguas de viaje submarino' (1954). Fue entonces cuando descubrió que la segunda edición de la mítica Semana de Cine de Autor de Benalmádena (Sicab) quiso hacerle un homenaje en 1970 con la proyección de una película, pero el filme no llegó a tiempo y el reconocimiento no se celebró.
La película no era cualquiera, sino la cinta con la que Lukas ganó el Oscar y el Globo de Oro, 'Watch on the Rhine' ('Alarma en el Rin', 1943), superando no solo a Bogart y a Gary Cooper ('Por quien doblan las campanas'), sino a su propia compañera de reparto en aquel filme, la diva Bette Davis, que no fue premiada. La proyección de este filme alimenta todavía más la leyenda de la Semana de Benalmádena y su célebre desafío a la censura. Y es que este filme se basaba en una obra de teatro de Lillian Hellman que alertaba de la expansión del fascismo en Europa y que tenía como protagonista a un alemán que luchaba contra el nazismo e incluso había combatido a Franco. Razón de peso argumental por la cual probablemente «no llegó a tiempo» a la proyección. «Cuando les conté a los responsables del festival que no se pudo hacer el homenaje original, el certamen localizó la película y ha cerrado el círculo celebrando el homenaje a Paul Lukas 53 años después de que lo intentaran el alcalde Enrique Bolín y el director Luis Mamerto López-Tapia», confiesa triunfante el biógrafo y autor.
Un homenaje que también ha supuesto la reivindicación de un personaje pionero de aquella naciente Costa del Sol. Al menos se sabe que desde 1956, Lukas ya residía largas temporadas en Torremolinos, a donde llegó probablemente «de la mano de su amigo y guionista húngaro Andrés Laszlo, que escribió 'Mi tío Jacinto', un filme que dirigió otro compatriota, Ladislao Vajda, y que se rodó en Málaga», descubre Carlos Zamarriego, que rechaza lo que habitualmente se repite en las reseñas sobre Lukas sobre si llegó a EE UU escapando del ascenso de los nazis. «No salió huyendo de nada, ya que llegó en 1927 a la Paramount a probar suerte y triunfó en el cine mudo y después aprendió inglés en apenas seis meses y se adaptó al sonoro».
No obstante, sí que resulta contradictorio que el ganador del Oscar por encarnar a un opositor al bando golpista de la Guerra Civil acabara encontrándose como en casa en la España de la dictadura. «Nunca voy a decir que fuera franquista, pero que estuviera cómodo en aquella España sí era una paradoja. En realidad, él fue un antifascista y, después de la II Guerra Mundial, fue un convencido anticomunista», aclara el autor de la obra teatral 'Al final no voy a cenar' –actualmente en la cartelera del Teatro Lara de Madrid–, que desde que se encontró a Lukas en el cementerio no ha podido despegarse de su alargada sombra.
Aunque hoy olvidado, la fama de Paul Lukas fue universal y trabajó tanto con los más grandes actores (Katherine Hepburn, Errol Flynn, James Mason, Peter O'Toole, Ava Gardner, Glenn Ford…) y directores (George Cukor, John Huston, Vincente Minnelli, Alfred Hitchcock...). Su fama era tal que incluso el productor Michael Todd Jr. se empeñó en contratarlo para el rodaje en Málaga de 'Esencia de Misterio' (1960) cuando se enteró que Lukas vivía en Torremolinos. La película iba a hacer historia y lo hizo, aunque en lo negativo. Iba a ser una revolución cinematográfica al ser la primera película con olores, pero quedó en un estrepitoso fracaso. Y olvidada. Como muchas de las películas de Lukas. Curioso paralelismo.
Al actor le sorprendió la muerte en Tánger en 1971, cuando estaba de visita. Tuvo un problema de salud y lo internaron, pero curiosamente quien murió de repente fue su mujer, Annette M. Driesens. «Al día siguiente, del impacto de la noticia el propio Lukas también falleció», relata Carlos Zamarriego, que añade que el actor de 'Alarma en el Expreso' y 'Los cuatro jinetes del Apocalipsis' dejó claro que su última voluntad era descansar en el Cementerio de Benalmádena. El lugar en el que este trotamundos húngaro nacionalizado estadounidense encontró su sitio. Unos días antes de viajar a Marruecos hizo una atípica entrevista con el diario 'Pueblo' en un chiringuito de Torremolinos con espetos, vino y chapuzones entre pregunta y pregunta. Y sin saberlo, sus palabras se convirtieron en su despedida: «No hay jubilados, ni exilio. Hay hombres de bien y hombres de mal. Hombres resignados y hombres amargados. Yo soy un resignado feliz. Trato de ser un hombre de bien. ¿Nadamos?».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.