Michael Madsen, en la célebre escena, en la que bailaba y torturaba a un policía en 'Reservoir Dogs'. SUR

Masterclass de cine negro con la oreja cortada de Tarantino

Fernando Marías y Jesús Lens ofrecen un repaso a las relaciones de música y películas 'noir' en el regreso de la actividad presencial al centro cultural La Malagueta

Miércoles, 10 de marzo 2021, 00:34

Si pensamos en un garito con gángsters, la primera imagen que se nos viene es el humo, las pistolas y una banda de jazz. La literatura negra y la música de improvisación nacieron de forma casi paralela a comienzos del siglo XX. Una fusión que ... los libros contagiaron al cine que fue evolucionando y pasando del jazz al rock, el pop, el heavy y lo electrónico. Ese es el camino que ayer recorrieron el escritor Fernando Marías y el especialista y director del festival Granada Noir, Jesús Lens, que reabrieron las actividades presenciales del centro Cultural La Malagueta de la Diputación con un mano a mano cinéfilo-melómano, con la coordinadora del ciclo 'Somos noir', Marta Robles, como testigo. Un duelo convertido en clase magistral al que hubo que prestar mucho oído para escuchar más que ver todas esas escenas negras que forman parte del imaginario colectivo. Y no perder la oreja como ese pobre agente torturado en un garaje que se quedó sin apéndice cuando el Señor Rubio salido de la mente de Quentin Tarantino en 'Reservoir Dogs' (1992) daba rienda suelta a su sadismo al ritmo pegadizo de 'Stuck in the middle with you' de Stealers Wheel.

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«Ese Michael Madsen que empieza a bailar y a contonearse, y acaba cortando la oreja del policía produjo en su momento un impacto impresionante», recordó el también colaborador de 'Ideal', Jesús Lens, que relató también que esa escena que marcó época estuvo a punto de ser suprimida ya que el hoy denostado productor Harvey Weinstein sostenía que el público no lo aguantaría, mientras el visionario Tarantino lo defendió por encima de su cadáver. Y se salió con la suya pese a ser un principiante. «Desde entonces ha hecho siempre el cine que le ha dado la gana», apunto Marta Robles, que también defendió la presencia protagonista del universo femenino en la obra tarantiniana, pese a que a veces se le tachado de lo contrario.

Jesús Lens, Marta Robles y Fernando Marías, ayer, en la charla que ofrecieron en el centro cultural La Malagueta. francisco hinojosa

El hilo argumental lo tomó Marías que defendió que en 'Kill Bill' (2003) y 'Jackie Brown' (1997) encontramos a «mujeres poderosas que están esclavizadas pero luchan para ser libres». La conversación llevó a un cine hermano en lo violento y musical, el de Guy Ritchie en 'RocknRolla' (2008), en el que Marías observa «un tono más humorístico al tirar a un hombre por la ventana, mientras que Tarantino es más emocional».

La charla viajó en el tiempo, desde el plano secuencia de 'Sed de mal' (1958), con el inquietante uso de la música y los sonidos que hizo Orson Welles, al arranque de 'Casino' (1996), con esa «revolucionario» presentación del personaje de Robert de Niro volando por los aires en una imagen infernal, mientras suena una música celestial. Y en ese momento en el que el cine Scorsese era el protagonista de la conversación, estalló sobre el centro cultural la tormenta de ayer tarde para subrayar el poder del sonido para crear ambiente. Y casi callar a los conferenciantes.

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Constatado que el ruido era solo agua, siguió el repaso con la banda sonora grabada en una noche por Miles Davis en París para 'Ascensor para el cadalso' (Louis Malle, 1958), o el monumento gangsteril de 'El padrino' (1972), que Coppola veía como la historia de una familia decadente y por ello se fue a buscar al compositor de 'El Gatopardo' (1973), Nino Rota.

El producto nacional llegó con el cine quinqui que se fusionó con el flamenco en míticas cintas como 'Deprisa, deprisa' (Carlos Saura, 1981). Aunque puestos a elegir la preferencia más negra, Julián Marías optó por 'Chinatown' (1974), el filme de Roman Polanski que se abre con «un solo de trompeta que avanza el drama que vamos a ver», mientras que Jesús Lens se decantó por 'Sicario' (2015), con esa música de Jóhann Jóhannsson que, como la película, resulta brutal, en el sentido extraordinario y violento. Y así terminó la clase magistral. Con deberes para casa con títulos de películas. Y la calma que llega después de toda tormenta en Málaga. Por muy ruidosa que sea.

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