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La escena del baile entre los personajes de Bette Davis y Henry Fonda en el Olympus con el icónico vestido rojo es clave para el desarrollo de la película
'Jezabel': Cuando tener ambición era ser malvada
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'Jezabel': Cuando tener ambición era ser malvada

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Bette Davis recibió su segundo Oscar por encarnar a una mujer sureña que no dudaba en usar todas sus armas para obtener lo que quería, en este caso el amor

Lunes, 9 de noviembre 2020, 01:55

Ser malcriada, caprichosa y hablar solo de matrimonios y vestidos era todo lo que una joven del 'Viejo Sur' americano podía desear, pero ... hasta un límite. Porque a pesar de esa actitud narcisista innata de las mujeres ricas del siglo XIX, lo que no estaba permitido bajo ningún concepto era la ambición, aunque ésta se refiriese a temas tan prosaicos como lo era en aquellos años el amor y los sentimientos de una dama. Por eso, el personaje de Bette Davis en 'Jezabel' (1938) es ante todo un retrato de la maldad, y no un intento de empoderamiento en una sociedad tan hostil como artificial que no dudaba en castigar el más pequeño desvío del camino marcado por los hombres.

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