Grandes obras maestras que (sorprendentemente) se quedaron sin su Oscar

Iván Gelibter

Domingo, 25 de abril 2021 | Actualizado 26/04/2021 07:32h.

Comenta

Los premios Oscar siempre provocan alegría en unos pocos y decepción en la mayoría. Hay quienes aceptan que su película favorita no gane ante ... otra propuesta que considera mejor, y también están aquellos que ven una injusticia una u otra decisión. En esto de los premios al final es cuestión de la elección de los académicos, que se enfrentan cada año a un sistema de votación relativamente complejo que en muchas ocasiones sorprende a propios y extraños. Aunque sobre gustos no hay nada escrito, sí es cierto que en algunas ocasiones estos votos parecían tener poco sentido, ya que dejaron sin el Oscar a la mejor película a algunas obras maestras irrepetibles.

Ampliar

Luces de la ciudad, de Charles Chaplin (1931)

Apenas habían pasado tres años desde que la Academia empezó a entregar los premios, y ya se registró el primer despropósito. Hoy en día nadie discute que 'Luces de la ciudad' (1931) es una de las grandes películas de Charles Chaplin (quizá incluso la mejor de todas), pero entonces los académicos no solo no le dieron el gran premio, sino que ni siquiera se dignaron a nominarla. El paso del cine mudo al sonoro, en cuya frontera se haya esta película, está perfectamente ilustrado en cada uno de sus planos. Solo por eso se debió llevar un Oscar que en aquella edición fue a parar a manos de Wesley Ruggles con 'Cimarron'.

Ampliar

Ciudadano Kane, de Orson Welles (1941)

Orson Welles acababa de cumplir los 25 años cuando la productora RKO Pictures le ofreció hacer una película escrita y dirigida por él, algo insólito para un director novel. El realizador venía de asombrar en la radio con 'La guerra de los mundos', y ni el boicot de William Randolph Hearst ni el fracaso en taquilla impidieron que el filme obtuviera nueve nominaciones, de las que solo ganó el premio al guión, ya que '¡Qué verde era mi valle!', de John Ford, se llevó el gato al agua. 'Ciudadano Kane' será siempre considerada como una de las mejores películas de la historia del cine, pero quizá el hecho de no ganar se debió, entre otras cosas, a que aquel año las películas nominadas estaban dirigidas por gente como Alfred Hitchcock, Howard Hawks, William Wyler o John Huston. Casi nada.

Ampliar

Luz que agoniza, de George Cukor (1944)

El filme de George Cukor consiguió dos cosas principales: que se popularizara la expresión de 'hacer luz de gas' a alguien, y que Ingrid Bergman ganara el primero de los tres Oscar que obtuvo a lo largo de su carrera; un premio más que merecido después de perderlo un año antes con 'Casablanca'. Eso sí, a pesar de las siete nominaciones apenas se llevó dos, porque la triunfadora de la noche fue 'Siguiendo mi camino' de Leo McCarey, considerada el mejor largometraje del año.

Ampliar

Alma en suplicio, de Michael Curtiz (1945)

Michael Curtiz había triunfado dos años antes con 'Casablanca', pero en esta ocasión la cosa no le fue tan bien. Es cierto que la historia de Mildred Pierce le permitió a Joan Crawford ganar el único Oscar de su carrera, pero la película se rindió ante el incontestable triunfo de 'Días sin huella', dirigida por el mismísimo Billy Wilder. Bueno, decisión discutible aunque aceptable.

Ampliar

Un tranvía llamado Deseo, de Elia Kazan (1951)

Vivien Leigh, Marlon Brando, Elia Kazan y Tennessee Williams. Estos cuatro nombres parecían suficientes en 1951 para ganar todos y cada uno de los doce premios a los que estaba nominado el filme, pero la cosa no fue como esperaban. Es cierto que el Oscar para Leigh ( y otros tres más) maquilló un poco el resultado, pero setenta años después de aquella noche, hay quien no comprende que 'Un americano en París' de Vicente Minnelli le birlara el galardón a una obra que forma parte del imaginario americano de todos los tiempos.

Ampliar

La gata sobre el tejado de zinc, de Richard Brooks (1958)

Despropósitos a la hora de premiar unas películas y obviar a otras ha habido muchos a lo largo de la historia del cine, pero ninguno como el que ocurrió en 1958 con 'La gata sobre el tejado de zinc'. El largometraje llegó a la gala de entrega de los Oscar con seis nominaciones (que ya eran pocas de por sí), pero irse completamente de vacío era algo que nadie podía esperar. Increíble fue que Paul Newman no se llevara el premio, pero aún más asombroso es que no lo hiciera Elizabeth Taylor o la propia película. 'Gigi', de nuevo un filme de Vicente Minnelli, le robó a 'La Gata' lo que era suyo por derecho propio.