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Frank Sinatra, a la salida de la comisaria de Málaga, tras ser detenido en 1964. En el círculo, García Maroto. SUR
García Maroto: de autor del primer 'western' español a salvador de Frank Sinatra de la cárcel de Málaga

García Maroto: de autor del primer 'western' español a salvador de Frank Sinatra de la cárcel de Málaga

Un libro reivindica al cineasta andaluz afincado en Marbella al rescatar su guion 'Oro vil', cuyo metraje está desaparecido

Viernes, 23 de agosto 2024, 00:18

No queda rastro de la película. Apenas un puñado de fotos del rodaje que dan idea de lo que fue. Un filme con historia y que hizo Historia ya que, desde el punto de vista canónico, fue el primer 'western' del cine español. Se tituló 'Oro vil' y lo escribió y dirigió Eduardo García Maroto, cineasta jiennense que tras toda una vida de película se quedó a vivir en Marbella. El guion de su pionero filme lo rescató el investigador, profesor y crítico Miguel Olid que, junto al director y escritor Víctor Matallano, ha publicado ahora el argumento original, junto a un estudio del propio autor que lo fue todo en el cine español: actor, operador de cámara, montador, realizador y productor. Desengañado y maltratado por la censura, mutó en director de producción de los grandes proyectos de Hollywood en España. Fue así como conoció Málaga. Y como se convirtió en el hombre que sacó a Frank Sinatra de la cárcel de Málaga cuando fue detenido tras un incidente en el hotel Pez Espada hace ahora sesenta años, en septiembre de 1964.

Los 'vaqueros' Erasmo Pascual, Paco Bernal, el Chato Díaz y Conrado San Martín, en el 'western' 'Oro vil'. SUR

  • Título: 'Oro vil. Western pionero español'

  • Autores: Víctor Matallano y Miguel Olid

  • Editorial: Pigmalión, España 2024, 160 páginas, 19 euros.

«García Maroto fue un cineasta que admiraba el cine americano, lo que llevó a su terreno, el humor, con la trilogía de parodias 'Una de fieras', 'Una de miedo' y 'Una de ladrones', pero tras la guerra civil la censura echó para atrás sus comedias por lo que apostó por un cine de género como fue el caso de 'Oro vil'», explica Miguel Olid, sobre el rodaje del primer largometraje del cine español ambientado en el salvaje oeste, que en realidad se rodó en los paisajes de La Pedriza (Madrid) en 1941, adelantándose más de dos décadas al 'boom' del 'spaguetti-western' que tendría en este escenario uno de sus platós naturales imprescindibles.

Precisamente, mientras rodaba en esta localización, un representante del gobierno irrumpió en el rodaje para llevarse a García Maroto, lo que dejó perplejo a todo el equipo que se temió lo peor. Pero no fue un problema político. Mientras se rodaba este 'western' también se filmaba paralelamente en Madrid una película con todo lujo de medios, 'Raza', con guion del propio dictador Franco. El director José Luis Sáenz de Heredia cayó enfermo, por lo que se le impuso a Maroto sustituirlo ya que era el montador de la película y, además, un cineasta de prestigio. «No se podía negar porque habría sido el final de su carrera», apostilla el coautor de 'Oro vil. Western pionero español' sobre aquella suplencia que duró una semana y obligó al cineasta a rodar por la mañana su proyecto y por las tardes-noches el filme oficial del régimen.

La pesadilla Sinatra

El propio cineasta confesaba que se arrepentía de que en 'Oro vil' hubiera prescindido de la comedia y que fue una salida comercial ante los problemas con la censura y la financiación, por lo que se vio obligado a crear una cooperativa de cine -de la que también formaba parte Fernando Fernán-Gómez- para rodar el filme con apenas 150.000 pesetas (el valor actualizado serían unos 160.000 euros de hoy en día). Un presupuesto modesto y sin ayudas oficiales que limitó la película, pero que no impidió su estreno en toda España y el buen resultado en taquilla. De hecho, en Málaga se estrenó en abril de 1943 en el cine Excelsior, la sala de la calle Cristo de la Epidemia, pasando después en verano por diferentes pantallas de la capital.

García Maroto abandonó su carrera como director para dedicarse a la dirección de producción. SUR

Para entonces, García Maroto ya había rodado la que es considerada su gran película, 'La hija del penal' (1935) -también desaparecida-, y todavía le quedarían varios títulos hasta la comedia 'Tres eran tres' (1954), tras la que decidiría dejar su lucha quijotesca e independiente como autor para pasarse a la dirección de producción. «Con esta película logró el premio mejor guión del Círculo Escritores Cinematográficos, pero los censores no entendieron ese humor, pensaron que era una burla y le dieron muy mala calificación y quebró la cooperativa, por lo que fue en su última película», relata el investigador, que dedicó su tesis doctoral a García Maroto, al que considera un director «víctima de la incomprensión».

Los autores Víctor Matellano y Miguel Olid, con la portada del libro 'Oro vil. Western pionero español'. SUR

Paradójicamente, a García Maroto le quedaba por escribir todavía una página brillante del cine, pero esta vez en el ámbito internacional al convertirse en el referente de las grandes producciones extranjeras en la España de los 60 y 70, culminando su filmografía con el rodaje de 'Patton'. Una época en la que descubrió Málaga y, particularmente, Marbella, gracias al rodaje de títulos históricos como 'Esencia de Misterio' (1960), la primera película con olores pero que resultó un fracaso; 'En busca del amor' (1964), dirigida por Jean Negulesco -que Maroto, también se mudó a la Costa del Sol-, y 'Antes amar... después matar' (1969), con James Coburn.

No obstante, su título 'malagueño' más sonado fue una cinta bélica, 'El coronel Von Ryan' (1965), que trajo a Málaga a la caprichosa estrella Frank Sinatra para el rodaje en el Chorro y el Caminito del Rey de la huida de unos prisioneros de la II Guerra Mundial. «El presupuesto se disparó y la película tuvo muchos problemas, pero la partida de Sinatra era intocable que dispuso hasta de un helicóptero para que cada día lo llevaran desde Torremolinos a la filmación y vuelta al hotel», recuerda Miguel Olid, que estrenó en el pasado Festival de Málaga su filme 'Summers, el rebelde'. Lo que no estaba en el guion fue el incidente que el cantante y actor norteamericano protagonizó con una presunta actriz y un fotógrafo, que provocó la intervención de la policía.

Pero Sinatra se negó a testificar ante la autoridad, por lo que acabó detenido y trasladado a la comisaría de Málaga. Por fortuna, tenía a su lado a García Maroto. «Le dije que no le ocurriría nada y que solo le impondrían una multa. Si él hubiera ido a declarar cuando lo citaron, se habría ahorrado todo aquello», recordaba el propio director de producción en sus memorias, 'Aventuras y desventuras del cine español'. El andaluz fue el que pagó las 25.000 pesetas de multa que devolvieron la libertad a la estrella de Hollywood, aunque para entonces el titular de «Sinatra detenido» ya había dado la vuelta al mundo.

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