Quedamos en el cine Albéniz, escenario propicio para un nominado a los premios Goya que se fallan hoy en Valladolid. La quedada es casi a ... las dos de la tarde, porque antes tiene clases. Que no son de interpretación, sino de su plan B: peluquería. Daniel Fernández Pozo (Málaga, 1992) está acostumbrado a (re)inventarse. Sus primeras entrevistas fueron por su faceta musical con esa marca personal de La Dani, que también lleva por delante su género no binario. Ahora lo buscamos por el exitazo de su papel en 'Te estoy amando locamente', el filme sobre los orígenes del movimiento LGTBI en Andalucía dirigido por su paisano Alejandro Marín que le supuso el premio Feroz al actor revelación hace dos semanas y la nominación a los premios de la Academia. Pero esta charla la empieza hablando de sus años en Madrid, en los que aclara que fue sobre todo dependiente y recepcionista de una peluquería que es lo que le metió el gusanillo de un proyecto propio para vivir. Gane o pierda hoy, La Dani ya tiene sobre su mesa un par de proyectos para volver a la pantalla. Los va a rodar, pero sin olvidar su plan B. O plan A.
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«No me agobio ni me obsesiona el futuro, pero estoy en un momento en el que me gusta pensar que la peluquería es mi plan B. La música y el cine son muy complicados porque son trabajos en equipo y yo quería hacer algo que dependiera de mí. Desde que me ofrecieron 'Te estoy amando locamente' hasta el rodaje pasaron casi tres años, así que no quiero verme frustrado y creo que ambos caminos son compatibles», explica con los pies en el suelo. El que pisa ahora es el de la calle Alcazabilla en el que nos hemos sentado para charlar sin pelos en la lengua de cine, planes y premios. Por eso no le importa hablar de la «precariedad» del mundo del artisteo –hace unos días se publicaba que el 72% de los actores está en situación de pobreza–, aunque lo hace extensivo a la juventud en general. En su caso, la situación ha mejorado un poco, pero sin abandonar la subsistencia pese a los oropeles goyescos. Un progreso que tiene mucho que ver con su vuelta a Málaga en agosto pasado.
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«La pandemia lo cambió todo y llevaba dos años queriendo volver a Málaga, pero no veía la manera hasta que recuperé esa idea que había tenido siempre de ser peluquero. No quería arrepentirme de no haber pasado más tiempo con mi familia, que ya sentía que lo estaba haciendo, así que prefiero arrepentirme de no vivir en Madrid», cuenta La Dani que ya tiene las maletas preparadas para viajar este sábado rumbo a Valladolid, donde lo primero será pasar precisamente por un salón de belleza. «Voy con mi madre, Alicia, y ella está más nerviosa que yo. Solo por eso ya merece la pena vivir esto. De hecho, ella ya tiene peluquería en Valladolid y yo no», cuenta entre risas este malagueño que también tiene claro quien le vestirá para la alfombra roja más mediática de nuestro país.
«El traje me lo pago yo. Me viste un diseñador malagueño, Ángel Campano, que siempre me ha acompañado y ahora que me va bien me gusta que los que han estado conmigo también tengan esa visibilidad», señala La Dani que ha llegado a lo más alto del cine español contra pronóstico. El director malagueño Alejandro Marín se había fijado en sus vídeos en Instagram y le ofreció el papel de Dani, un «maricón perdido» que actúa en un bar nocturno. Un personaje que tiene mucho de él y de ella, pero que lo enfrentó a un trabajo actoral que nunca había hecho.
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Sincero y honesto, el actor confiesa que los casting fueron un «desastre», pero que le dieron el papel. En los ensayos incluso sintió que le «superaba» el reto. Pero persistió y con la ayuda del realizador, de una coach y del resto del equipo no solo salvó la situación, sino que compuso un personaje que, como el de la protagonista Ana Wagener –sorprendentemente ausente de las nominaciones–, desprende verdad y emoción. Un trabajo que, no obstante, le ha reportado una palabra que no le gusta: éxito.
«Llevo trabajando desde los 17 años y estoy muy contento de que esto me pase con 32 y no siendo joven con el riesgo de perderme. Estoy en un momento muy estable, maduro y soy muy consciente de que por mucho premio que tenga lo que queda y lo que quiero es trabajar», vuelve a decir con los pies en Alcazabilla. ¿Te lo mereces? «Uy, todo mi entorno me dice que por fin. La gente que me conoce siempre ha tenido claro que iba a pasar esto por mi forma de ser. Yo no lo sé. Nunca había hablado de que quería un Goya, pero supongo que estaba en el camino», asegura el actor de 'Te estoy amando locamente'.
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Además de peluquería, La Dani ha asistido a clases de teatro con Alessandra García y, pase lo que pase en los Goya, ya tiene un par de ofertas sobre la mesa a las que le está dando vueltas. «Una es de un marica y peluquero, así que ideal para mí, y la otra es un capítulo de una serie con un papel que se sale de mi zona de confort y me pone nervioso, pero lo quiero hacer para no estar encasillado», cuenta La Dani con ganas de aceptar el reto. Algo habitual en su vida.
Entre el cine y los pelos, la música la tiene «aparcada», aunque sabe que volverá porque no la ha abandonado. De lo que no se arrepiente es de haberse vuelto a Málaga. Aunque le sale el espíritu reivindicativo y pide a los políticos que piensen en los vecinos. «Me enorgullece que en nuestra ciudad haya turismo, pero no se está haciendo de forma sostenible. Siento que ahora hay más trabajo, pero no puedo alquilar un piso y menos comprarlo porque estamos haciendo una ciudad para la gente de fuera. Y en ese cambio estamos perdiendo nuestra personalidad».
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