Picasso y la película maldita de Carlos Saura y Antonio Banderas

Tras conocerse este viernes el fallecimiento del director de 'Cría cuervos' y 'Deprisa, deprisa', el actor malagueño, que estos días apura en Madrid la representación del musical 'Company', no ha tardado en despedir a su «amigo». «Con Carlos Saura muere una parte importantísima de la historia del cine español. Deja tras él una obra indispensable para la reflexión profunda sobre los comportamientos del ser humano», ha confesado Antonio Banderas, que se quedó con las ganas de trabajar con el gran maestro, al que se le despide como el último gran clásico de nuestra filmografía. Pese a los problemas legales y de financiación, el malagueño no aflojó su interés e incluso se embarcó en un viaje por México en el que encontró un mecenas para desencallar el proyecto. Así, el golpe de guión llegó en 2016 cuando '33 días', que narraba el tiempo que invirtió Picasso en crear su obra mayor, 'Guernica', resucitó cuando parecía ya convertida en un proyecto maldito.

No obstante, el proyecto seguía enmarañado desde el punto de vista legal con los derechos del guion y lo que parecía una salida volvió a convertirse en un callejón sin ídem. Al año siguiente, actor y director daban muestras de no haber tirado la toalla con el apoyo que le daba Saura a Banderas cuando éste último recibió el Premio Nacional de Cinematografía en el Festival de San Sebastián, pero apenas unos meses después el malagueño comenzaba el rodaje de la serie 'Genius: Picasso', en el que se quitaba la espinita de encarnar al gran revolucionario del arte del siglo XX.

Aquello no gustó al director aragonés, que confesó en una entrevista en 2019 en 'El Mundo' que se sentía «traicionado» por Banderas. El actor descolgó el teléfono y contó a SUR su conversación: «Le dije que no teníamos guion, el cual había quedado atrapado en un concurso de acreedores, y que habíamos escrito otro, pero ya le había dicho que no estaba al nivel del primero. No teníamos actores y, sobre todo, no teníamos financiación. Se había negado la subvención y llevábamos tres años y medio dando vueltas. No teníamos nada. ¿Qué podía hacer? ¿Decirle que no a Ron Howard que me viene con un proyecto financiado y con una oferta encima de la mesa? No podía, no solo por Howard. No podía decirle que no a Picasso. Y bajo mi punto de vista la cosa salió muy bien porque estuve nominado a los grandes premios«, explicó el actor que añadió que Saura le dijo que lo habían «malinterpretado»: »Carlos se dejó llevar por la emoción, pero es amigo y no pasa nada. Lo hablamos por teléfono y todo quedó zanjado en privado que es como deben hacerse estas cosas».

El propio cineasta de 'La caza' y 'El séptimo día' reconocía en 2020 a este periódico que se le fue la mano con aquellas declaraciones. «Es que siempre digo las cosas como las pienso y a veces soy muy burro», se excuso Carlos Saura, que reconoció que el ganador del Goya por 'Dolor y gloria' lo «avisó» previamente de su participación en la producción televisiva sobre el pintor malagueño. Y, aunque se quejaba de falta de comunicación, zanjaba el asunto: «Yo quiero mucho a Antonio y le tengo mucho cariño. Y además es un actor estupendo». El director mantenía, no obstante, su proyecto y aseguraba que lo rodaría con otro protagonista. A tesón nadie lo ganaba.

La última visita a Málaga de Carlos Saura fue el año pasado durante la recepción de la Biznaga de Honor, a la vez que presentaba su cortometraje 'Goya 3 de mayo'. Infatigable, pese a sus entonces 90 años, seguía con proyectos en la cabeza. Entre ellos el de '33 días', aunque con una importante variante: «Ahora lo he derivado hacía el personaje de Dora Maar, que retrató con sus fotos cómo se elaboró el 'Guernica'». Y sobre el escenario del Teatro Cervantes se despidió con unas emocionantes palabras que este viernes de luto por su muerte suenan a un maravilloso canto de un cisne: «Cada día que sale el sol digo: ¡Coño!, todavía estoy vivo y es un milagro, porque la vida es un milagro».