Autobiografía de Maribel Verdú en diez películas

«Me dolía la barriga y fui a tomarme una manzanilla a una cafetería y me vino un señor y me preguntó: '¿Oye, a ti te gustaría ser actriz?'. Me dijo que que era productor y que estaban buscando a una chica que hiciera de hermana de Victoria Abril. Yo tenía 14 años y me sonó a esas cosas que cuentan tus padres de tener cuidado cuando se acerque un desconocido. Así que le di el teléfono de mi casa y llamó para que fuera a un casting. Mi padre dijo que ni hablar, pero mi madre me llevó a escondidas. Vicente Aranda no me lo puso fácil porque no le gustaba que él no fuera el que me había llevado allí. Me cogieron, pero pasó el verano y me fui a la playa por lo que me puse negra como un tizón. Y me dijeron que no podía hacer papel porque era una película de época, pero me puse cataplasmas de yogurt natural y se me quito el color».

«Había estrenado '27 horas', 'La estanquera de Vallecas' y 'El año de las luces', pero la peli que me consagró de verdad fue 'Amantes', con la que hubo un antes y un después. La escena final estaba escrita con lluvia, pero nos levantamos el día del rodaje y estaba nevando. Fue magia pura. El productor era Pedro Costa, el mismo que me descubrió en la cafetería».

«Supuso un punto de inflexión más personal que profesional. Mi trabajo paso desapercibido para los premios y la crítica, pero no pudo existir un rodaje más feliz en la vida que ese. El día anterior al Oscar estábamos en una fiesta en la que me presentaron a Clint Eastwood, que era muy alto pero ya estaba pellejoso, y a Anthony Hopkins que nos dijo que a él le tocaba abrir el sobre y que pusiera lo que pusiera, él iba a decir 'Belle Epoque'».

«Con Ricardo Franco hice mi primera peli, 'El sueño de Tánger' y fue mi padre en esta profesión. Él ya estaba muy malito y prácticamente ciego en el rodaje, pero era la época del 'boom' de Chiquito de la Calzada y Jordi (Mollá) era una cosa loca imitándolo. Interpretamos unos personajes tan tristes, pero lo que nos reíamos todos cada vez que decían corten gracias a Jordi. ¡Nooooor!»

«En el Festival de Venecia, Helen Hunt vio la película y me dijo tras ponerse de rodillas: «You're terrific». Yo no sabía entonces inglés y no daba crédito porque creía que me estaba diciendo que estaba terrorífica en lugar de maravillosa, como después me aclararon. Esta película está entre las cinco experiencias más importantes de mi carrera y me abrió las puertas para hacer lo que quisiera, pero dije que no a cosas por miedo. Después pasé dos años y medio sin rodar».

«Me llamaron para un homenaje a Vicente Aranda. Entonces me dijo que va a hacer 'Tirant lo Blanc' con todas sus actrices y yo me puse contenta, pero me dijo que yo no iba a estar porque le había dicho que no a 'Juana la Loca', que no pude hacer porque se retrasó. Fue su venganza, pero me llamó Guillermo del Toro y mira lo que significó 'El laberinto...' y no sé si alguno recuerda 'Tirant lo Blanc'».

«Solo tuve el pálpito de ganar el Goya con 'La buena estrella'. Todo el mundo me decía 'te he votado', pero en la gala dijeron otro nombre -Cecilia Roth- y ya desde entonces no he esperado nada. 'Con siete mesas...' pensaba que era para Blanca Portillo que ganó en San Sebastián, pero me lo dieron. El segundo fue por hacer de mala en 'Blancanieves', pero también me costó porque he tenido doce nominaciones».

«Sigo en contacto con él por correo. Cuando el Príncipe de Asturias no lograban hablar con él por lo que se pusieron en contacto conmigo y le escribí. Su respuesta fue que si yo iba a estar en la ceremonia, él aceptaba el premio».

«Me cambió hacer esta película. Soy más feliz, sé estar sola y se disfrutar los momentos. La recomiendo porque esa historia me volvió mejor persona... aunque nunca fui mala persona».

Como despedida, la actriz repasó los cuatro estrenos que tiene para este año: la serie 'Now and then' (Apple TV) , el filme 'Historias para no contar', de Cesc Gay; y las películas internacionales 'The Flash', en la que da vida a la madre del superhéroe de DC Cómics, y 'Raymond and Ray', con Ewan McGregor y Ethan Hawke. «El inglés lo llevo superbien, porque los diálogos me los tengo aprendidos como si fuera español».