![El actor malagueño Antonio Arcos, el orgulloso malo de la película](https://s2.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/202002/14/media/cortadas/antonio_arcos_20200214001227-Rh0DXKFkiE6E5hykrlXNApO-1248x770@Diario%20Sur.jpg)
![El actor malagueño Antonio Arcos, el orgulloso malo de la película](https://s2.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/202002/14/media/cortadas/antonio_arcos_20200214001227-Rh0DXKFkiE6E5hykrlXNApO-1248x770@Diario%20Sur.jpg)
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Fue de rebote. Cogió el AVE a Madrid para una prueba de la serie 'Por H o por B', de HBO y Globomedia. «Un trabajo de yonqui», especifica el actor Antonio Arcos (Málaga, 1975), que se había preparado a conciencia. Pero cuando le vio el director de casting Andrés Cuenca tuvo claro que no le iba a dar el papel. Porque de pronto vio en él la encarnación del traficante de drogas Checo de otra serie que estaba preparando la compañía, 'Perdida', y que en estos momentos es la dueña del 'prime time' de los martes en Antena 3. «Es un bombón de personaje», asegura Arcos. Un «regalo», pese a que, una vez más, le toque ser el malo de la película. O de la serie. «No lo vivo como un encasillamiento, sino como un privilegio», confiesa con una sonrisa de tipo afable y encantador. Un perfil que guarda para que se lo descubra algún director de casting.
Por lo pronto disfruta del delincuente Checo que le permitió rodar tres meses en Colombia, donde se ambienta buena parte de esta serie sobre un padre (interpretado por Daniel Grao) que se infiltra en la cárcel del país latinoamericano para encontrar pistas de su hija desaparecida una década antes. «Soy un reincidente por tráfico de drogas al que detienen en el aeropuerto al mismo tiempo que el protagonista, al que intento chantajear y con el que tengo una cuenta pendiente que saldar», cuenta Arcos, que se hace fuerte junto a otros españoles detenidos y condenados en La Brecha, la cárcel inspirada en la Modelo de Bogotá.
«Checo es un personaje aparentemente oscuro, pero en el fondo tiene sus argumentos y razones porque tiene que sobrevivir en un entorno en el que la vida no vale nada y no le queda más remedio que hacer lo que hace... así que en cierta forma se defiende», explica y disculpa a la vez su personaje, aunque Antonio Arcos no tiene problemas con sacar su lado canalla en la pantalla. Es más, le divierte. «La mayoría de personajes a los que me enfrento son corruptos, asesinos, hampones... pero no lo considero un 'handicap' sino todo lo contrario porque son divertidos de interpretar ya que trabajar con la maldad es un reto como actor», confiesa el malagueño que le lanza un reto a los directores de casting: «Cuantos más malos, más me gustan».
El traficante Checo de la serie 'Perdida' es el que ha dado más visibilidad a Arcos, aunque lleva encadenando papeles uno detrás de otro en los últimos años. Y con ese denominador común del villano. Así, en la segunda temporada de 'La peste' ha sido el «brazo ejecutor de la Garduña, el hampa», recuerda el actor que asegura que trabajar en esta serie con Alberto Rodríguez ('La isla mínima') ha sido una experiencia. «Estoy sorprendido de su habilidad para ver las escenas y colocar la cámara», reconoce el intérprete, que considera que esta serie de excelencia «ha marcado la producción en Andalucía y ha enseñado el camino para competir, no solo el mercado nacional sino en el internacional».
'Servir y proteger' y 'Acacias 38' (TVE), 'La valla' (Antena 3) –«Me mataron nada más empezar el rodaje», ironiza– o la producción británica 'Snatch' son algunos de los títulos televisivos del malagueño, que también tiene una aparición en el reciente largometraje 'Adiós', en la que ha trabajado con «otro genio andaluz», Paco Cabezas.
antonio arcos
De formación lorquiana –tuvo claro su camino el día que representó con sus compañeros de la ESAD de Málaga la obra 'El público' del autor granadino–, probó suerte en Madrid, aunque encontró su camino volviendo a Málaga. «La calidad de vida no se puede comparar y en dos horas de AVE te pones en Madrid para cualquier trabajo», explica el actor al que le apasiona también dirigir «el noble arte del teatro», aunque confiesa que se siente encantado en el ámbito de las series. No solo por la cantidad de producciones, sino también porque «los directores de casting han abierto la mirada y han buscado nuevos rostros entre los que llevamos trabajando mucho tiempo en provincias».
Por ello, Arcos se siente un «afortunado» al formar parte de ese 10% de la profesión que puede vivir de su trabajo de actor. Y divertirse haciendo de malo. Ya tiene sobre la mesa una propuesta para una producción de Netflix. «Pero no puedo contar nada todavía», avanza con cara de intriga y cerrando los labios con un gesto. Como haría un buen villano para advertir que toca cerrar el pico.
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