'Si no amaneciera': La bondad contra la conveniencia

Aunque con los años la película se ha considerado una obra genial, Wilder acabó muy enfadado por los cambios que se habían producido durante el rodaje. Ante esta situación, el futuro realizador insistió hasta convencer a los directivos de la Paramount Pictures de que le dejaran dirigir sus propios guiones; una decisión que cambió para siempre la historia del cine gracias a su debut en 'El mayor y la menor' (1942).

En cuanto a 'Si no amaneciera', Leisen consigue que la escalada de dramatismo de la historia no esconda la bondad –oculta– de su protagonista, y a diferencia de otros filmes en los que el personaje que encarna Olivia de Havilland es maltratado hasta los créditos finales (los ejemplos son innumerables), en esta ocasión hay un espacio para la redención. Aun así, la modernidad de 'Si no amaneciera' queda perfectamente ilustrada con el fondo de la historia; una crítica profunda a un sistema que obliga a los ciudadanos de otros países a residir en una suerte de limbo que representa sin ambages el Hotel Esperanza en el que se hospedan los personajes de Boyer y de Paulette Goddard.

La película obtuvo seis nominaciones al Oscar, aunque aquella ceremonia estuvo eclipsada por el enfrentamiento abierto entre las hermanas Olivia de Havilland y Joan Fontaine (con las que Mitchell Leisen trabajó en varias ocasiones), y que perduró hasta la muerte de la segunda en 2013, setenta y un años después.

En aquella edición ambas estuvieron nominadas, pero Olivia era la favorita. La sorpresa fue mayúscula cuando la premiada fue Fontaine por 'Sospecha', dejando en la cuneta a su hermana como ya le ocurriera unos años antes con Hattie McDaniel por 'Lo que el viento se llevó'.

Antes de aquello ambas ya habían protagonizado varias disputas, entre las que destacan una pelea física de niñas que acabó en el hospital; una humillación de De Havilland a Fontaine en el colegio; y un episodio de celos entre las dos a causa del director y productor Howard Hughes, entre otros.

Cinco años más tarde, Olivia de Havilland consigue finalmente emular a su hermana y obtiene la estatuilla por 'Vida íntima de Julia Norris' (1946), una vez más dirigida por Leisen. Tras recibir el galardón, su hermana se acercó a felicitarla, pero ésta le dio la espalda de manera descarada para que la prensa fuera consciente de su desprecio. Además, en su caso terminaría por superar a Fontaine en el duelo fratricida al ganar su segundo premio de la Academia por 'La heredera' (1949) apenas tres años más tarde.

La rivalidad entre las dos no acabó jamás, pero en esos años Joan Fontaine pronunció la frase más legendaria (y premonitoria) sobre su relación: «Olivia siempre dice que yo tengo que ser la primera en todo. Me casé antes. Gané el Oscar antes. Tuve un hijo antes. Si muero antes que ella, se pondrá furiosa porque hasta eso tuve que hacerlo primero».