'Alcarràs': un hito de nuestro cine
La última película ·
Tras pasar por los festivales de Málaga y de Berlín (donde se llevó el Oso de Oro), el 'western' atípico de Carla Simón llega a las salas con el objetivo de llenarlasSecciones
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La última película ·
Tras pasar por los festivales de Málaga y de Berlín (donde se llevó el Oso de Oro), el 'western' atípico de Carla Simón llega a las salas con el objetivo de llenarlasPrimero fue Berlín, después Málaga y finalmente el resto del mundo. Este viernes se estrena en España 'Alcarràs', el segundo trabajo de la directora de Carla Simón que provocó un auténtico tsunami en la Berlinale, donde ganó el Oso de Oro y recuperó algo de ... la gloria perdida del cine español que solo Almodóvar ha sido capaz de mantener en estos últimos años.
Ya en su momento, Simón impresionó en Berlín y en Málaga con 'Verano 1993', un largometraje que le permitió ganar la Biznaga de Oro y el Goya a la mejor dirección novel. La historia autobiográfica de la propia directora estaba muy bien rodada, pero en el fondo era una propuesta similar a otras como 'Las niñas' o 'Las distancias'; un concepto que a mí personalmente me da bastante pereza, aunque reconozco su calidad.
Todo eso se ha dejado ahora atrás. 'Alcarràs' te atraviesa desde la primera escena; una secuencia de tres minutos que protagonizan los niños (con los que empiezan casi todas las escenas que luego terminan los adultos) en la que la directora ya ha dejado claro lo que quiere contar a partir de ahí. Y lo hace con sutileza, sin necesidad de ese constante subrayado tan epidémico del cine contemporáneo.
'Alcarràs' es muchas cosas. En términos exclusivamente argumentales retrata algunos de los porqués de la España vaciada, centrándose en este caso en esos huertos solares que destruyen (literalmente) el modo de vida de los agricultores; una problemática que ya es una desafortunada realidad tangible en el interior de la provincia de Málaga.
Pero en cuanto a lo cinematográfico, Carla Simón nos presenta un 'western' atípico, aunque con varios elementos de género. La protección de tu pueblo y de tu modo de vida frente a esos forasteros que se acercan en el horizonte. No son bandoleros a caballo, pero los camiones que portan las placas solares dan el mismo miedo que los enemigos de John Wayne. Carla Simón lo sabe, lo provoca, y por eso va colocando a los personajes de una manera casi marcial, en posición de combate, listos para atacar en cuanto 'los malos' crucen la frontera que consideran como propia.
La cámara en mano se mete en la vida de la familia Solé. En sus conversaciones, en sus almuerzos e incluso en esa cama en la que se tumban mientras el espectador nota el calor del verano. Pero también ocurren cosas cuando el objetivo apunta hacia otro lado. Notamos que algo no va bien, que lo que nos esconde late muy presente ampliando los límites de la pantalla del cine.
Pasan dos horas, aunque por mí podrían ser dos más siempre que acabara cerrando ese círculo perfecto que comienza en la primera secuencia de una creación extremadamente bella. Tan bello como puede ser el llanto de un hombre rudo –casi una bestia– que no puede contener las lágrimas al considerar que ha fallado a los suyos por no haber mantenido la tierra prometida. Entonces no solo se rinde el cabeza de familia de los Solé, sino que lo hacemos todos ante el mayor talento cinematográfico que ha dado España en este siglo. No esperen a que la película llegue a una plataforma, vayan al cine y disfruten de lo que será un recuerdo imborrable.
España , 120 minutos
Director : Carla SimónReparto:Jordi Pujol Dolcet, Anna Otín, Xenia Roset, Albert Bosch, Ainet Jounou, Josep Abad, Montse Oró, Carles Cabós, Berta Pipó
Dónde verla : En cines desde este viernes
Puntuación : 9
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