'Luz que agoniza': La violencia machista cruel y silenciosa
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La película de George Cukor sigue vigente ochenta años después de que Ingrid Bergman se encumbrara por su certero dibujo de una mujer víctima de su maridoRebobine, por favor ·
La película de George Cukor sigue vigente ochenta años después de que Ingrid Bergman se encumbrara por su certero dibujo de una mujer víctima de su maridoTodo el mundo ha usado –o al menos ha escuchado– eso de 'hacer luz de gas' a alguien. Esta expresión, que consiste en hacer creer a otra persona que ha perdido el juicio a través de manipular la verdad, es en realidad una ... de las violencias machistas más crueles y difíciles de detectar porque no dejan una huella visible en el físico, aunque destruya la mente poco a poco. A pesar de que el término ya se usa en el lenguaje clínico desde finales de los años 70, el 'gaslighting' (en el original) tiene su origen en la obra de teatro 'Gas Light' (1938), escrita por Patrick Hamilton, aunque no fue hasta 1944 cuando la película 'Luz que agoniza' (1944) de George Cukor pasó a ser parte del imaginario cultural, popularizando el término.
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Más allá de la expresión, la película supone un manual de cómo se ejerce la violencia psicológica contra las mujeres. El metraje cuenta con todas las fases de este suplicio. Gregory (interpretado por Charles Boyer) consigue en primer término aislar a Paula (Ingrid Bergman), para a continuación hacerle creer que está loca con el constante cambio de lugar de los objetos, la aparición de ruidos o el cambio de intensidad de las luces de gas todas las noches.
Director : George Cukor
Reparto : Charles Boyer, Ingrid Bergman, Joseph Cotten, Dame May Whitty, Angela Lansbury, Barbara Everest, Emil Rameau
Premios : 2 Oscar: Mejor actriz (Ingrid Bergman) y mejor decorado en blanco y negro. 7 nominaciones. Globo de Oro a la mejor actriz
Dónde verla : Filmin y Prime Video
En términos cinematográficos, la luz es la clave a la hora de ir avanzando en el relato. Cukor confió en Joseph Ruttenberg para darle forma a la fotografía después de que éste hubiera sido reconocido por la Academia con otros proyectos anteriores. Cuando la historia se complica, la iluminación se va apagando; y en los pocos instantes de felicidad de Paula, las luces suben de intensidad.
Trasladado a sus intérpretes, Charles Boyer representa la maldad y la oscuridad, mientras que Ingrid Bergman es pura luz; una característica que no solo es cuestión de 'Luz que agoniza', sino que la acompañó toda su carrera. Junto a ellos, dos secundarios de lujo. El detective y 'salvador' de Paula, interpretado por Joseph Cotten, y la criada, un papel que significó el debut en pantalla de Angela Lansbury.
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La película no es un drama, pero tampoco cine negro. Quizá la mejor definición sea la de melodrama criminal, un género poco recurrente en la carrera de Cukor. Lo que sí es una seña de identidad del realizador es la dirección de actores, una cualidad siempre importante, pero más aún en un proyecto como éste rodado íntegramente en estudios a través de la construcción de los escenarios, por cierto premiados por la Academia ese mismo año.
Una de las personas que más tenía que agradecerle a Cukor era Ingrid Bergman. No se llevaron bien al principio del rodaje, pero terminaron por entenderse hasta el punto de entablar una amistad que duraría toda la vida. 'Luz que agoniza' significó la segunda nominación al Oscar para la actriz tras 'Casablanca' (1942) y la primera vez que lo ganó. 'Anastacia' (1956) y 'Asesinato en el Orient Express' (1974) le otorgaron sus otros dos Oscar, una hazaña solo igualada por Meryl Streep y superada por Katharine Hepburn, que obtuvo cuatro.
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Paula Alquist : Esta noche será una noche larga.
Brian Cameron : Pero terminará. Está empezando a aclararse. Por la mañana, cuando sale el sol, a veces es difícil creer que alguna vez hubo una noche. Eso también lo encontrarás. Déjame venir aquí a verte y hablar contigo. Quizás pueda ayudar de alguna manera.
Paula Alquist : Eres muy amable.
Aunque a Bergman nadie le hizo luz de gas (al menos que se sepa), sí sufrió en sus carnes otro tipo de violencia machista cuando se marchó en 1949 a Italia para rodar a las órdenes de Roberto Rossellini. La actriz sueca se enamoró del director y se quedó embarazada, lo que supuso un gran escándalo para la conservadora sociedad americana, hasta el punto de considerar persona non grata en aquel país.
Años más tarde, era ella la que relataba hasta qué punto llegó la situación: «Me mandaban cartas que decían que era una agente del diablo y que mi pequeño era hijo del diablo. Y otras que afirmaban que mi bebé nacería muerto o sería jorobado. Hablaban de toda clase de horrorosas deformaciones que afectarían a mi hijo. Me llamaban puta y fulana. No podía creer que me odiara tanta gente. Al margen de lo que pensaran sobre mi vida, se trataba de mi vida privada, y yo no les había hecho nada».
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