Escena de ‘Amanecer en Puerta Oscura’, que fue vetada por “antiamericana” hace 60 años.

Cuando la censura prohibió el estreno cinematográfico de El Rico

El titular de la cofradía protagonizó ‘Amanecer en Puerta Oscura’, que fue vetada por “antiamericana” hace 60 años. La película de José María Forqué, ambientada en la Semana Santa de Málaga y protagonizada por Paco Rabal, ganó el Oso de Plata del Festival de Berlín

Francisco Griñán

Domingo, 9 de abril 2017, 00:04

Tenía motivos para que la censura no la viera con buenos ojos. De los tres protagonistas, dos eran mineros (encarnados por Luis Peña y Alberto Farnesse), que huían tras participar en una huelga y matar al capataz y al administrador inglés de la explotación, mientras que el tercero, un bandolero de mal carácter (Paco Rabal), acababa con la vida de su mujer por celos. Los tres se redimían cuando se enfrentaban a la muerte en una escena cumbre en la que Nuestro Padre Jesús El Rico liberaba a uno de ellos. Pero, curiosamente, ni ese discurso subversivo a favor de la rebelión sindical ni el ajusticiamiento del cacique fue lo que alertó a la censura que, por entonces, tampoco se planteaba los problemas de la violencia de género. Lo que molestó a las autoridades españolas fue la ofensa al amigo americano, con quien el régimen de Franco acababa de restablecer relaciones a mediados de los cincuenta y que provocó la inmediata prohibición de la película Amanecer en Puerta Oscura.

Publicidad

El escritor Fernando Vizcaíno Casas no se reprimía en su libro Celuloide casi virgen al calificar a los censores como cretinos del lápiz rojo que no sabían distinguir entre un inglés y un estadounidense. Estupefacción que compartía el propio director José María Forqué, que se plantó ante la Junta de Clasificación para explicarles la diferencia entre los británicos y los norteamericanos. Y que su personaje era de los primeros, no de los segundos. Aquello disipó el veto oficial y la cinta fue indultada sin que los censores advirtieran que Forqué les había colado la ambientación en el siglo XIX para reflejar la inestabilidad social en Andalucía, las huelgas y el ajusticiamiento del cacique/dictador.

Ronda, Málaga y Huelva fueron los escenarios principales de este drama en el que Forqué mezclaba cine de bandoleros con toques de western para acabar introduciendo la ambientación religiosa con un final en el que el protagonismo recaía en la Cofradía de El Rico. La idea de utilizar la Semana Santa partió del productor Francisco Madrid, hijo del torero malagueño Paco Madrid, que propuso la idea de que uno de los protagonistas fuera liberado durante el desfile procesional de esta hermandad, cuyo Cristo indulta a un preso desde el siglo XVIII. La idea entusiasmó y los guionistas Natividad Zaro, Alfonso Sastre y el propio Forqué, que desarrollaron el planteamiento en el argumento con un impactante final que se permitía algunas licencias.

Una salida procesional en otoño

Y si el filme sorteó complicaciones para su estreno, también tuvo que superar algunos obstáculos para convencer a la cofradía y a las autoridades religiosas malagueñas para el rodaje. En primer lugar, porque se saltaba el calendario semanasantero de primavera y proponía una salida procesional a destiempo y en pleno otoño de Nuestro Padre Jesús El Rico para convertirse en estrella de cine. El argumento de la promoción que supondría para la Pasión malagueña la escena cumbre de la película fue un poderoso estímulo, aunque los mayores peros estaban en el guión. La película pretendía mostrar que el preso liberado fuera por designio divino y que la mano de Jesús El Rico señalara al azar en el mismo patíbulo al condenado que lograba burlar a la muerte cuando ya estaban con la soga al cuello. Un sistema que, si bien prometía un formidable momento dramático, no está documentado desde el punto de vista histórico en el caso de la cofradía malagueña.

Un par de meses antes del rodaje, la propia guionista Natividad Zaro tuvo que venir a Málaga en octubre de 1956 para hacer una lectura de guión ante los miembros de la cofradía, la agrupación y los responsables de la diócesis, que finalmente dieron su venía para que El Rico saliera en procesión peliculera y que señalara con su mano al que finalmente se salvaría. A finales de ese mismo mes de noviembre y comienzos de diciembre se rodaron durante tres jornadas las escenas nocturnas de la esperada y dramática secuencia final con el trono pasando por la catedral y calle Alcazabilla hasta penetrar en la Aduana hoy reconvertida en Museo de Málaga-, en cuyo patio se encontraba la horca de los tres presos condenados a la pena capital. A dos les esperaba la muerte y, a uno, el perdón. Y aunque han pasado 60 años de su estreno y más de uno se acordará del personaje finalmente indultado, no diremos quien para no hacer 'espoiler'.

Publicidad

Filmada en color para aprovechar la belleza plástica del desfile procesional y de la Semana Santa, la película no sólo fue un éxito de público y de crítica, sino que rompió el aislamiento de la España franquista al ser seleccionada la cinta en el Festival de Berlín, donde recibió el Oso de Plata Premio Extraordinario del Jurado. Un galardón que sí supo ver y reconocer toda aquella crítica social insertada en un argumento que hablaba del presente de la España de la dictadura recurriendo al pasado. Sin duda, el mayor éxito cinematográfico del cine rodado en la Semana Santa de Málaga. Y todo un correctivo para aquellos censores que confundieron a los ingleses con los norteamericanos.

Vídeo de Youtube con la escena que transcurre en Málaga:

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad