Banderas, anunciado como gran estrella de la película

Banderas, el chico que logró ser el rey del mambo

El Día de Andalucía se cumplen 25 años del estreno en EE UU del primer filme del malagueño en Hollywood

Francisco Griñán

Martes, 28 de febrero 2017, 00:35

«Yes, I can do that». Esa fue la frase que abrió las puertas de Hollywood a Antonio Banderas. El actor desembarcó en Los Ángeles dispuesto a encontrar un hueco en la gran industria del cine, pero en su primera reunión en una agencia de representantes de actores se dio cuenta que lo tenía difícil: «No me enteré de nada porque no hablaba inglés». A la salida se le acercó un empleado de la compañía que todavía no era agente y le preguntó si lo podía apoderar. Sin nada que perder, el malagueño le dijo que sí. De vuelta a España, Banderas recibió una inesperada llamada de su manager americano que lo citaba para una cena en Londres con un director norteamericano, Arne Glimcher (Causa justa). Banderas cuenta que se tiró toda el encuentro asintiendo y diciendo «Yes» y «Of course» (sí y por supuesto). Ycomo frase final tenía guardado el contundente «I can do that» (Yo puedo hacerlo). «Me volví para España creyendo que mi aventura americana se había acabado, pero me llamaron», rememora el actor que, contra todo pronóstico y sin hablar el idioma, consiguió el papel. El Día de Andalucía, 28 de febrero, se cumplen precisamente 25 años del estreno del filme en Estados Unidos, que unos meses más tarde, en mayo, llegaba a la cartelera española con el reclamo del actor español que había triunfado en Hollywood.

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Y aunque lo que ha quedado es la frase de un joven actor que se quería comer el mundo, lo cierto es que el director y los productores de Los reyes del mambo vieron también un talento innato y una energía capaz de superar cualquier problema, incluso el idioma. La segunda vez que lo citaron fue en Nueva York. Y en realidad aquello fue un casting. Durante tres días estuvo dándole la réplica a Kevin Kline (Un pez llamado Wanda) que era el primer elegido para el papel de hermano mayor del personaje de Banderas que finalmente hizo Armand Assante. Convenció a todo el mundo y al malagueño le propusieron si podía aprenderse fonéticamente los diálogos originales. La respuesta ya la tenía más que ensayada: «I can do that.

El arrollador Antonio Banderas conseguía al fin abrir un camino que los actores españoles habían explorado escasamente o sin suerte. Los pocos precedentes hasta entonces los habían protagonizado Sara Montiel en los 50 (Veracruz) y Fernando Rey en los 70 ( French Connection), pero en ambos casos fueron aventuras con billete de vuelta. No fue el caso de Banderas. Salió de Málaga dispuesto a comerse Madrid y, cuando Almodóvar lo convirtió en su actor fetiche y los productores se rifaban al joven actor, volvió a hacer las maletas con destino a Hollywood y dispuesto a regresar... pero solo de vacaciones.

Tras el impacto de Los reyes..., en la que se alabó precisamente la intervención del actor por encima de la película, Hollywood vio claro que no podría dejar escapar al malagueño. Le ofrecieron La casa de los espíritus (1992), un pequeño pero llamativo papel como pareja de Tom Hanks en Philadelphia (1993) y enseñó los dientes en Entrevista con el vampiro (1994). Después llegaron algunos papeles con los que, como él dice, se ganó su «libertad», como el malo, malísimo que atosigaba a Stallone en Asesinos (1995) o el acosador de Rebecca de Mornay en Nunca hables con extraños (1995). Por entonces volvió al cine español con Two Much, donde se enamoró de Melanie Griffith. Y su vida terminó de dar un vuelco al aceptar el reto de cantar junto a Madonna en el musical Evita (1996) y firmar la letra que le tendió Steven Spielberg, la Z de la La máscara del Zorro (1998).

El enmascarado interpretado por el malagueño, a mitad de camino entre el galán y el cómico, supuso su consolidación definitiva en Hollywood. Y despertó además la ambición del resto de actores españoles, como Paz Vega, Jordi Mollá, Elsa Pataky o los ganadores del Oscar Penélope Cruz y Javier Bardem. De todos ellos, ha sido Antonio Banderas anfitrión.

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En los últimos dos años, la vida del actor ha dado un vuelco. Como él dice, Hollywood ha dejado de ser un sitio, para convertirse en una marca. Que el malagueño lleva precisamente impresa en todo lo que hace. Se ha instalado en Londres con su nueva pareja, Nicole Kimpel, y quiere hilar fino en su deseo de ser diseñador de moda. Eso sí, sin parar de trabajar. Hasta cuatro y cinco películas al año. Y sin perder sus referentes. «Yo nunca me he ido. Cuando hago una película, incluida El Zorro, no pienso en los espectadores de Nueva York o de Japón, sino en cómo la verá el público de Málaga», reconocía recientemente a SUR Banderas, que sigue siendo el rey del mambo.

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