El Chapo ya estuvo preso en la cárcel de Málaga

Tiene unos muros que ya desearía el mismísimo Donald Trump para sus planes fronterizos. Sobre todo para no dejar pasar a un tipo como Joaquín El Chapo Guzmán que hasta su captura el pasado año fue el delincuente más perseguido por la DEA (Administración para el Control de Drogas de EE UU). La prisión de Málaga queda a bastantes kilómetros de México y de Estados Unidos, pero Ridley Scott ha encontrado allí el escenario principal para su thriller carcelario The Cartel, que narra el enfrentamiento de un policía norteamericano y un narcotraficante azteca inspirado precisamente en la figura del capo del cartel de Sinaloa.

La noticia saltaba hace un par de días en este mismo periódico y entre sus lectores estuvo el responsable de la productora malagueña Fresco Film, Peter Welter Soler, al que le costaba creer que la historia se repitiera. En 2013, el antiguo centro penitenciario de Cruz de Humilladero ya interpretó el papel de cárcel mexicana del mismísimo Chapo Guzmán en el documental británico-estadounidense Drug Lord: The Legend of Shorty (El Señor de la Droga: La leyenda del Chapo).

Antes de que la serie de moda de HBO, Juego de tronos, llamase a la puerta de esta productora malagueña como socia principal del rodaje en España de sus tres últimas temporadas, Fresco Film ya participó en producciones internacionales como el rodaje de este documental que buscó en Málaga lo que no era posible en el país azteca. «Por cuestiones de seguridad, no podían rodar en las cárceles mexicanas por lo que hicimos una visita a la antigua prisión provincial y, en cuanto el director Angus MacQueen vio las instalaciones, le encantó», resume Peter Welter.

Una escena que no debió de diferir mucho de la que vivió el propio Ridley Scott cuando en diciembre pasado visitó esta misma localización y la eligió para su nuevo proyecto, The Cartel. Si el protagonismo de Leonardo DiCaprio se confirma, el presidio malagueño podrá presumir de su recluso más famoso.

Fuga de la prisión

La antigua prisión ya hizo doblete cinematográfico en 2013 al albergar el rodaje del largometraje 321 días en Michigan y del documental Drug Lord: The Legend of Shorty. Para este ultimo filme, el director Angus MacQueen se llegó a entrevistar dos veces en persona con el propio narcotraficante en Sinaloa. «Se metió en la boca del lobo y llegó hasta Guzmán porque estaba muy interesado en que se hicieran películas sobre él», explica el productor de Fresco Film, que recuerda que fue precisamente esta debilidad cinéfila y el posterior proyecto de Sean Penn de llevar la vida del narco a la gran pantalla la que propició su captura hace ahora un año.

Las escenas rodadas en Málaga con un actor «muy parecido» al capo mexicano recreaban la vida de este preso deluxe en una jaula de oro. Una reclusión desde la que seguía dirigiendo sus negocios y en la que la entrada y salida no estaba muy vigilada, como muestra la secuencia del Chapo bailando en medio de la galería con una prostituta de la que estaba enamorado y con unos mariachis creando ambiente. La célebre fuga también fue rodada. Tanto la oficial como la oficiosa. «Se dijo que había escapado dentro de un carro de la ropa sucia, pero la versión que cobró más fuerza con el tiempo es que salió por la puerta y escoltado por los propios funcionarios», recuerda Peter Welter. Una huida que también forma parte del argumento de The Cartel.