George C. Scott y el director sustituto Richard Fleischer, en el BMW 503 que también protagoniza esta 'road movie'

La película que John Huston rodó en Málaga, pero nunca terminó

El festival La Edad de Oro recupera el ‘thriller’ ‘Fuga sin fin’, de la que el autor de ‘El halcón maltés’ fue expulsado por sus problemas con el actor George C. Scott

Francisco Griñán

Domingo, 4 de septiembre 2016, 00:22

No lo busquen en los títulos de crédito. John Huston no aparece ni de pasada. Pero durante varias semanas fue el que mandaba en el rodaje. La productora Metro Goldwyn Mayer recurrió al mítico cineasta de El halcón maltés (1941) y La reina de África (1951) para dirigir el thriller Fuga sin fin (The Last Run, 1971), cuyo reparto encabezaba el actor más popular del momento, George C. Scott, que arrasaba en las taquillas con Patton. Ambos llegaron a Málaga, plantaron el cuartel general en la Costa del Sol, y se pusieron a filmar esta road movie decadente y oscura en la que un BMW 503 ruge con especial protagonismo. Aunque los que se pasaron de vueltas fueron Huston y Scott, que convirtieron el rodaje en una carrera más peligrosa que las persecuciones de la película por los montes de Málaga. Y el que se despeñó fue el veterano cineasta, que abandonó la película en pleno rodaje.

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El festival de cine clásico La Edad de Oro recupera este lunes 5 de septiembre (Cine Albéniz, 20,15 horas) esta película injustamente olvidada. Y lo hace sin mencionar a John Huston, sino a su sustituto, el director Richard Fleischer, que es el que figura en todas las reseñas del filme. Pero como publicaba SUR el 15 de enero de 1971, el ganador del Oscar por El tesoro de Sierra Madre (1948) fue no solo el responsable de la dirección, sino el más buscado en el rodaje. Después de que en Nerja se mostrara inaccesible, el periodista Julián Sesmero lo abordó tras terminar la filmación en la plaza del Obispo de la capital y Huston le concedió una entrevista en la que aseguraba que Fuga sin fin se situaba en la línea medular de su filmografía, aunque también suponía una renovación en su carrera.

Concedía al periodista que la plaza del Obispo era recogida, sugerente y muy romántica y señalaba que también habían rodado en Nerja, Mijas y tomarían escenas en la provincia de Granada, aunque lo más llamativo fue la respuesta a la pregunta sobre su protagonista, George C. Scott, que se encontraba en su mayor momento de popularidad y estaba nominado al Oscar como mejor actor por Patton premio que finalmente se llevaría-. Y aunque no quiso desvelar las diferencias en el seno del rodaje, Huston hablaba sin pasión de su intérprete principal: Es un buen actor que en Norteamérica se estima muy bien. Es por el momento el número uno.

Días después, el 21 de enero, el cineasta participaba sin su protagonista su carácter huraño le precedía- en un cóctel por la película hasta que el 7 de febrero un mes después de que comenzara el rodaje el 4 de enero- saltaba la noticia del divorcio: John Huston abandona Su última carrera, decía SUR con grandes titulares. La información destacaba la versión oficial de aquella renuncia: Huston ha tenido dificultades con la productora de la película a propósito de los diálogos de la misma. Lo cual era cierto, pero también era una verdad a medias. Y la realidad al completo era que esos problemas con el guión fueron más bien con el protagonista, George C. Scott, que no dudó en mantener un pulso con el cineasta hasta el punto de que pidió a la MGM que lo sustituyera. Y la productora, como los equipos de fútbol, prefirió cambiar al entrenador antes que a su estrella principal ya que suponía un menor coste.

Así lo reveló la prensa norteamericana (ver la revista Time 22/09/1972), que especificó que el colérico Scott exigió urgentemente sustituir a Huston. Y además, el director no fue el único damnificado. La actriz francesa Tina Aumont dejaba también el set de rodaje por diferencias con el protagonista y era sustituida por la joven estadounidense Trish Van Devere. Con esta última llegó también el cineasta Richard Fleischer que prolongó hasta marzo el rodaje y se entendió con el exigente George C. Scott. El nuevo realizador tuvo que rehacer además las escenas rodadas con Aumont o las que se habían filmado en la Plaza del Obispo, razón por la cual la capital no aparece finalmente en la película. Paradójicamente y pese a todos los problemas artísticos, Fuga sin fin es un thriller particularmente crepuscular e intenso que, aunque en su momento fue muy criticada por la sustitución de John Huston, ha ganado con el tiempo hasta el punto de ser reivindicada como una película de culto.

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El epílogo al rodaje de Fuga sin fin lo puso el siempre polémico George C. Scott, que siguió dejando víctimas por el camino. En esta historia sobre un asesino retirado al que le encargan un último trabajo, liberar a un delincuente que está preso, el actor reservó un personaje para su tercera mujer, Colleen Dewhurst, pero disfrutó más de sus escenas con la sustituta Trish Van Devere hasta el punto de enamorarse de esta última, plantar a su esposa y casarse con la joven coprotagonista. Fue su cuarto matrimonio. Y el último. Estuvieron juntos 27 años.

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