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Regina Sotorrío
Lunes, 29 de agosto 2016, 01:02
El malagueño, que ha trabajado en Altamira y Palmeras en la nieve, participa en el último filme del director alemán con la oscarizada Alicia Vikander
málaga. «¡Todo lo que te piden son cosas raras! Lo raro es que te propongan algo normal», cuenta entre risas Antonio Naranjo. En su lista de encargos hay todo tipo de miembros amputados, malformaciones, heridas abiertas en cualquier parte del cuerpo, rostros golpeados, monstruos, alienígenas y demás especímenes extraños. Nada es real, pero tiene que parecerlo. Y ahí está la maestría de la mano que hay detrás. El malagueño es uno de los escasos profesionales españoles que trabajan el maquillaje de efectos especiales en el sector audiovisual, una labor que unas veces pasa inadvertida al espectador y que otras le obliga a retirar la mirada de la pantalla por la dureza de las imágenes. Tras participar en series de televisión, películas españolas y hasta musicales (hizo la máscara de la Bestia en la gira del musical de la película de Disney), Antonio Naranjo ha dado el salto internacional con la última película del director alemán Wim Wenders, Submergence, con la reciente ganadora del Oscar Alicia Vikander (La chica danesa) y el actor James McAvoy (Expiación, X-Men: primera generación).
Han sido tres semanas de rodaje en Madrid y dos en el país africano Djibouti, un refugio de paz en medio de una zona en guerra, entre Somalia y Etiopía. El director de París, Texas quería acercar lo máximo posible a su localización real este drama romántico con el terrorismo yihadista como fondo. «Ha sido muy duro, pero toda una experiencia en paisajes casi vírgenes», explica. Junto al jefe de maquillaje Björn Rehbein (El perfume, Resident evil), su misión era ir transformando el rostro del protagonista tras cada golpe que recibía en la pantalla. Prótesis de hinchazón, prótesis de bolsas en los ojos, maquillaje, heridas, cortes un trabajo de continuidad durante todo el filme que debe parecer natural bajo la lupa del primer plano. Es lo que llaman los efectos invisibles, un maquillaje trabajado y elaborado que tiene como objetivo que el espectador no repare en él, que lo asuma como parte de la historia. Y así lo ha hecho también en Altamira, de Hugh Hudson y con Antonio Banderas como protagonista, donde se encargó de dar un toque de época a la figuración a través de las barbas y bigotes.
Desde su taller, Oxum FX
Es una de las facetas de su profesión que más disfruta: «Cuando juegas más con el realismo que con la ficción pura y dura, cuando en una película naturalista cuelas una puñalada o un efecto difícil sin que sea una película de terror», detalla. Pero su trabajo se nutre en buena medida del cine de género, ya sea como freelance o desde su propio taller Oxum FX, que comparte con Cristina Asenjo en Madrid. Desde aquí salieron los efectos del cortometraje Behind, de Ángel Gómez, premiado en el Festival Internacional de Cine Fantástico Nocturna. Y en los próximos meses, de allí saldrán también los efectos para su conversión en largometraje. Ángel Gómez y Juan de Dios Garduño ya están inmersos en la adaptación del guión, al que se sumará Tom Holland, director y guionista de Chucky. El muñeco diabólico y la firma también de Psicosis 2. Los rostros protagonistas se mantienen: Macarena Gómez y Javier Botet, que actúa en el remake de La momia que ya rueda Universal Studios con Tom Cruise.
El largometraje de Behind cobrará forma a lo largo de 2017, cuando llegue a las carteleras otro de sus últimos trabajos:El guardián invisible, de Fernando González Molina, para quien ya creó los efectos de maquillaje de Palmeras en la nieve. «Va a ser un bombazo de película», avanza Naranjo. Marta Etura protagoniza este filme basado en la primera parte de la exitosa Trilogía del Baztán de Dolores Redondo. Pero sobre su labor durante el rodaje, poco puede contar: «Sería spoiler», justifica.
Su mano ha estado también detrás de varias series españolas, pero su meta siempre fue el cine. «El problema son los tiempos. Nosotros requerimos de un tiempo de fabricación bastante prolongado, y las series por regla general no cuentan con ello. Antes que entregar una cosa mediocre, prefiero decir que no», afirma.
El maquillaje de efectos especiales es un campo en constante evolución, «las técnicas de ahora no se usaban hace diez años y dentro de diez años habrá otras». Parte de su día a día consiste en «solucionar problemas», inventar sistemas y maneras de lograr lo que el director quiere para su película. «Cada trabajo es un nuevo reto, algo que no has hecho antes», resalta. Pero tampoco el maquillaje lo puede todo: es imposible, por ejemplo, quitar un volumen que existe. «Puedes intentar que parezca más pequeño, pero no eliminarlo. Sabemos cuáles son las limitaciones, pero también sabemos convivir con ellas y dar la mejor respuesta», explica.
Lo digital es un aliado, no una competencia. «Hay que sacar lo mejor de cada cosa», mantiene. Pero algunos avances tecnológicos sí hacen más complejo su trabajo: el HD no perdona ninguna imperfección. Naranjo es experto en crear prótesis hiperrealistas capaces de engañar a la alta definición, pero al margen de lo profesional él tiene su propia opinión sobre este sistema: «No tenemos el ojo educado para el HD, la vida no es tan nítida como la ves en una pantalla de cine. La imagen puede ser más bonita, pero no es real».
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Rocío Mendoza | Madrid, Lidia Carvajal y Álex Sánchez
Encarni Hinojosa | Málaga
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