El interior de la nave Soyuz ha sido replicado para esta cinta espacial.

Málaga: odisea del espacio

Fran Kapilla utiliza técnicas de ‘Gravity’ y ‘2001’ para rodar el corto‘Matryoshka’, la primera producción malagueña ambientada en una estación espacial

Francisco Griñán

Jueves, 9 de junio 2016, 00:37

¿Recuerdan a Sandra Bullock flotando en el espacio en Gravity y llevándose una colección de premios Oscar al espacio? Pues aunque parezca que llegar tan lejos solo está al alcance de Hollywood, una equipo malagueño ha reinventado esta tecnología para dar el salto a la ingravidez y rodar el ambicioso cortometraje Matryoshka, la nueva película de Fran Kapilla, que ha pasado del barroco mundo de la ópera que retrató en su largometraje Las hijas de Danao a esta cinta situada a años luz. Concretamente en la órbita terrestre, lo que supone la primera producción local que se ambienta en el espacio y que no ha escatimado medios y, sobre todo, ingenio para narrarnos una historia de supervivencia a bordo de la nave rusa Soyuz. «Hemos utilizado técnicas de Gravity con otras más artesanales, pero igual de espectaculares que se utilizaron para 2001», explica el director de esta aventura orbital, que ya tiene claro cual será la zona de aterrizaje de esta película: la misma Nasa y su certamen internacional de cortos que se celebra el próximo mes de enero.

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Un equipo de 25 personas ha permitido concluir el rodaje de Matryoshka que, según este cineasta valenciano afincado en Málaga desde hace una década, no habría sido posible sin el soporte de la Sociedad Malagueña de Astronomía (SMA) y de la comunidad rusa afincada en la Costa del Sol y Andalucía. «En principio tenía escrita una historia de supervivencia en una nave espacial , pero cuando entré en contacto con los astrónomos el guión pasó a ambientarse en la etapa final de la Rusia soviética», revela Kapilla, que reclutó a las actrices eslavas Maria Ivanova y Oksana Hrihorash para encarnar a estas viajeras de las estrellas.

«La cinta transcurre en 1983, momento en que Rusia se planteaba mandar al espacio misiones con cosmonautas femeninas y nosotros hemos convertido aquel proyecto en la base de nuestra ficción», avanza el realizador que explica que la trama parte de una avería en la nave Soyuz, lo que desencadenará una situación crítica que las protagonistas tendrán que afrontar para evitar que la gravedad terrestre provoque la entrada en la atmósfera y una muerte segura.

El propio responsable de esta misión espacial malagueño-rusa y parte de su equipo participan mañana viernes en el Centro Principia de Málaga en una charla en la que contarán los secretos de estas esforzada aventura, cuyas imágenes no se corresponden con su presupuesto: apenas 10.000 euros. Pese a ello, la dirección de arte, con la colaboración de la SMA, ha construido una réplica real de la Soyuz, que ha permitido rodar la película en un ambiente muy realista. Monitores y teclados en ruso y algunos elementos de navegación aeronáutica cedidos por la Universidad de Málaga ayudaron a completar la cápsula espacial, cuya precisión y escala sorprendió a los responsables del propio Museo Aeronáutico de Málaga, donde también se rodaron algunas escenas con aviones antiguos.

«Se quedaron tan impresionados con la Soyuz que nos pidieron la nave para exponerla, por lo que tras concluir el rodaje la donamos y ahora se exhibe en el museo», señala Kapilla, que añade que el nombre de ese módulo espacial es precisamente el que da título al cortometraje, Matryoshka, que también hace referencia a las famosas muñecas rusas que son huecas y guardan en su inetrior sucesivas figuras más pequeñas. Precisamente, ese juego es el que esconde este cortometraje que, según los productores, es el primer filme malagueño y andaluz ambientado en el espacio. Su antecedente más cercano es el formidable corto fantástico Paraíso Beach, un filme de Biktor Kero que utilizaba efectos especiales y astronautas, aunque no retrataba la ingravidez en el interior de una estación espacial.

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El truco de Kubrick

«La técnica ha consistido en colgar a las actrices con cables, pero, en lugar de sujetarlas del techo como en Gravity, van sobre una plataforma que ha desarrollado el equipo del filme», explica el director, que también ha contado con efectos digitales para la recreación del espacio, mientras que para los objetos que flotan en el interior de la nave recurrieron al maestro Kubrick y sus soluciones en 2001: grandes cristales con objetos pegados que se mueven como si estuvieran gravitando ante la cámara.

Fran Kapilla, que espera tener la cinta terminada tras el verano, destaca la ayuda económica de la Asociación Eslava de Granada en la producción y la colaboración de la propia Agencia Espacial Rusa que, además de instrumental e indicaciones, prestó un casco original soviético de un traje espacial para el rodaje. «Yno era de los de reserva, sino de los que se usaron en misiones reales», remacha el autor de esta odisea malagueña que, pese a su formato de corto, apunta más allá de las estrellas.

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