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osé Antonio Rey maneja un dron con una cámara en el rodaje del largometraje ‘Resort Paraíso’
El cine despega con los drones

El cine despega con los drones

El desarrollo de estos aparatos populariza las imágenes aéreas que son ya habituales en los rodajes

Francisco Griñán

Lunes, 28 de diciembre 2015, 00:50

Ya no faltan en la agenda de rodaje. Lo mismo que se alquilan las cámaras, la iluminación o los camiones para el transporte, el productor ya guarda una partida para drones. Las imágenes aéreas aportan espectacularidad al resultado de cualquier filmación y no hay director que se resista a incluir unos fotogramas a vista de pájaro o un plano cenital que descienda hasta detenerse en las narices del protagonista. «Lo que más nos demandan son rodajes audiovisuales», asegura el piloto y responsable de Photodrone Tech, Juan Ramón Bernal, que adquirió su primer dron por afición y ahora tiene sobre la mesa una petición de TVE para filmar los dólmenes de Antequera desde una perspectiva que los constructores de estos monumentos megalíticos nunca soñaron.

De hecho, este tipo de imágenes tampoco pasaban por la mente de los cineastas hace solo unos años. Para conseguirlas había que contratar un helicóptero, la tripulación, operadores experimentados y cámaras especializadas. Un coste que sólo podían afrontar grandes producciones con presupuestos de altura. «Además un helicóptero provocaba problemas de turbulencia, lo que impedía que se acercara mucho, mientras que con un dron no solo puedo hacer planos de 360 grados, sino acercarme a la escena», explica José Antonio Rey, piloto y operador de Flyvision RC, que acaba de rodar en Torremolinos las imágenes aéreas del thriller Resort Paraíso.

«Queríamos mostrar que no estamos en un plató, sino que tenemos un escenario real de un hotel, como en El resplandor, y para eso el dron nos ofrecía unas posibilidades perfectas», explica el director Enrique García, que ha utilizado por primera vez en Resort Paraíso estas imágenes en pleno vuelo y asegura que el resultado es una «maravilla».

El secreto del rodaje aéreo está en los mandos. «Para que salgan buenos planos lo fundamental es saber pilotar, aunque también hay que saber y entender como un operador de fotografía lo que quiere el director», explica José Antonio Rey, que ya lleva acumuladas muchas horas de vuelo desde que en 2010 tuvo su primer dron. «Desde entonces hasta ahora la tecnología ha evolucionado de forma espectacular, tanto en las prestaciones de los aparatos como en las cámaras que ya ofrecen un estándar de calidad de cine digital», señala el responsable de Flyvision RC al referirse a la resolución 4k.

Desde aquel primer dron, que el propio José Antonio Rey tuvo que montar y configurar, a los actuales aparatos se ha ganado no solo en prestaciones, sino también en fiabilidad. «Con la experiencia de muchos de nosotros, las empresas han ido mejorando sus productos hasta el punto de que hoy día cuando te llega un dron, lo sacas y a volar», recuerda el piloto de Flyvision RC, que prefiere tener colaboración para concentrarse en manejar únicamente el aparato. «Pero la mayoría de las producciones carecen de presupuesto para contratar a un operador que maneje la cámara, así que habitualmente hay que hacer las dos funciones», explica Rey, que añade que, con otra persona que se ocupe de la filmación, la cámara puede realizar tomas y movimientos diferentes a los del propio dron.

Estos aparatos han conseguido ya tal nivel de estabilidad que, en algunas grabaciones, han sustituido incluso las imágenes que se rodaban con grúas o travellings. Aunque todavía hay aspectos que limitan. «El principal es el de las baterías, ya que la autonomía real es de una hora de vuelo», explica el piloto de Photodrone Tech, que añade que lo que menos ha avanzado tecnológicamente en los últimos años son precisamente las fuentes de energía de los aparatos.

Otro de los aspectos que ha cambiado, sobre todo en el último año, es el legislativo con el nuevo marco regulatorio del uso de drones aprobado en 2014. Desde entonces, se han prohibido las filmaciones aéreas en cascos urbanos, ha ordenado la formación y la experiencia necesaria de los pilotos y ha obligado a la inscripción de las empresas en la Agencia Estatal de Seguridad Aérea. «Pese a ello, el boom en el último año ha sido espectacular», señala Juan Ramón Bernal, que recuerda como, hace unos años, las autoridades «eran las primeras sorprendidas cuando veían un dron. No sabían ni que hacer».

Ahora, todo tipo de rodajes, desde el cine a la televisión, pasando por vídeos institucionales o publicidad, no pueden pasar sin ellos. Málaga es un ilustrativo ejemplo. Antes de 2014 operaban una decena de empresas, pero tras la regulación el sector las filmaciones aéreas han despegado con 46 empresas. Y subiendo.

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