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Algunos fans se metieron de lleno en el papel de los personajes de la saga.
'Star Wars': la fuerza de la nostalgia (crítica sin spoilers)

'Star Wars': la fuerza de la nostalgia (crítica sin spoilers)

La nueva entrega de J.J. Abrams recupera el clasicismo de la saga en una película entretenida en las que el homenaje permanente es demasiado evidente

Francisco Griñán

Viernes, 18 de diciembre 2015, 12:41

Vaya por delante que lo que ha hecho J. J. Abrams no tiene nombre. Atreverse a continuar la saga más famosa de la historia del cine es de valientes o insensatos. Y tal vez este heredero de George Lucas y Spielberg es ambas cosas, porque hacer una película que deje contentos a fans y a nuevos espectadores no es fácil. Y además a la siempre molesta crítica. Esa que a finales de los 70 menospreció el estreno de La guerra de las galaxias y que se tuvo que comer sus palabras cuando el público de todo el mundo mostró su entusiasmo por esta historia de rebeldes e imperios. El caso es que Abrams lo ha hecho y, además, demostrando que es un tipo hábil. En Star Wars: el despertar de la fuerza ha tomado todo la esencia de esta historia de una familia separada por el bien y el mal para proyectarla en esta esperada secuela que rebosa nostalgia durante más de dos horas. Aunque el exceso siempre provoca empacho.

Ver la cinta en el pase de medianoche de ayer y en pantalla UltraHD fue toda una experiencia por lo que tuvo de liturgia compartida. Porque todo el que estaba allí era devoto militante de esta serie galáctica y tenía esa inquietud por saber dónde anda Luke Skywalker ahora que la República lo vuelve a necesitar. Y para esa legión de espectadores, J. J. Abrams ha recuperado la esencia de la primera trilogía. De hecho, El despertar de la fuerza es una nueva versión con todo el clasicismo de la factoría Lucasfilm, pese a que la responsable de la producción es Disney. Rescatando no solo el estilo visual y la fantasía, sino también ese entretenimiento/espectáculo del cine de aventuras de finales de los 70 y comienzos de los 80.

El pero a la película está también en ese clasicismo nostálgico que acaba encerrando en sí misma la puesta en escena y la propia trama. Una escena tras otra, todo lo que aparece en pantalla te recuerda a algo que ya habías visto en la primera trilogía, llegando incluso a pensar que estaba mejor resuelto entonces que ahora. Abrams no inventa nada, no aporta nada sustancial. Usa con maestría el legado que le dan para volver a hacer la misma película con una sucesión de referencias, escenarios y situaciones demasiado evidentes. Más de dos horas de metraje en la que el director sabe entretenernos. Pero poco más.

Si en lo visual y la puesta en escena todo es lo esperado, las sorpresas están en el argumento aviso: aunque no hacemos spoilers, algunos pueden ver alguna pista en las valoraciones a partir de este punto- . Pero sí podemos decir que con Han Solo y todo lo que representa, la película no ofrece algunos de sus mejores momentos. Los nuevos personajes, la chatarrera Rey y el renegado soldado imperial Finn, resultan atractivos y creíbles, aunque una de las decepciones del filme es el malo de la película: Kylo Ren. La sombra de Darth Vader es demasiado alargada no solo por la altura del personaje y J. J. Abrams no ha sabido aquí crearnos un villano a la altura. Desde luego, tiene difícil superar al personaje más pérfido de la historia del cine, pero para la próxima entrega hay que revisar el lado oscuro. Porque cuanto más negro y mítico sea, más brillará esta saga.

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