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Imanol Uribe. Logró el primer premio en 1979 con ‘El proceso de Burgos’.
Scorsese quiso ser uno de los nuestros

Scorsese quiso ser uno de los nuestros

Una muestra descubre la solicitud del cineasta para competir en la II Semana de Cine de Autor de Benalmadena

Francisco Griñán

Jueves, 19 de febrero 2015, 01:30

Lo leyó y no salía de su asombro. Por eso, lo volvió a mirar detenidamente para comprobar que allí decía: «Sr. D. M. Scorsese». El papel añejo y teñido de amarillo por los 45 años que han transcurrido desde que se firmó en Nueva York ha permanecido en los archivos del Ayuntamiento de Benalmádena hasta que la digitalización del fondo local ha revelado esta desconocida solicitud de la desaparecida, añorada y revolucionaria Semana Internacional de Cine de Autor (SICAB). «El descubrimiento fue muy emocionante», reconoce la bibliotecaria María del Carmen Martín, que en otro documento dio con las «exigencias» del entonces joven cineasta que, finalmente, no compitió en el también naciente festival costasoleño. El documento rubricado por el director de Uno de los nuestros (1990) y Casino (1995) es una de las piezas más llamativas que se exhibe en la exposición La Semana de Cine de Autor de Benalmádena, que trata de rescatar desde mañana la influencia de este certamen único en España que no solo exhibió películas prohibidas y cinematografías ignoradas en nuestro país, sino que se convirtió en punto de encuentro de cineastas renovadores, antifranquistas y demócratas que encontraron en el festival el espíritu de libertad al que se resistía el tardofranquismo.

En aquel grupo de contestatarios se podría haber integrado a la perfección el debutante Martin Scorsese que, por entonces, lucía barba y melena acorde con la moda de los 70. La solicitud del cineasta para competir con su ópera prima Whos that knocking at my door? (¿Quién llama a mi puerta?, 1968) fue aceptada, pero otro documento muestra que el director pedía una serie de requisitos para su visita, como viaje, traslados, estancia, manutención y otros gastos. Y aunque el director y fundador de la Semana de Cine de Autor, el recordado Luis Mamerto López-Tapia, no está ya aquí para aclarar aquel episodio, lo que parece evidente es que el autor de Taxi Driver (1976) no se convirtió en uno de los nuestros por «razones económicas».

De polémica en polémica

«Aquello era muy costoso para un festival que se hacía con poco dinero y en el que la estancia corría por cuenta del hotel Alay y las comidas la aportaban los restaurantes que colaboraban para traer a directores y actores», explica María del Carmen Martín, que añade que la exposición también mostrará el proyecto original que presentó López-Tapia al ayuntamiento en 1969 para crear el festival que estaba llamado a convertirse en refugio del cine más incómodo, atrevido e independiente que se producía en España y en el resto de cinematografías.

La exposición, que se inaugura mañana (19,30 horas) en la Biblioteca del Arroyo de la Miel con una mesa redonda en la que intervendrán antiguos trabajadores de la semana, incluye documentos inéditos, fotos, libros, carteles y programas de las quince ediciones de la SICAB, que proceden de los archivos del Ayuntamiento de Benalmádena tras el proceso de digitalización y ordenamiento de su fondo local. «Nos dimos cuenta que, en relación a la Semana de Cine de Autor, teníamos una documentación que merecía ser mostrada», explica María del Carmen Martín que añade que la muestra trata de hacer justicia con una muestra «que fue muy influyente en su época, pero cuya memoria no está reconocida». La edición de 1989 ya no llegó a celebrarse tras una etapa crespuscular y el abandono de las administraciones, lo que fue calificado por su último director, Julio Diamante, como una «censura económica».

Películas como Muerte en Venecia (1971), la antibelicista Johnny cogió su fusil (1971) o el controvertido documental sobre ETA El proceso de Burgos (1979) con premio incluido para Imanol Uribe pasaron por las pantallas del certamen que introdujo en Europa a autores fundamentales como el mexicano Arturo Ripstein o el japonés Nagisa Oshima, que recibió el premio Niña de Benalmadéna en 1971, lo que fue fundamental para que seis ediciones después estrenará su polémica cinta El imperio de los sentidos (1976). El filme fue prohibido por la censura en el último momento, lo que provocó una protesta de la prensa extranjera acreditada en el festival, que consiguió revocar el veto y que el filme se estrenara en la clausura. La expectación fue tal, que la cinta se exhibió en tres salas a la vez.

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