Borrar
Mercedes León, en la escuela de arte dramático ESAEM.
Mercedes León: «Pase lo que pase en los Goya, ya he ganado»
Actriz, dramaturga y profesora de Interpretación

Mercedes León: «Pase lo que pase en los Goya, ya he ganado»

Tras una vida dedicada al teatro que se lo ha dado «todo», la artista afronta la nominación por ‘La isla mínima’ como un «accidente maravilloso»

Francisco Griñán

Lunes, 12 de enero 2015, 01:59

Desde el miércoles vive unas sensaciones que nunca había experimentado como actriz. Y eso que lleva más de tres décadas en las tablas. Algo de lo que siempre había huido, un casting, le ha cambiado la vida. Eso, su papelón en La isla mínima y la candidatura al Goya por el personaje de una guardesa que no se arredra ante la policía. Tampoco se la ve intimidada a Mercedes León en esta entrevista. Sigue hablando con pasión del teatro, pero en el cine de siente como un «bebé» y está dispuesta a exprimir esta nueva oportunidad que le ha dado su profesión.

¿Ya se ha hecho a la idea de que se va a los Goya?

Sí voy a ir... Ya me han llamado hasta de la Academia, así que es cierto.

Una vez que le ha dado tiempo a digerir la noticia, ¿qué piensa?

Sigo sorprendida. Llevo muchos años de profesión y estos reconocimientos siempre sobresaltan. Cada estreno en teatro siempre lo vivo igual: nervios y respeto hacia el público. Esto no me lo esperaba y quiero disfrutarlo.

¿Qué le parecen las otras tres candidatas?

No he visto sus películas, pero lo haré antes de la gala. De Goya Toledo conozco menos su trayectoria, Barbara Lennie es candidata en dos categorías y Carmen Machi es un peso pesado. A todas ellas las conocen, mientras que en el cine yo todavía soy un bebé.

Usted es actriz, pero ni la televisión ni el cine le llamaban la atención, ¿por qué?

El cine lo veía como algo más lejano. ¡Ojo!, no como palabras mayores, porque para mí el teatro es sagrado y la madre de las artes. El cine es mágico, pero suponía salir de aquí, dejarlo todo, buscarte representante... Compañeros míos como Antonio Banderas o María Barranco lo hicieron y lo pasaron regular antes de triunfar. Yo opté por quedarme aquí, formar la compañía Brea y comprar la furgoneta a plazos para las giras, aunque nos la robaron antes de terminar de pagarla. El teatro es maravilloso y preferí esa vida. Quería tener mi compañía y vivir de ella, o más bien malvivir porque del teatro se malvive, pero se lo debo todo. Esto del cine ha sido un accidente maravilloso.

Un accidente para el que tuvo que superar su alergia a los casting...

No soy muy amiga de estas pruebas, pero mi compañera en la compañía, Adelfa Calvo, me animó y gracias a ella me presenté. Se ve que la suerte ese día estaba conmigo porque me hicieron la prueba y, después, me dieron otra secuencia. Cuando terminé me pidieron que volviera por la tarde y me dieron otro personaje todavía más importante. Y al terminar me preguntaron si podía hacer una prueba otro día y resultó ser para la serie El secreto de Puente Viejo, de Antena 3, en la que he estado durante todo el 2014. Ha sido como un regalo.

No haremos spoiler, pero su personaje en La isla mínima es chiquito pero matón...

Es un papel muy potente porque tiene dos secuencias muy diferentes que además son de las que dejan huella. Con la suerte de trabajar con los dos protagonistas, Raúl Arévalo y Javier Gutiérrez, que son maravillosos. En una de las escena había un enfrentamiento y, cada vez que terminábamos, Javier me pedía perdón por si me había hecho daño. ¡Me hubiera encantado disfrutar de más días de rodaje!

Es curioso que le hayan bastado unos minutos en cine para darse a conocer más que toda una vida dedicada al teatro...

Lo que me ha pasado es maravilloso y lo agradezco porque esto es por lo que lucha mucha gente que se dedica al cine. Además, estoy contentísima por el reconocimiento de la gente, la profesión y los amigos. Yo tengo mucho respeto por mis compañeros y por mi ciudad y me he dado cuenta de que hay mucha gente emocionada con esto. Se me cae el teléfono y el Facebook de mensajes de cariño y de personas que se alegran. Pase lo que pase en los Goya, ya he ganado. Te lo digo con el corazón en la mano, toda la emoción y el cariño que he recibido ha sido un regalo.

La cinta se ambienta en la Transición. ¿En qué andaba Mercedes León por entonces?

Pues formando la compañía Brea en la que, en un principio, estábamos Paco Gil, Nuria González, Adelfa Calvo y una servidora. En los últimos tiempos se nos unió Rafa Castillo. Comenzamos con mucha ilusión y con dinero solo para dos cafés, pero sin querer irnos de aquí. Además comencé a escribir y teníamos fecha de estreno antes incluso de terminar los textos. Vivíamos el momento y teníamos ganas de decir cosas.

¿Cómo qué?

Mis obras me salen con humor negro, incluso absurdo. Me encanta hablar del mundo a través de la comedia porque te permite ser crítica sin necesidad de politizar el discurso. Me gusta hablar de verdades universales que nos afectan a todos, de sueños pero con los pies en el suelo.

La coyuntura actual también da para sacar punta...

Soy una persona optimista, pero en los cambios de siglo siempre se producen grandes crisis. Asistimos a una vorágine que se tiene que aclarar, ya que estamos viviendo un gran caos. Tenemos que recuperar la pausa y el sosiego. Y necesitamos todavía algo de distancia para escribir sobre los que nos está pasando.

¿Y qué está escribiendo en estos momentos?

Pues he retomado una novela que empecé hace quince años.

¿Sobre qué?

Es un canto a las personas anónimas que tienen grandes vidas. Mi intención es terminarla, aunque es un género literario que desconozco y al que respeto. También tengo una nueva obra de teatro en la cabeza, pero necesito tiempo para escribir y últimamente no paro.

¿Y cómo ve el teatro actual?

La crisis ha sido muy fuerte y el IVA nos está matando. Las compañías se han quedado sin espacios y sin ayudas y la reacción ha sido genial. El talento ha buscado su salida con la aparición del microteatro y otras iniciativas. Vivimos un boom de nuevo; están explosionando muchas cosas. Y ahí está el Festival de Teatro, donde hay una gran presencia de compañías malagueñas cuando hace unos años no se incluía ninguna.

Lo de dar clases casi parece un paso natural en su carrera.

Pues surgió accidentalmente. No sabía que me iba a gustar tanto, porque se ha convertido en un reciclaje. Doy clases de interpretación, en las que intento motivar y transmitir el interés por la lectura y la cultura. Y ellos me contagian sus ganas de aprender y su ilusión.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur Mercedes León: «Pase lo que pase en los Goya, ya he ganado»