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fernando miñana
Viernes, 18 de julio 2014, 01:10
Cada vez que el genial Luis García Berlanga regresaba a Valencia, se iba directo a ver a la gente del cine. Y en medio de aquellas tertulias apasionadas, el director de Bienvenido Míster Marshall fantaseaba con un pequeño Hollywood en el Mediterráneo. O, más bien, con levantar algo parecido a la romana Cinecittà en la Comunidad Valenciana, tierra de artistas y sol a raudales. Aquello, pese a que algunos de sus amigos se carcajeaban cada vez que lo soltaba, terminó cuajando y el entonces presidente valenciano, Eduardo Zaplana, en el inicio de los tiempos de la desmesura valenciana, aprobó una proyecto faraónico.
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La Ciudad de la Luz no tuvo tiempo ni de ser un mal remake de Cinecittà, donde se llegaron a rodar más de 3.000 películas desde que Mussolini la inauguró en 1937. En los años 50 y 60 las estrellas paseaban por Roma entre rodaje y rodaje, pues allí se filmaron cintas como La condesa descalza, Guerra y paz, Ben Hur, Vacaciones en Roma o la carísima, con un presupuesto de 44 millones de dólares de hace medio siglo, Cleopatra. La Ciudad de la Luz no ha podido ni cumplir 10 años. Hace unos días le bajó el telón la Unión Europea con una sentencia del Tribunal General que confirmaba que las ayudas públicas de 265 millones de euros concedidos por el Gobierno valenciano a los estudios cinematográficos eran ilegales porque incurría en competencia desleal con los privados.
Nueve años después de que el bronceado Zaplana inaugurara en Alicante «el mayor centro audiovisual de Europa», como lo definió, los estudios cerraban sus puertas. Aunque ya llevaba desde 2012 prácticamente paralizado. La Luz, paradójicamente, se ha apagado al mismo tiempo que se atisba en España una incipiente tendencia a convertirse en escenario de producciones extranjeras. Sevilla presume de haber sido elegida como uno de los escenarios de la próxima temporada de Juego de Tronos, las fantásticas novelas de George R. R. Martin llevadas a la televisión para que sean devoradas por millones de espectadores.
Y Sevilla se pavonea no porque puedan reconocerse Los Alcázares en algún capítulo de la quinta temporada sino porque se ha comprobado que a los fans más fieles de esta serie les gusta visitar después los lugares por donde pasearon sus espadas los Lannister y los Stark. Aunque Sevilla será el reino de Dorne, gobernado por la casa Martell, en la profusa historia de Martin. Y esos turistas llegan con divisas.
Un rodaje, un chollo
Aparecer en una película es algo afortunado, pero en el sentido más crematístico. Siguiendo con Juego de Tronos, un dato: desde que se rodaron algunos capítulos en Dubrovnik, el turismo en Croacia ha crecido un 32%. Asombroso. Salvo para Carlos Rosado, presidente de Spain Film Commission, quien asegura que el turismo cinematográfico mueve 40 millones de personas por el mundo cada año y que el 30% de los turistas visita un lugar porque anteriormente lo ha visto en el cine o la televisión. Y una ecuación que provoca chiribitas en los ojos de los gobernantes: por cada euro invertido, 15 llegan al lugar donde se rueda.
Con esos números en la mano, Spain Film Commission pidió al ministro de Hacienda, Carlos Montoro, incentivos fiscales para atraer a las producciones internacionales, un recurso que ya utilizan países como Francia, Italia, Alemania, Inglaterra, Malta, Estados Unidos, Colombia, Nueva Zelanda o Australia.
A la altura de todos estos se encuentra Canarias, el archipiélago donde empiezan a aterrizar las estrellas del cine desde que los productores han descubierto que allí ofertan una exención fiscal del 38%. En la península andan muy lejos, en un 18% que la gente del cine considera ridículo, incapaz de competir con el resto de Europa. El ministro Montoro escuchó a todo el mundo, pero a la hora de la verdad solo cedió en que el productor tendrá derecho a una deducción del 20% hasta el primer millón de euros, y de un 18% sobre el exceso de ese importe, tomando como base de la deducción el coste final de la película. No muy lejos, en Italia o Alemania, la exención alcanza el 40%.
Eso significa que si uno pega un pelotazo como la taquillera Lo imposible, con un coste de 30 millones de euros, solo se podrá deducir un máximo de tres. Esta película, que recaudó 42 millones de euros se rodó en la Ciudad de la Luz. Su portentoso tanque de agua, uno de los mayores del mundo, permitió figurar el tsunami que encogió el corazón de los espectadores.
Lo imposible fue uno de los 60 rodajes más de 30 filmes que se hicieron en los seis platós de la Ciudad de la Luz, un complejo de 320.000 metros cuadrados que ahora está a la venta. La Generalitat Valenciana se ve obligada a subastarla, por completo o por lotes, para que la Unión Europea acepte que acaba así el agravio con el resto de estudios de cine europeos. Uno de ellos, el británico Pinewood, fue el primero que denunció en Bruselas, hace siete años, esta competencia desleal. Luego se sumaron otros.
La última de Ridley Scott
JUEGO DE TRONOS
Crece el turismo
Croacia está atiborrada de viajeros estos días. Desde que se rodaron en este país algunas escenas de la serie, el turismo ha crecido un 32%. La ciudad amurallada de Dubrovnik fue el lugar elegido para representar Desembarco del Rey.
Miles de aspirantes
Juego de Tronos también se rodará en España después de que HBO se haya decantado por Sevilla, donde se presentaron 16.000 solicitudes en día y medio.
La sentencia obliga a la Ciudad de la Luz a devolver los 265 millones de euros invertidos, pero desde el Consell, más allá de la deshonra de tener que vender uno de sus proyectos más personales, la resolución les causa risa. Los estudios eran 100% públicos y eso significa que nadie va a reembolsar nada a nadie porque todo sale de las mismas arcas. Lo que no sale gratis es la crítica. Ciudad de la Luz entra en el imaginario del despilfarro de este país, pese a que gente del cine asegura que los estudios, sin meterse en la idoneidad o no de un proyecto así, son de lo mejor técnica y tecnológicamente que hay en Europa. Y desde la Generalitat anuncian que muchas empresas y particulares se especula con Francis Ford Coppola, que rodó allí una película se han interesado por Ciudad de la Luz, aunque «ni de lejos» se alcanzarán esos 25 millones.
Lo imposible, La dama boba, El camino de los ingleses o Astérix en los Juegos Olímpicos, que propició la famosa imagen de Francisco Camps abrazando a Gerard Depardieu caracterizado como Obélix, se rodaron en Alicante. No habrá más. Ridley Scott pidió permiso y se lo denegaron. Así que cogió y desembarcó en Fuerteventura con un barco, el de mayor calado de España, cargado con todo el material y fletó dos aviones con más de 400 trabajadores. Exodus tiene un presupuesto que supera los 150 millones de euros y algunos se quedarán en la isla, donde se ahorrará 15,8 por su política fiscal, motivo por el que la eligió en detrimento de Marsella.
Ridley Scott no es el único. En las Canarias también se han rodado En el corazón del mar, Furia de Titanes y A todo gas 6. Una de las últimas ha sido Wild Oats, con un elenco de renombre. Shirley MacLaine, Jessica Lange y Demi Moore estuvieron allí hasta hace unos días. Su director, Andy Tennant, fue tajante: «El público americano descubrirá Gran Canaria».
Aunque no todo empieza y acaba en Canarias. El actor Liam Neeson interpreta a un agente jubilado de la CIA en Taken 3, que se está filmando en Murcia, en los alrededores de Cartagena, y en Alicante, en la cala Ambolo de Javea. No muy lejos de una Ciudad de la Luz vacía de actores, cámaras y acción. Si Luis García Berlanga levantara la cabeza...
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