El ciclo Clásicos en Verano peligra por la falta de espacio

Esta tendría que ser la décima edición del único ciclo de teatro clásico en verano que se celebra en la capital malagueña. Alrededor de 30 funciones de un gran texto del repertorio teatral, de lunes a sábado, al aire libre en un escenario singular. Más de 4.000 espectadores asistieron a la última cita prepandémica. Pero, a apenas dos meses del estreno, todo está parado y «pendiente de un hilo». Pata Teatro ha denunciado en sus redes sociales las incertidumbres que pesan sobre Clásicos en Verano por la falta de un espacio para representarlo.

Un «muro burocrático» impide que la compañía malagueña renueve su estancia en el patio del Colegio de Prácticas nº1 donde se había instalado los años previos a la pandemia o que regrese al patio del Instituto Gaona, donde estuvieron hasta 2016. «El acceso a espacios públicos es prácticamente imposible», lamenta Macarena Pérez Bravo, cofundadora de Pata Teatro con Josemi Rodríguez. Una normativa de la Junta de Andalucía en vigor desde 2018 prohíbe el uso de los centros docentes con fines lucrativos salvo para eventos muy puntuales. Y, en todo caso, hasta las 20.00 horas y nunca en agosto, algo incompatible con un ciclo veraniego.

La solución, según explica Pérez Bravo, pasa por elaborar un convenio entre el Ayuntamiento de Málaga y la Junta de Andalucía (último responsable de los colegios) para abrir la puerta a una excepción. Un extremo en el que ya trabaja el Área de Cultura y Deportes del Consistorio, sin resultados de momento. Mientras tanto, con el apoyo del Distrito Centro, Pata Teatro busca un espacio alternativo de titularidad municipal en la ciudad, pero en este caso se topa con el problema del cobro de las entradas. Tan sólo se podría hacer en lugares que tengan establecido un precio público, y los que existen ya han cerrado su propia programación.

«Lo más difícil es fidelizar al público y eso nosotros ya lo tenemos. Es una pena que teniendo ese respaldo no podamos llevar a cabo las funciones», dice Pérez Bravo. El ciclo cuenta con el apoyo del espectador y también del sector: la adaptación de 'Lázaro de Tormes' que presentaron en 2019 aspira este año a dos Premios Lorca de las artes escénicas andaluzas, mejor versión para Macarena Pérez Bravo y mejor actor para Josemi Rodríguez.

La filosofía de Clásicos en Verano es vincular grandes piezas teatrales al patrimonio malagueño, abriendo al público rincones históricos y singulares de la ciudad para muchos desconocidos. Las columnas del patio del Museo de las Cofradías, las del instituto Gaona y las del Colegio de Prácticas nº1 han enmarcado sus representaciones desde 2012, siempre al aire libre el mes de julio y principios de agosto, con la única salvedad de la pandemia. En 2020 el ciclo se suspendió y se recuperó en 2021 en el interior de la Sala Unicaja de Conciertos María Cristina para cumplir con las normas de seguridad que imponía la crisis sanitaria. Aún así, las últimas funciones se suspendieron por la reducción de los aforos que hacía inviable la sostenibilidad del proyecto.

«Si en dos semanas no se resuelve, cancelamos esta edición», avisa Macarena Pérez Bravo. Clásicos de Verano estrena cada temporada una nueva adaptación teatral, que necesita al menos dos meses de producción para sacarla adelante. Tras dar una nueva vida a obras de Calderón, Shakespeare, Agustín Moreto y Fernando de Rojas, la siguiente pieza está pendiente de concretar espacio y aforo disponible. Hay que tener en cuenta que cada nueva propuesta genera de forma directa e indirecta unos 50 puestos de trabajo, entre elenco, equipo técnico, taquilla y limpieza, entre otros empleos.

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