El chau-chau de Pau-Pau

Y qué energía, madre mía: qué grititos, qué gesticulación y locución afectada; qué de eses silbantes enmarcando discursos que pasarán a la historia con muchas más ganas de ganar que los lemas electorales rampantes. Y qué de anglicismos pronunciados en el despliegue de sus sentencias filosóficas, como si la nueva Fernando Arrabal del pop latino fuera o fuese. Donde Sonsoles Ónega, en Antena 3, dijo que «Rocío Jurado es mi hermanita, justo estaba hablando con ella que venía llegando de un AVE», confundiendo a la cantante con su hija, imaginamos. En lo de Eva Soriano, en Movistar+, también con abanico, sostuvo que su hijo es un «trozo de España» y le espetó a la comedianta que era «muy maaala», «que le limpiara el culo» (sic, por broma mal entendida), que ella «tiene muchos 'lovers'» y que, ojo, de una fiesta (dijo «fiesshta») hay que irse antes de que a uno lo echen. Cualquiera lo diría. El cha-chau de Pau-Pau (como se autonombró en 'El Faro' de la SER, con Mara Torres) ha robado toda la semana y ni Page pudo con ella. Sin despojarse casi nunca de sus gafas de sol, su particular «biombo» para marcar distancias. Paulina erigida en nueva niña de Puebla y cumbre en eso de escalar cualquier lunes.