![Medidas coronavirus: El Cervantes aplaza la ópera por el endurecimiento de las medidas de la Junta](https://s3.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/202104/20/media/cortadas/teatrocervantes-kcdC-RRD17IBARhjlrSlFULYdT8L-1248x770@Diario%20Sur.jpeg)
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Lo que iba a ser el ilusionante regreso de la ópera a Málaga se ha convertido en la última tragedia del sector cultural. Con la escenografía ya montada, los solistas ensayando junto al director italiano Giulio Ciabatti y todo el equipo del teatro movilizado para el estreno del 30 de abril, el Cervantes se ve obligado a aplazar la producción de 'El Barbero de Sevilla' hasta la próxima temporada. Una nueva directriz de la Junta de Andalucía comunicada el lunes al teatro (y a otros escenarios como el Soho CaixaBank) obliga a mantener una distancia de separación entre espectador de un metro y medio; una exigencia de última hora que reduciría el aforo a 150 personas, apenas un 15% de la capacidad del auditorio (con mil butacas). El recorte hace inviable sacar adelante un montaje de esta envergadura, que además ya tenía más entradas vendidas de las ahora permitidas.
La Junta sigue en Málaga los pasos que ha dado ya en Sevilla y Granada, ambas provincias en riesgo extremo (un nivel por encima de Málaga). Hace dos fines de semanas, Salud canceló 'in extremis' funciones en el Central de Sevilla y en el Alhambra de Granada por considerar que no se cumplían las medidas de seguridad exigidas, a pesar de que ambos escenarios no han alterado sus protocolos desde que levantaron el telón. El Gobierno andaluz esgrimía el mismo argumento que utilizó, por primera vez, en el debate sobre la celebración de la feria taurina de Sevilla: la ley nacional 2/2021, del 29 de marzo, solicita para los equipamientos culturales, espectáculos públicos y otras actividades recreativas las «medidas necesarias para garantizar una distancia interpersonal mínima de 1,5 metros, así como el debido control para evitar las aglomeraciones».
La separación obligada entre los asistentes llevó a la empresa organizadora a cancelar por segundo año las corridas de toros en Sevilla. Una decisión que provocó las quejas del sector, que ponía el acento en el trato diferente que recibían en comparación con los teatros, donde no se aplicaba la medida. Hasta ahora.
No obstante, el nuevo criterio se basa en una interpretación de la ley en el sentido más estricto, porque ese mismo artículo 14 continúa: «Cuando no sea posible mantener dicha distancia de seguridad, se observarán las medidas de higiene adecuadas para prevenir los riesgos de contagio». Y así se había actuado en los teatros malagueños y andaluces, donde no se ha notificado ningún brote desde el inicio de la pandemia. Y así se mantiene a día de hoy, por ejemplo, en Madrid, donde el aforo puede llegar al 75% del total.
La polémica salpica así a Málaga y se cobra en la ópera la primera víctima. «En coherencia con la política del Teatro Cervantes de aplazar y no suspender siempre que sea posible» –se lee en un comunicado–, la gran ópera bufa de Rossini se reprograma para febrero de 2023, tres años después de cuando estaba prevista. Su fecha inicial era junio de 2020. Medio centenar de personas, entre cantantes y músicos (el Coro de Ópera y la Filarmónica de Málaga), formaban parte de esta propuesta que representaba el esperado regreso de la ópera a Málaga tras más de un año de vacío lírico. Un aplazamiento que, sin duda, supondrá un alto coste económico para las arcas del teatro. Las localidades ya adquiridas se devolverán a partir de hoy miércoles.
La Junta cambia de criterio y endurece las restricciones al sector cultural malagueño más que en cualquier otro momento de la pandemia. Tras el verano y después de las Navidades, con la segunda y la tercera ola en lo más alto, el aforo del Cervantes quedó reducido a 200 personas, cincuenta más de las que entrarían con el metro y medio de distancia actual. Y prácticamente toda la programación se cumplió, con adelanto horario a las 16.00 horas y con ajustes de fechas. Está por ver qué pasará ahora con el inicio del segundo acto del Festival de Teatro fijado para el 8 de mayo. En el Echegaray, continúan las funciones de 'Las palabras de la carne' reubicando a los espectadores para asegurar la distancia.
El Teatro del Soho CaixaBank, que también ha recibido esa comunicación, estudia cómo aplicar la nueva exigencia días antes de retomar la programación con un ciclo de flamenco, que viene ya aplazado desde enero por los efectos de la tercera ola. Este viernes es la primera cita con el baile de Farruquito
Por su parte, en el Cánovas, dependiente de la Junta de Andalucía, continuarán con el sistema actual, que garantiza grupos burbuja de convivientes. El teatro, enfocado en una programación infantil y familiar, eliminó al inicio de la temporada las butacas pares y bloquea las sillas de alrededor cada vez que se hace una compra.
En tiempos de coronavirus, cada espectáculo o ciclo de eventos de los teatros necesita de un informe previo de evaluación de riesgos para ser autorizado. Todos los celebrados hasta la fecha han recibido el permiso, agrupando a las personas por grupos de compra cuando era posible, pero sin separación entre ellas. Las garantías de desinfección y control de accesos que ofrecen el Soho y el Cervantes son tales que hace unos meses incluso se permitió ampliar el aforo y llegar a la mitad del auditorio. Ahora se da marcha atrás.
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