Así celebrará Málaga el 'Año Picasso'

Llegaron miles de ramos y coronas. Pero la verja del castillo de Vauvernagues (Francia) solo se abrió para recibir una cruz de rosas que llevaba una cinta: 'Málaga a Pablo Picasso'. El final de aquel artista arrollador en abril de 1973 supuso, paradójicamente, el comienzo del regreso a sus orígenes. El 'Guernica' fue el símbolo mundial de aquel reencuentro con España con la llegada de la tela en 1981 al Casón del Buen Retiro de Madrid, a lo que se unió esa misma década la creación en Málaga de a emblemática Casa Natal, que puso los cimientos del posterior Museo Picasso (MPM). Como si fuera una carrera de relevos, allí culminó el abrazo del artista con su ciudad, a la vez que arrancó la capitalidad cultural de una urbe que hasta entonces sólo se reconocía como destino turístico. Ahora, ambos museos malagueños tienen un papel protagonista en 'Celebración Picasso 1973-2023', un evento internacional que ha conseguido algo inédito en el mundo del arte al unir a dos gobiernos, los de España y Francia, en la organización de medio centenar de exposiciones en Europa y EE. UU. Tres de ellas apuntan a Málaga y marcarán los actos centrales de la efeméride en la ciudad que vio nacer al pintor más influyente del siglo XX. Una conmemoración que coincide con otros dos aniversarios picassianos fundamentales para la ciudad.

«2023 es un año significativo ya que, además del aniversario de la muerte del pintor, celebramos los 20 años del Museo Picasso Málaga que ya no es un adolescente, sino que tenemos que demostrar que somos un museo adulto a la vista de lo que ha ido sucediendo con su contribución a la transformación cultural de Málaga que es una razón para estar satisfechos», asegura a SUR José Lebrero, director artístico del MPM, que tiene en su agenda dos de las grandes citas de la capital en el programa oficial de lo que también se ha denominado 'Año Picasso'. La primera muestra exhibirá la debilidad por la escultura del malagueño y la segunda indagará en su influencia el arte. El tercer montaje apunta al kilómetro cero de la vida del artista, la Casa Natal, que al igual que la pinacoteca de calle San Agustín tiene el próximo año un doble motivo para la celebración: el 35 aniversario de su creación. Argumentos para que esta institución afronte la exposición más «ambiciosa» de su historia, avanza el director de la Agencia de los museos municipales, José María Luna, que también trabaja en actividades paralelas: «Le hemos pedido al tejido cultural malagueño que piense en picassiano para 2023».

'Celebración Picasso 1973-2023' tuvo esta semana su inauguración oficiosa con la exposición de Bernardí Roig 'El último rostro y la afonía del minotauro', que ofrece en la Casa Natal una colección a partir del autorretrato que se hizo el malagueño antes de su muerte, mientras que bajo el cubo del Museo Pompidou se ha instalado un laberinto que invita a perderse a la búsqueda de ese animal mitológico con cuerpo de hombre y cabeza de toro tan presente en la obra de Pablo Ruiz Picasso. «Nuestra línea principal es valorizar Málaga como la ciudad natal del genio», asegura Luna, que comparte esta misión con el museo hermano del palacio de Buenavista. «Picasso nunca pudo imaginar que 50 años después sería la marca de Málaga», apunta Lebrero, que considera que esta efeméride es una ocasión internacional de posicionamiento cultural ya que «estamos en el centro del origen, donde nació el artista, una ciudad que atrae a personas de todo el mundo y estamos en una situación privilegiada para plantear de un modo articulado y en serio promocionar a Picasso». Y con la misma fórmula que hizo grande al maestro: con arte.

La primera gran exposición en Málaga llegará el 8 de mayo con la inauguración de 'Picasso. Materia y cuerpo', un montaje que reunirá por primera vez en España la mayor colección de esculturas del artista malagueño. Y, coincidiendo con el 20 aniversario del MPM, supondrá además el regreso de la primera directora de la pinacoteca, Carmen Giménez, que pilotó la creación del museo. «Tenemos el placer y la alegría de acogerla como comisaria de esta exposición en la que además colaboramos con el Museo Guggenheim de Bilbao, donde se exhibirá después», adelanta José Lebrero, que explica que la muestra pone en primer término a un Picasso considerado secundario. «Durante mucho tiempo no se apreció esta faceta porque guardó las piezas para él y no hizo casi negocio, pero el trabajo de Picasso revolucionó el concepto de escultura», sostiene el director del museo, que avanza que la selección de obras explora las formas del cuerpo a través de materiales tan diversos como la madera, el bronce, el hierro, el cemento, el acero o el yeso. Una experimentación que el malagueño abrazó de forma más evidente durante su etapa cubista, pero que practicó toda su vida. Y que permite seguir su biografía, como con la obra 'Sylvette', que retrata a la joven del título que impregnó con su aire a lo Brigitte Bardot decenas de obras del artista en los 50.

Un mes después de inaugurarse la primera exposición, el Museo Casa Natal descubrirá su gran apuesta del Año Picasso, 'Las edades de Pablo', un recorrido cronológico y estilístico por la obra del malagueño a través de las etapas que marcaron su vida, desde obras de juventud y su época de formación, como 'Montañas de Málaga' (1896), hasta sus últimos años en compañía de Jacqueline Roque. Una muestra que la propia Casa Natal ha marcado en rojo en su calendario. «Estamos colaborando con otros museos públicos y privados para los préstamos de obras que se unirán a la propia colección municipal. Va a ser nuestra exposición más ambiciosa en número de prestadores y de piezas», asegura el director de la Agencia de los museos municipales, José María Luna, que considera que la intención de la Casa Natal no es «competir» con los grandes museos y sus «potentes presupuestos» para este evento internacional, sino «reivindicar» la huella picassiana como ha hecho esta fundación desde su creación, de la que se cumplen 35 años. Un momento propicio para inaugurar esta gran exposición que, con la obras procedentes de las colecciones del Museo Picasso de Barcelona, Fundación Mapfre o Fundación Palau, entre otras, repasará la vida y la evolución del pintor malagueño en un montaje comisariado por Mario Virgilio Montañez, que de junio a octubre mostrará a un artista intemporal y en estado de permanente vigencia.

Y casi como episodios de una serie, la clausura de la anterior exposición el 1 de octubre coincidirá con la inauguración de la segunda temporal del MPM que mostrará el impacto del artista que marcó un antes y un después por el seguimiento masivo de admiradores e imitadores. «Hemos discutido bastante entre el equipo del museo y los patronos Almine y Bernard Ruiz Picasso sobre cómo titular esta muestra y se llegó a la conclusión de que el término 'eco' es apropiado, porque no queremos demostrar tanto la influencia, si tal artista lo copió o hubo una escuela picassiana, sino que hay una actitud en el pintor malagueño que se puede descubrir en generaciones posteriores», explica el director del museo, José Lebrero. Comisariada por el historiador francés Eric Troncy, 'El eco de Picasso' exhibirá esa inspiración de la obra del malagueño en el arte de después de la II Guerra Mundial, tanto en grandes autores, como Antonio Saura, como en las últimas generaciones. «La exposición no será una enciclopedia, sino un muestrario sobre ese eco de su obra en formas muy distintas y en artistas con sensibilidades muy diferentes», señala el experto que recuerda que, más allá de la ruptura del cubismo, la principal contribución al arte contemporáneo del artista fue su libertad.

En torno a las exposiciones, el MPM también prepara un programa de actividades complementarias que no solo contará con conferencias y actos presenciales, sino que también tendrá presencia en Internet, un ámbito que quiere potenciar el museo más visitado de Andalucía para seguir marcando el paso del futuro. Por su parte, la Casa Natal, con una tradición bibliográfica desde su nacimiento, también prepara nuevos tomos con la reedición actualizada de los catálogos razonados de la gran obra gráfica municipal y de los retratos de Juan Gyenes, uno de los pocos fotógrafos a los que Picasso abrió las puertas de su casa y su estudio. Además, también se publicarán sendos volúmenes sobre la colección de cerámicas de la institución de la plaza de la Merced y sobre el cuaderno de dibujos preparatorios de 'Las señoritas de Avignon'. Una programación cultural que, a pie de calle, tendrá su propia versión comercial con nuevas ediciones de camisetas, imanes y figuras picassianas para que los visitantes se lleven puesto al pintor o lo cuelguen en casa. Porque como dice José Lebrero, Pablo forma parte del «imaginario colectivo de esta ciudad y es un generador de relatos, discursos, fantasías, proyectos y economía, lo que nos da una ventaja frente al resto».

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