Cayena Guillén Cuervo: «Si hay diez comentarios buenos y uno malo, el último me persigue»

–Ha dicho que 'Pandataria' es un abrazo a la diferencia, ¿por qué?

–'Pandataria' es una isla en la que durante la época romana se desterraron a las mujeres adúlteras, a las que supuestamente lo eran, que en realidad eran poderosas e inteligentes y podían hacer sombra al César. Se las quisieron quitar de en medio y allí murieron tres generaciones de mujeres. Después pasó a llamarse Ventotene y Mussolini desterró a los disidentes políticos y, entre ellos, sus mujeres. Por lo que la obra es un canto a todo eso, a todas las personas que se hayan sentido desplazadas, cuestionadas o heridas.

–Si hablamos de 'Pandataria' parece que es algo muy lejano, pero realmente es pura actualidad.

–Hombre, claro. Estamos aprendiendo a querernos y a escucharnos. El mundo está en guerra, es imposible acabar con los conflictos y esta función es un grito al amor, a la empatía, a entender las razones del otro, a abrazarnos... La verdad es que la gente sale de ahí con ganas de cambiar el mundo y su entorno. Estamos viviendo cosas muy bonitas, todos somos Pandataria, yo estoy muy contenta.

–¿Usted cree que en la sociedad actual hace falta que pongamos el foco en las minorías?

–Claro que hace falta. Esta obra de teatro refleja eso. Es inclusiva en todos los aspectos: en la forma tiene un reparto de personas absolutamente diversas entre sí, luego combina tres disciplinas artísticas distintas como la música escénica y la danza contemporánea, el teatro de texto o el rap de uno de los referentes de España, Elio Toffana. Nos encontramos con gente muy buena.

–¿Qué significa como profesional para usted trabajar en todas esas vertientes a la vez?

–Pues es algo que resulta muy difícil y bonito a la vez. Nos ha salido bien. También es que los sitios a los que vamos son brutales y estoy disfrutando. Era algo atrevido.

–¿Cómo es su personaje?

–No tengo un personaje habitual. Transito desde Agripina hasta Ursula Hirschmann. Paso por todas esas mujeres que estuvieron en Pandataria y yo soy la propia isla que las abraza.

–Siempre ha sido consciente de los problemas de las artes escénicas y se ha encargado de manifestarlo a lo largo de su carrera. Desde 2022 es la presidenta de la Academia de Artes Escénicas, por lo que ahora tendrá más responsabilidad. ¿Cuál es la necesidad más acuciante que sufre el sector?

–La Academia lucha por dignificar a todos y cada uno de los profesionales que componen las artes escénicas y las disciplinas que las conforman, trata de darle valor y respeto. Yo considero que lo más urgente es que nos unamos y trabajemos juntos en ello. Para eso está la Academia. Entre todos los profesionales podremos ir de la mano para hablar con las instituciones y darles a conocer quiénes somos, porque realmente el problema básico que yo veo es que existe desconocimiento por parte de la sociedad.

–¿Qué apoyo reciben las artes escénicas por parte del Estado?

–Pues precisamente el desconocimiento es que se sepa que no se trata de pedir ayudas en concepto de subvenciones, eso está mal enfocado. Aquí lo que se solicita es dinero para generar empleo porque del producto interior bruto, un 4% lo genera la cultura en España. El turismo cultural es fundamental. Madrid se ha convertido en una de las ciudades de moda del mundo, entre otras cosas, por su teatro y sus musicales. Antonio Banderas está teniendo un papel imprescindible porque lo que está haciendo es dignificar la cultura a través de la excelencia de Broadway en nuestro país.

–¿Qué ha significado Antonio Banderas?

– Es uno de los que en la sombra ha sujetado la Academia, a mí y a la experimentalidad. El teatro del Soho en Málaga es una joya absoluta y él le está dando vida y el dinero para traer esa dignidad y respeto. Eso es lo que nos genera identidad como un país, personas como Antonio Banderas.

–Su madre, Gemma Cuervo, se acaba de hacer influencer, ¿cómo ha sido?

–Sí, sí. Lo ha petado. Yo veía que subía un post y tenía 3.000 likes, pero si en la foto sale ella, son 20.000 likes. Pensé que había que hacer algo. Hablamos con un amigo que es community manager, grabamos el vídeo y la lió. Lo único que queremos es que esté acompañada de su gente, que reciba el cariño del público porque hacerse mayor no es fácil y menos aún cuando has tenido una vida tan activa y llena de gente como ella. Es una forma de paliar la soledad y de llegar otra vez a todos los hogares como cuando hacía televisión. Además de ser muy graciosa dice cosas muy bonitas.

–En materia de redes sociales, ¿cómo gestiona los malos comentarios?

–A mí me hace mucho daño leer malas críticas. Tengo que decir que la gente no se mete mucho conmigo, eso es verdad. Si hay 10 comentarios buenos y uno malo, el último me persigue.

–¿Actualmente se tienen en cuenta el número de seguidores y la actividad en redes sociales?

–Obviamente. Es un 'engagement' que la marca o la gente que te va a contratar lo tiene en cuenta para ver a quién llegas y qué alcance tienes en el público.

–Es una persona que es una gran defensora de los derechos y que se ha encargado a lo largo de su trayectoria de transmitirlo. España está pasando por un momento político complicado, ¿le asusta un retroceso en cuestión de derechos?

–No me quiero dejar llevar por la angustia general que se transmite. Me gusta basarme únicamente en el rigor y en los hechos en lugar de aventurarme.