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Migue Fernández
Lo que la Catedral de Málaga esconde: doce singularidades sorprendentes

Lo que la Catedral de Málaga esconde: doce singularidades sorprendentes

El templo encierra innumerables misterios, curiosidades y obras valiosas que pasan inadvertidas al visitante. Descubrimos algunas

Domingo, 17 de septiembre 2023, 00:02

En julio y agosto, 110.606 personas cruzaron las puertas de la Catedral. Una cifra récord que supera en diez puntos porcentuales al mejor año prepandemia. Un hito. Su imponente silueta manca es un reclamo consolidado para el turista y un referente para el malagueño. Y todos creen conocer la Catedral, pero se equivocan. El templo encierra innumerables misterios, curiosidades y obras de gran valor artístico que pasan inadvertidas al visitante. Pero no a él. «Soy el Quasimodo de la Catedral», se presenta con una sonrisa el sacristán Alberto Palomo, la memoria viva del monumento tras más de 30 años de servicio en esta iglesia.

De su mano, accedemos a lugares vetados para el público que guardan historias sorprendentes y descubrimos las singularidades de este lugar sagrado. Como ese fósil con millones de años de antigüedad que acabó incrustado en el mármol del suelo y que cada día pisan sin saberlo cientos de turistas; o la llamada silla del perrero donde en otro tiempo se apostaba el vigilante de la Catedral y que hoy permanece siempre vacía.

Cada puerta, retablo e imagen de cualquiera de las capillas que rodean a la nave central contiene un relato donde los datos históricos se mezclan con leyendas y creencias. Destacamos aquí doce maravillas –en algunos casos por su rareza– de la basílica, pero hay muchísimas más. Como el obispo con fama de santidad que fue encontrado sin cabeza al trasladar sus restos a un lugar más destacado (fray Francisco de San José), el Cristo de los Temblores que acompañó al pueblo durante el gran terremoto de Málaga o el maravilloso retablo anónimo recuperado de una iglesia sin culto de Becerril de Campos con la vida de San Pelayo. Un patrimonio de un valor incalculable al alcance de todos.

Migue Fernández

Amonites en el suelo y conchas incrustadas en los muros

A simple vista parece una veta, pero en una mirada más detallada se aprecia la característica forma circular de un amonite. El fósil está en una losa de mármol rojo colocada a la entrada del templo, un material que fue extraído en el XVI de una cantera de Mijas. Además, en los muros -como en el de la escalera por donde las visitas suben a la cubierta- se distinguen restos de conchas en la piedra que suministraba una cantera de Almayate.




Migue Fernández

El misterio del inmenso lienzo sin costuras: ¿es piel de elefante?

Cinco metros mide 'La Exaltación de San Francisco Caracciolo', el inmenso lienzo que corona el pórtico principal. La pieza se encargó para su beatificación en Roma, estuvo en el antiguo convento de los Clérigos Menores de la calle Nueva y se instaló en la Catedral en el XIX tras la desamortización. Dice la leyenda que está hecha sobre piel de elefante, por eso no se ven las costuras, pero nunca se ha analizado la obra.




Migue Fernández

La silla del perrero: un saliente en la columna para vigilar la entrada

Está a la vista de todos, pero pocos reparan en esa extraña piedra adosada a la inmensa columna que hay justo frente a la entrada del Patio de las Cadenas. Es algo único de Málaga, la llamada silla del perrero, el lugar donde un subalterno de la Catedral se sentaba con una percha para vigilar el acceso y espantar a perros y maleantes. Se cree que es una columna romana y resulta sorprendentemente cómoda.




Migue Fernández

También en la Catedral hay grafitis en las paredes

Ningún muro se libra de pintadas, tampoco los de la Catedral. En las paredes de los cubillos, unos torreones circulares con estancias en sus diferentes niveles, hay firmas, nombres con sus fechas, el esbozo de una fragata, el dibujo de una casa señorial y hasta el retrato de El Litri. En esa zona, cerrada al público, vivían hasta los años 70 las personas vinculadas al templo.




Migue Fernández

La mayor colección de cantorales de España en su archivo musical

En una de las torres se custodia uno de los principales tesoros de la Catedral: su archivo musical. Contiene uno de los fondos más ricos del barroco español y la mayor colección de cantorales gregorianos y de polifonía de España, superior a la que se conserva en la Biblioteca Nacional. Datan del siglo XVI en adelante. Manuscritos en pergaminos y encuadernados en madera, los más grandes llegan a pesar 45 kilos.




Migue Fernández

El relojero de la Puerta del Sol y el Big Ben dejó su huella en Málaga

En una capilla se expone la antigua maquinaria del reloj de la Catedral, un ingenio construido en Londres en 1868 y donado por la familia Larios. Es una pieza de museo con la firma de J.R. Losada, el relojero español más famoso de su tiempo, el mismo que construyó y regaló a Madrid el reloj de la Puerta del Sol y quien concluyó el de la famosa torre Big Ben de Londres (donde residía) tras la muerte de su predecesor.




Migue Fernández

Medidas de seguridad: una tranca en la sacristía y gárgolas como cañones

En el convulso siglo XVI, cuando comienzan las obras, la Catedral se concibe como un templo sagrado pero también como una fortaleza donde protegerse contra invasiones y asaltos. Por eso, para confundir a los barcos enemigos, las gárgolas de la fachada que dan al mar se diseñan con forma de cañones y en la sacristía se instala dentro del muro una tranca de madera de casi tres metros para bloquear el acceso.




Migue Fernández

Reliquias: el brazo de San Sebastián y la cabeza de una virgen mártir

En la sacristía, bajo llave, se guardan las reliquias de la Catedral. Están, entre otros, los cuerpos enteros de Santa Dianesa y San Flaviano, y la cabeza de una de las vírgenes que acompañaron al martirio a Santa Úrsula (a la derecha). Destaca también el brazo de San Sebastián (a la izquierda de la foto), en poder de los jesuitas de Málaga hasta su expulsión de España en 1767 por Carlos III. En ese momento, el Cabildo se hizo cargo de los restos sagrados.




Migue Fernández

El cuadro de Alonso Cano, una de las mejores pinturas de altar

Se conoce erróneamente como 'La Virgen del Rosario', pero en realidad es un alegoría del patrocinio de la Virgen sobre las órdenes religiosas. Se llama popularmente así por el rosario que sostiene uno de los ángeles. La obra es un encargo de Fray Alonso de Santo Tomás, obispo de Málaga, a su amigo y pintor Alonso Cano. Está considerada una de las mejores pinturas de altar de España, con la categoría de BIC.




Migue Fernández

La culebra, el mecanismo que indica la presión del aire en el órgano

La culebra es el curioso mecanismo que indica al organista la presión del aire en el instrumento, la base para hacer sonar sus miles de tubos. Según la intensidad, la culebra sale o se repliega a su cubil. Málaga posee los mejores órganos gemelos del XVIII español, obra de Julián de la Orden. Funcionan igual que entonces, tan solo se ha sustituido el fuelle manual con el que dos personas insuflaban aire por uno automático.




Migue Fernández

La Virgen de los Reyes, la imagen de la primera misa católica en Málaga

La Virgen de los Reyes, que ocupa una capilla del lateral izquierdo, es la escultura más antigua de la Catedral. Se dice que presidió la primera misa católica en la Málaga conquistada por Isabel y Fernando. La imagen acompañó a los Reyes Católicos en su entrada a la ciudad en 1487. Para su altar, se le encargó a Pedro de Mena realizar las dos esculturas de Isabel y Fernando orantes colocadas a ambos lados de la Virgen.




Migue Fernández

El coro: la mano de tres escultores y ningún relieve idéntico a otro

Es uno de los conjuntos escultóricos más sobresalientes del Barroco español. Tallado en madera maciza de caoba, lleva la firma de tres artistas: Luis Ortiz de Vargas (estructura, la Virgen, San Pedro y San Pablo), José Micael Alfaro (continuó los trabajos sin mucho éxito) y Pedro de Mena, el encargado de concluir las 40 esculturas que faltaban con un realismo que marca la diferencia. En la foto, de izquierda a derecha, hay una figura realizada por cada uno de ellos. Además, cada relieve del coro es único, ninguno se repite.

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