La Invisible, a un solo paso del desalojo

La reacción de los colectivos que habitan la Casa no se ha hecho esperar. La Invisible responderá a la medida en las calles, como es habitual, con «una gran movilización» festiva y reivindicativa la mañana del 7 de mayo, «a la que precederán otras acciones». La última marcha fue hace solo cinco meses, el pasado 27 de noviembre. Y añaden: el proyecto «siempre estará abierto al diálogo».

El juzgado podría ahora acordar, tal y como pedirá La Invisible, una medida cautelar de suspensión del desalojo hasta que se resuelva el contencioso abierto por la Fundación de los Comunes en 2018 contra la denegación de uso del inmueble. Pero la autorización judicial es un trámite de control de legalidad judicial que no entra en el fondo del asunto y, cumplido todo el proceso, lo normal es que prospere.

En ese caso, el Ayuntamiento tendrá dos opciones: «Deberá decidir si retoma una solución negociada, tal y como ha repetido el propio alcalde en todas sus manifestaciones, o si su apuesta definitiva pasa por el uso de la fuerza», señalan los promotores de la Casa en un comunicado. La salida a esta situación, insisten, está en manos de Francisco de la Torre que ya en 2009 frenó un intento de desalojo con la orden aprobada.

De ejecutarse finalmente el desalojo, aseguran, De la Torre estaría cediendo «al chantaje de Cs, que obedece a los intereses electorales de su única representante municipal», en referencia a Noelia Losada, la edil más crítica con la continuidad de La Invisible. «El único objetivo del gobierno municipal es la desaparición de un proyecto crítico y participativo», denuncian.

Reiteran que el Ayuntamiento «enmascara» sus argumentos políticos con supuestos motivos técnicos «que no existen». La intención del Consistorio es 'desocupar' la Casa para rehabilitarla por el riesgo que, según señalan, supone en las condiciones actuales. Una urgencia que desmienten los ocupantes y que no avala ningún informe técnico. El último estudio señala que su estado «es muy similar al detectado en la última visita» en 2018 y que lo observado «no indica actuación ni ejecución de trabajos de emergencia (...) ya que las zonas que presentan algún riesgo se encuentran clausuradas por los técnicos del colectivo». Se trata de cuatro de los 105 espacios con los que cuenta. Recomienda, eso sí, no demorar la rehabilitación, algo en lo que ambas partes están de acuerdo aunque difieran radicalmente en la forma.