

Secciones
Servicios
Destacamos
«Ya vamos pa'arriba guapa mía, a ver qué pasa«, dice Carrete en el AVE de camino a Madrid. Está emocionado. A sus supuestos ... 82 años (»porque no sé la edad que tengo«), se prepara para vivir una primera vez: su debut en el tablao más señorial de su vida, el Teatro Real. El templo madrileño se abre este jueves al arte del bailaor gitano en un ciclo dedicado al flamenco. «¡Una maravilla!«, exclama al otro lado del teléfono el 'tito', como le llama su parroquia de carretianos.
Carrete baila en el Real tres meses después de cumplir el sueño de su vida: zapatear en Nueva York acompañando a Miguel Poveda y emulando a su adorado Fred Astaire. Todo llega «a su tiempo», apostilla. Dice sentirse en un momento «ideal, correcto y bien de salud»: «Estoy con muchas ganas y bailando estupendamente».
De carácter optimista y positivo por naturaleza, se niega a pensar que las grandes oportunidades le han llegado tarde en su carrera. «Las cosas de la vida vienen cuando tienen que venir. Nunca es tarde. Me ha cogido con esta edad, pues bueno. Los añillos que me queden voy a aprovecharlos con ustedes», sentencia. Porque puede que ahora tenga menos fuerza en sus piernas, «pero tengo más técnica, más arte».
A su público le entregará este jueves una lección de flamenco de raza, del que sale de las entrañas. Pasos por seguiriya, soleá, cantiña, taranto y bulería. De pie y sentado, un número que ha convertido en seña de identidad. Le arroparán la bailaora malagueña Luisa Chicano y, como invitado, el sevillano Amador Rojas. A la guitarra, Joni Jiménez. Al cante, María Mezcle. Serán dos pases, uno abierto y otro para invitados, en uno de los salones del histórico inmueble. 'De El Perchel al Teatro Real' se titula el espectáculo. «Pisó Madrid hace sesenta años y lo hace ahora para hacerse Real», se lee en el programa. En los tablaos de la capital lo conocen bien, pero le faltaba conquistar otro nivel: «He trabajado en muchos sitios, pero este es maravilloso».
Mientras pueda, afirma sin pestañear, seguirá bailando. «No me puedo retirar, yo tengo que morir con las botas puestas en el escenario», asegura el niño de la calle que se ganó el pan siempre con sus pies. Por delante tiene varias actuaciones cerradas, pero una le hace especial ilusión: el próximo febrero (el domingo 12) Torremolinos celebrará un homenaje a uno de sus ilustres vecinos, a ese pintoresco personaje de sombrero y capa que pasea siempre por sus calles. Un tributo que para Carrete no es el final de nada, pero que su gente marca como punto de inflexión para que el 'tito' pueda dedicarse a otras cosas, menos físicas y más tranquilas, como cursos y clases magistrales. «La edad se le echa encima, pero él es un prodigio de la naturaleza. Intentamos que sus espectáculos sean más de movimientos de brazos, pero él sigue haciendo sus cosas y pegándose sus vueltas en el escenario», relata Paco Roji, uno de sus fieles carretianos. Y cada vez son más.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.