Solo una vez ha estado Carrete en Nueva York y no salió del aeropuerto. Era el año 1978 e iba camino de Los Ángeles para ... actuar en «Jolibú», Hollywood en el diccionario carretiano. Allí viviría tres meses en los que tuvo tiempo hasta de casarse con una joven por el rito mormón. Pero esa es otra historia, una de las infinitas que Carrete recita con la guasa flamenca que le pone a todo lo que dice. Esta, la de hoy, es la historia de un sueño cumplido: el Fred Astaire gitano por fin emulará a su ídolo y bailará en Broadway.
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José Losada, Carrete para todos y Pepe para los más íntimos, toma un vuelo la próxima semana rumbo a la Gran Manzana. «¡Gloria bendita!», exclama enfundado en un impoluto traje de chaqueta con sombrero, como es costumbre. Le acompañará el director Jorge Peña, su equipo y algunos carretianos, los responsables de esta aventura titulada 'Quijote en Nueva York'. Peña documenta con su cámara los pasos que han llevado al bailaor malagueño a hacer realidad un deseo que tiene desde niño, desde que se resguardaba del frío en las salas de cine viendo una y otra vez («hasta que me echaban») las películas de Fred Astaire. «Pensaba que bailaba bulerías», confiesa entre risas.
Pese a las fatigas que pasó el hijo de la Carreta, él asegura que siempre tuvo fortuna. Y no le falta razón: fue un golpe de suerte el que dio pie a este documental. Jorge Peña le conoció hace cinco años cuando actuó como invitado en las bodas de oro de sus padres. Descubrió que detrás había una historia familiar: en la España de los años 40, cuando Carrete era un niño de la calle que pedía limosna, su abuela le ayudaba y le compraba bocadillos de chorizo. «Y ya me iba con la barriga comida». «Cuando me enteré no acababa de entenderlo. ¿Pero este hombre no tiene una película todavía?», se preguntaba Peña (Biznaga de Plata de Cinema Cocina con 'El club de los cantineros'). Así que él la puso en marcha.
Cuatro años, pandemia mediante, lleva trabajando Peña en un documental que se articula sobre el deseo de Carrete de querer terminar su carrera artística en Broadway. Ya están en la recta final. Hace dos noches rodaron en el antiguo Jaleo de Torremolinos, hoy Taberna Pepe López, donde empezó como profesional. Y la semana que viene pondrá la guinda. Carrete actuará como artista invitado en el concierto que Miguel Poveda dará en el Teatro Skirball Center de Manhattan. Pero, además, ofrecerá dos performance en plena Gran Manzana: con una guitarra y un palmero, Carrete bailará en Times Square y Broadway ante el más que probable asombro de los viandantes.
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Tiene algo de Quijote. «La nariz», apostilla Carrete. Pero sobre todo esa actitud de lucha contra los elementos y de soñador empedernido. El título es también un guiño a Enrique Morente, que planeaba hacer un «quijote gitano» protagonizado por Carrete, pero le faltó tiempo. El documental juega con esas dos ideas y recrea «diversos fragmentos de 'El Quijote' al estilo carretiano». «Tengo ganas de ver esos rascacielos, esas avenidas, esos negros con los labios revueltos», ríe Carrete. Y sobre todo, dice, la Estatua de La Libertad. Porque eso es el flamenco para él. «Es el que me ha dado lo que tengo, todo lo he aprendido taconeando», sentencia.
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