Nancy Fabiola Herrera y Carlos Álvarez durante el ensayo general de 'La favorita'. Ñito Salas. Vídeo: Pedro J. Quero

Carlos Álvarez, un rey a la altura de 'La favorita'

El barítono malagueño, que interpreta a Alfonso XI, derrocha actitud en el ensayo general de la producción propia que llega mañana al Cervantes

Lunes, 2 de marzo 2020, 23:43

«Estamos trabajando para que la función salga lo mejor posible, esto es un ensayo general y los intérpretes no están obligados a cantar a viva voz», dice el director de escena, Curro Carreres. Lo hace desde el patio de butacas del Teatro Cervantes, dirigiéndose ... a los invitados que llenan los palcos. Este lunes por la noche tuvo lugar la prueba de fuego de la producción propia de 'La favorita', de Donizetti, con la que el Cervantes corona esta Temporada Lírica 19-20 con el liderazgo del barítono malagueño Carlos Álvarez en el papel del monarca Alfonso XI, una interpretación a la altura de las exigencias.

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La Orquesta Filarmónica de Málaga, acomodada en el foso, es la encargada de inaugurar la ópera con una pieza triunfal. El protagonista, Fernando, interpretado por Ismael Jordi, confiesa su amor por Leonora, una mujer que le ha robado el sentido, por lo que parte en su búsqueda pese a haber confinado su vida al culto religioso.

Es en la segunda escena en la que empieza a dejarse ver con claridad la intención escénica de esta adaptación –en la presentación del cartel, Carreres remarcó la complejidad que ha entrañado dinamizar la obra para ser representada en 2020–: la playa de la Isla de León se llena de luces y brillo gracias a los ágiles movimientos de los figurantes, fruto de la impecable participación del Coro de Ópera de Málaga.

Las damas de Leonora, interpretada por Nancy Fabiola Herrera, bailan y canturrean alegres en un juego escénico vibrante y embaucador hasta que llega de nuevo Fernando, buscando a su amada. Anoche Herrera no cantó para preservar su garganta, tal y como había advertido Carreres al inicio de la función, ya que la intérprete sufre una «leve afección» que hace recomendable guardar fuerzas para el estreno. Con estos silencios, marcados desde el foso para indicar los tiempos, la mezzosoprano dejó a los asistentes con la miel en los labios pero sin deslucir su actuación.

Tras el fin del primer acto los dados ya están sobre la mesa: el amor entre Fernando y Leonora es imposible, pero ambos están dispuesto a arriesgar por el bien común. Es entonces cuando entra en escena el rey Alfonso XI de Castilla (Carlos Álvarez), que resulta ser el amante de Leonor (ella es su 'favorita'). La presencia del barítono en el trono de los Alcázares de Sevilla (que acaba de conquistar) es imponente, y con sus primeros versos, «delicia de los moros», deja claro que las dificultades técnicas de esta compleja obra no son suficientes para amedrentar su voz, que hace retumbar el teatro incluso cuando canta sentado.

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Álvarez destaca en la función no solo por la precisión de su entonación, también por la parte actoral: su actitud monárquica y regia mete al espectador de lleno en la historia del personaje, la vida de un rey que puede conquistarlo todo, menos a su favorita.

El espectáculo dura tres horas y diez minutos, por lo que al cierre de esta edición los intérpretes seguían sobre el escenario dando el do de pecho y trabajando por hacer encajar a la perfección todos los elementos que componen esta producción propia –con cuerpo de baile incluido–. Esta creación con el sello del Cervantes deja ver a las claras que la ciudad está preparada para dar vida a proyectos de altísimo nivel, en este caso gracias a la conjunción de los intérpretes, Carreres en la escena y el maestro Antonello Allemandi a los mandos de la filarmónica.

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