La nube doble

Las caras, Juan, las caras

Lunes, 15 de julio 2024, 02:00

Alguien recordó hace poco en redes sociales que ya han pasado dos décadas, ah, desde que Loles León pereciera televisivamente despeñada por el ojo patio de 'Aquí no hay quien viva'. Veinte años, que no son nada, tiene pues esa frase mítica de gran aplicación ... que la actriz puso de moda al gritar a Juan Cuesta (o sea José Luis Gil, su marido en la trama) aquello de «Las caras, Juan, grábales las caras», por no sé qué clase de cuita vecinal. Desde entonces este lema es todo un meme ancestral. Pues hay veces que los gestos y nuestros rostros hablan mucho más que cualquier gesta local, nacional o mundial. Y hay domingos de caritas y de caretos, y ayer fue uno antológico, repleto, desde Berlín a Pensilvania. Una antología fue esa foto de Trump saliendo aupado tras un tiroteo, instante decisivo que viene a congelarnos la faz por lo que hubiera podido pasar o lo que pueda pasar a partir de ahora. Cariacontecidos también quedamos con el deceso de Shannen Doherty, ay, nuestra Brenda de 'Sensación de vivir'. Y con tanto sinvivir, no es raro que Beatriz Pérez Aranda, en el Canal 24 horas, no diese pie con bola y tildase a este 14 de julio como el día de la «toma de la pastilla», quién sabe si como diciendo, ay.

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Menos mal que la cara de Carlos Alcaraz, a eso de las seis, cinco en Canarias y en el Reino Unido, fue la expresión de la alegría y la tranquilidad más expansiva. Tras su fugaz partidazo como un pepino frente a Djokovic, Alcaraz salió luego, todo ufano y feliz tras su charla con Kate Middleton al balcón del mítico club inglés de tenis, frente a una horda de aficionados que, como él, se fue más tarde a ver la final anglo-española de la Eurocopa. «Yo ya he hecho mi trabajo, a ver quién gana esta noche», añadió en su discurso de victoria de su segundo Wimbledon, ahí es nada, transmitido por Movistar+. Y fueron muy tiernos los rostros de sus padres achuchándole tras su arrasador triunfo. Y luego, ya por la noche, vino lo de la final. Otro histórico rato donde supongo que ustedes se grabarían las caras: más que nada por no olvidarse.

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