La noche más cañera del Cala Mijas

Ahora, doce años después sigue con su pasión por la música rockera e indie y lo demostró en Cala Mijas, aunque no quiso dejarse ver cara al público. Los fans, siguieron disfrutando y saltando desde abajo, ajenos al revuelo de la visita de Sánchez, que estuvo acompañado por el alcalde de Mijas, Josele González, y el secretario general del PSOE en Málaga, Dani Pérez, entre otros miembros del partido.

Algo parecía que pasaba, ya que la seguridad en esta segunda jornada del festival se vio reforzada respecto al primer día, con cambios en el control del acceso. Pero él llegó ya caida la noche, mientras Lori Meyers tocaban en el escenario Victoria, aunque su momento de gloria estaba a punto de llegar cuando los americanos salieron al Sunrise a las 23.35 horas, diez minutos más tarde de lo previsto.

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El grupo de Julian Casablancas y Albert Hammond junior, bautizado así en honor de su padre homónimo, no tuvo la mejor entrada. Arrancaron con un sonido muy bajo, lo que provocó los pitidos de sus miles de fans, agolpados frente al escenario. «No se oye, no se oye», empezaron a gritar nada más terminar la primera canción, y así siguieron hasta que el sonido fue mejorando, aunque no llegó al tono habitual de un concierto tan multitudinario hasta pasada, al menos media hora. Hubo mucha gente que incluso se llegó a salir, aunque luego volvieron y todo comenzó a animarse.

«No se por qué» llegó a decir en un momento dado el vocalista. Eso sí, los problemas técnicos no impidieron a los fans cantar a voz en grito el 'Last Nite' y cada uno de los temazos que la banda neoyorquina de indie-rock fue tocando.

Una vez superado el error técnico, The Strokes cumplió sobradamente con las expectativas, siendo el plato fuerte de la segunda jornada del Cala Mijas e incluso de todo el festival para algunos. Porque la banda de indie-rock neoyorquina no decepciona, y bien lo saben en París, Singapur, o Londres, escenarios de su actual gira. Los Strokes han llegado ya a la categoría de clásicos, son ilustres representantes del rock yanqui, y del rock en general.

Antes que ellos, fueron los Amyl and The Sniffers quienes se encargaron de despertar al público y lo prepararon para lo que la noche les deparaba. Después de una tarde de calor del bueno, justo al caer el sol, cuando el día empezaba a dar paso a la noche, sonaron los primeros guitarrazos de la banda australiana.

La cantante Amy Taylor, vestida con un 'short' y un bikini, comenzó en lo más alto y no bajó la guardia en todo lo que duró el concierto. A base de saltos y carreras, se comió el escenario con su pose, su presencia y, por supuesto, su voz. El rock garajero de esta banda sacó el lado punkarra a los asistentes, que saltaron con ella, sacudieron la cabeza al ritmo de la guitarra y la batería y rieron cuando el guitarrista de la banda, Dec Martens, preguntó en un español poco fluido: «¿Dónde está la cocaína?».

Y con el viernes ya exprimido al máximo, hoy sábado se espera la traca final en el Cala Mijas con grupos de primer nivel. A la cabeza de todos ellos, Florence and the Machine. La banda británica ha mantenido su actuación en el Cala Mijas a pesar de que ha tenido que suspender varios conciertos de su gira por la operación de urgencia a la que se sometió hace unos días su cantante, Florence Welch, quien ha advertido que debido a su estado de salud igual no puede saltar demasiado esta noche, pero «eso lo podéis hacer por mi», dijo en un comunicado reciente.

Con ella forman el cartel del sábado Metronomy, Belle & Sebastian y el argentino-sueco Jose González, con los que compartirán noche alguno de los grupos nacionales que despuntan en estos momentos, como la Plazuela, que animará la tarde con su flamenco fusión.

Todo con permiso de la meteorología porque las previsiones hablan de una probabilidad de lluvia del 70 por ciento durante toda la tarde, y de un cien por cien a partir de las doce de la noche.