Marilú Báez
Análisis

El CAC Málaga ha muerto. ¿Ahora qué?

La fecha de la defunción está escrita desde hace tiempo: 18 de septiembre. A partir de ese día, el Área de Cultura se enfrenta al reto de dotar al espacio de un contenido a la altura

Miércoles, 12 de junio 2024, 00:17

La fecha de la defunción está escrita desde hace meses: 18 de septiembre de 2024. Por eso la sorpresa aquí no ha sido cuándo, sino el cómo. Ese día acaba la prórroga de un año aplicada al CAC Málaga tras cumplirse los cuatro marcados en ... el último contrato a la concesionaria Gestión Cultural y Comunicación, fundada por Fernando Francés. Y hace tiempo que se sabe que después no habrá más. Al menos, no más de lo mismo. Porque han sido dos décadas con momentos brillantes, con reseñas internacionales de artistas que ni en sueños hubieran pisado Málaga de otra manera; pero también de bronca política, de acusaciones de falta de transparencia y de polémicas que incluso han acabado en los juzgados (recuerden el caso Invader, del que finalmente Fernando Francés salió absuelto).

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Todas las partes eran conscientes de que esto se acababa. El CAC tal y como lo conocíamos ha muerto, pero lo cierto es que también lo han dejado morir. Hace meses que nadie del Ayuntamiento asoma por allí: ni alcalde, ni concejala, ni directora de área. Una guerra fría que se endureció en diciembre, cuando la edil Mariana Pineda hizo pública la intención del Ayuntamiento de asumir la gestión directa del centro de arte contemporáneo. No solo de una parte, como se planteó en la anterior legislatura, sino de absolutamente todo.

Pero es que hace meses que tampoco acude a las presentaciones a la prensa Fernando Francés, que nunca se ha llegado a desvincular del CAC. Cuando dejó de ser su director para asumir la secretaría general de Cultura de la Junta de Andalucía (para lo que vendió su participación en Gestión Cultural y Comunicación), adoptó el papel de comisario de prácticamente todas las exposiciones. Hasta el final: la última que ocupará la sala central, del artista Matías Sánchez, y la de Mario Ayala que esta semana se inaugura en el espacio B, llevan su firma.

De forma paralela, temporada tras temporada, la programación ha ido reduciendo su proyección internacional. Atrás quedan los tiempos de Gerhard Richter, Marina Abramovich, Maurizio Cattelan, Mark Ryden, Anish Kappor, Tracey Emin y Ai Weiwei en el CAC. Justo es decir que lo que ha venido en los últimos años, sin ser necesariamente números uno mundiales, siempre ha tenido mucha calidad y una puesta en escena impecable, impactante y extremadamente profesional, gracias también al equipo humano que hay detrás. Un total de 27 personas, por cierto, que a dos meses del fin del contrato aún no saben si serán integradas en el nuevo CAC o se irán a la calle.

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Y ahora qué. Pues el primer paso a partir del 18 de septiembre consistirá en practicar maniobras básicas de reanimación: «acometer una serie de intervenciones con el objetivo de acondicionar el espacio y solucionar deficiencias en su infraestructura como consecuencia del paso del tiempo», dicen fuentes municipales. El CAC se cerrará por un tiempo indefinido: «Aún es pronto para establecer plazos hasta que no comiencen los trabajos», avisan. Con el continente a punto, queda por delante el mayor reto del Área de Cultura: dotarlo de un contenido a la altura de lo que fue en su día el CAC. Y sobre esto solo se conocen intenciones, voluntades y propuestas al aire.

La idea de Mariana Pineda es impulsar la producción propia y hacer encargos de comisariados, principalmente, para proyectos internacionales. «Como en cualquier institución cultural», apostillan. El CAC se integrará en una gestión 'triangular' junto al Mupam y La Coracha. Habrá intercambios con instituciones extranjeras, se crearán residencias y se ofrecerá una nueva lectura de los fondos artísticos que forman parte del patrimonio municipal. Sobre esos ejes trabajan en el Área de Cultura del Ayuntamiento de Málaga, apoyados en la vasta experiencia como gestora –y en la amplia agenda– de Mariana Pineda, que cuenta además con el asesoramiento de Salvador Nadales Zayas, integrante del equipo curatorial del Museo Reina Sofía durante 20 años. Su fichaje estrella. Pero todo con mucha discreción, sin avanzar nombres ni proyectos concretos. Toca esperar. El CAC ha muerto. Larga vida al CAC.

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