Borja Rueda vuelve a su tierra pisando fuerte

Borja Rueda empezó con sus primeros trabajos en este teatro malagueño con 'Escena en blanco y negro' o en los Goya. Ahí fue cuando Antonio Banderas le habló de Company: «Me dijo que fuese a trabajar las piezas con los actores y actrices y, un día de los que hicimos ensayo, cuando terminamos, me dijo: 'Esto es tuyo, no hay duda. Si tú quieres, esta aventura tiene también tu nombre'», recuerda el coreógrafo malagueño las palabras de Banderas. Y así fue, esta aventura de Company lleva grabado sobre el escenario el nombre de Borja Rueda y eso es algo emotivo para él: en su tierra y con gente de su tierra. «Disfruté mucho con el estreno, Antonio nos sacó uno a uno a todo el equipo y la verdad es que ese momento fue... Es que verme en esta nueva etapa de creación, en mi tierra, en una producción así, con Antonio, malagueño como yo... Fue una sensación increíble», detalla el bailarín.

Con Antonio Banderas le une la tierra y la pasión por su trabajo. «Es una relación de boquerón a boquerón», introduce entre risas. «Es el director que he tenido que más me inspira, Antonio es arte por todos lados y es la persona más inquieta que yo he conocido en mi vida artística. Es un ser humano increíble; el mejor director que yo he tenido a nivel humano, a nivel profesional es que ya no hace falta ni que digamos nada», define Borja Rueda su relación con Antonio Banderas. Pero antes de llegar hasta este punto de coreografiar Company, este joven tiene mucho recorrido en el baile.

Desde que nació en Málaga en 1992, concretamente en Puerto de la Torre, el destino le tenía guardado algo relacionado con el arte. «A mí siempre me había gustado el arte, también dibujo, pinto...», explica Borja Rueda. Pero sería cuando se mudó a Churriana más o menos cuando tenía 12 años y una amiga le dijo: 'Seguro que bailas muy bien'. Ahí empezó todo, se apuntó a unos cursos de verano y... «Ya sabía lo que quería hacer». Así que su vida estaba entre el entre instituto y las clases en la ESAEM hasta que a los 18 años voló a Madrid. «Sentía que lo que me inquietaba estaba más fuera que aquí. Ahora fíjate, me parece alucinante venir a Málaga con todas estas grandes producciones de Antonio. Pero en ese momento me fui de Málaga para encontrar esas oportunidades», cuenta Rueda.

Marcaría su vida por varias cosas. Nada más llegar a la capital, «de lo que comía» Borja Rueda era de dar clases de baile en los institutos y colegios de la zona Príncipe Pío. Mientras, dejaba currículums por donde pillaba. Como cuando fue al Teatro Real: «Fue gracioso porque yo, malagueño que llega a Madrid, fui con mi currículum casi inexistente y dije: 'Para bailar aquí'. Tuve la suerte de que me llamaron para una audición y me cogieron», comenta el coreógrafo. Empezó con la ópera en el Teatro Real y con la gira internacional del musical de Shrek.

Aunque alguien se había quedado con su cara de cuando se presentó al casting de 'Tu cara me suena' nada más llegar a Madrid. Ahí no le cogieron, se quedó de reserva. Pero más tarde llegaría su momento. Borja Rueda estaba haciendo las pruebas para 'Hoy no me puedo levantar' y 'Marta tiene un marcapasos' y ella le reconoció. La coreógrafa, profesora y bailarina Miryam Benedited le dijo: «Tú eres el de la camisa de cuadros del casting de 'Tu cara me suena'». Pues sí. Era él. Y así empezó «un momento clave» en la carrera de Borja Rueda. «Me convenció para que me fuese a 'Tu cara me suena' y ahí llegué hace seis o siete años», cuenta el bailarín. Y aún sigue trabajando en este programa como coreógrafo y mano derecha de Miryam Benedited. «Es mi gran amiga, mi madrina, de la persona que más he aprendido y sigo aprendiendo», reconoce Rueda.

A partir de ahí ha trabajado en incontables proyectos y dio el salto de bailarín a coreógrafo hace unos tres años, aunque nunca ha dejado de bailar. Y junto a Elena Zafra ha creado su propio sello coreográfico para empezar a colaborar con cantantes como India Martínez, Ricky Merino, Álvaro Soler o la malagueña Ana Mena. Lo que tiene claro Borja Rueda es que lo humano es lo primero. «Lo humano no se puede perder con lo profesional, el éxito llega cuando la calidad humana está al mismo nivel que la artística», profundiza.

Él mismo lo dice: «No soy de llorar». Pero lo humano «le toca la patata». Recuerda el momento y se le pone el vello de punta. La primera vez que su madre le vio actuar en directo. El Palau Sant Jordi lleno para la gira de Operación Triunfo 2017 y sonaban las primeras notas del 'opening'. Ahí Borja Rueda no pudo contener las lágrimas. Y qué bonito cuando tu propio trabajo se mezcla con lo humano y emociona.