De Beyoncé, Bertín y Broncano

Los Oscar de este año han probado con otro cambio en la gala tradicional televisada, al fin recuperada con fastos, pero con claros ajustes en su escaleta. Han agrupado los premios 'menores' en una cosita previa: no ya los técnicos, sino hasta las bandas sonoras. ... Todo sea por el 'show', aunque haya cabreo: Alberto Iglesias decía estos días que se había pensado no ir, dado este menosprecio motivado en parte por la amenaza a cosechar poca audiencia por la 'nueva televisión' y las nuevas costumbres de consumo, ay. Esta era 'neotelevisiva', con el reinado paralelo de las plataformas y redes sociales, provoca colisiones y hábitos inéditos. Yo ayer domingo pude disfrutar a golpe de mando de la escalofriante actuación de Kristen Stewart en 'Spencer', esa que la hacía favorita en principio frente a Penélope Cruz en el sarao de Hollywood. No tuve que esperar a los cines, como tampoco hace meses cuando disfruté con Bardem haciendo de esposo de Lucille (Kidman) Ball en otra ventana digital. Los Oscar, pues, han hecho de la necesidad virtud, veremos cómo habrá funcionado el experimento para rejuvenecer a su público, Beyoncé incluida.