El encanto de la gente con pinta rara llega al Rectorado de la UMA con Miguel Trillo

‘Cromasiáticos’ presenta por primera vez al público el trabajo de Miguel Trillo en el Lejano Oriente. Nacido en Jimena de la Frontera (Cádiz, 1953) y «construido culturalmente en Málaga», los manuales de historia de la fotografía española contemporánea guardan un apartado para Trillo como fotógrafo de cabecera de la movida madrileña en los años 80 del siglo pasado. Él se ha ido despegando poco a poco esa etiqueta sin separarse de su fijación por las tribus urbanas de todo el mundo. En la última década ha puesto su interés y su cámara en dirección al este y el fruto de ese trabajo puede verse desde hoy en el Rectorado de la Universidad de Málaga.

«Los jóvenes suelen ir en grupo; los adultos, en pareja y los viejos, solos», resume medio en broma Miguel Trillo ante las instantáneas que muestran justo a chicos solos o en compañía de otro. «Primero tengo que hacer las fotos del grupo, con ellos posando, haciendo señales y riéndose y después ya les pido una foto a solas. Entonces, casi siempre, se ponen serios y así los retrato», detalla el autor, regresado a la agenda expositiva de Málaga seis años después de ‘Complicidades’, aquella retrospectiva que en 2011 le dedicó la Fundación Unicaja.

«Venimos de la historia del rock en Londres y Nueva York, de los surrealistas de París y del Cabaret Voltaire en Suiza de los dadaístas… Ahora lo más interesante es todo lo que está sucediendo en Asia», sostiene Trillo en la presentación de su obra, basada en una «geografía humana presentada desde el punto de vista estético». Un mapa de rostros y pintas en el que Trillo prefiere poner bien claras las coordenadas, en su caso, los pies de foto con la ciudad y la fecha de la instantánea. «Para mí, si la fotografía documental no tiene esa información, no tiene sentido», reivindica Trillo, protagonista de sendas antológicas en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (2007) y en Tabacalera Madrid (2014), que por primera vez sus cuatro décadas de trayectoria estrena proyecto en Málaga, ahora bajo el comisariado de Alfredo Viñas.

La sencillez compositiva y la frontalidad del retratado marcan las pautas estéticas de unas instantáneas tomadas muchas veces casi al vuelo, en plena calle, en un ascensor, a la salida de un concierto o a la entrada de un festival de cómic. El resultado se presenta ahora en un montaje que apuesta hasta el extremo por la economía de medios, con las fotografías presentadas en fundas de acetato y pegadas en la pared. «Quitarle el marco y el paspartú era quitarle la idea de galería, de mercado», defiende el autor antes de volver al meollo de su trabajo: «Llevo toda la vida contando cómo las culturas urbanas humildes cuentan más de la Historia contemporánea que los supuestos grandes acontecimientos».

Porque supone un hito, por ejemplo, la pareja en moto con dos globos de colores donde hace no tanto los Jemeres Rojos perpetraron el genocidio camboyano; el ‘cosplay’ de la chica musulmana en Kuala Lumpur; el chaval con rastas en Hong Kong. «Mi fotografía está basada en la sencillez», añade Trillo, a quien le gusta pensar que a través de sus imágenes construye «ficciones con personajes reales». Esos que tienen pinta rara. Y la mirada de piedra.