Cuando Basilea hizo un referéndum para comprar dos 'picassos'

Staechelin vendió 'La Berbeceuse' (1889) de Van Gogh por 3,2 millones de francos suizos y anunció los siguientes cuadros en salir a subasta: 'Dos hermanos' (1906) y 'Arlequín sentado' (1923), ambos de Pablo Ruiz Picasso. El primero, pintado en Gosol y perteneciente al llamado 'periodo rosa' del artista y el segundo, retrato de Jacinto Salvadó vestido de polichinela, inscrito en su periodo neoclásico del artista.

Los dos 'picassos' despertaron el interés de varios coleccionistas, pero sus dueños los ofrecieron primero ambas piezas al Cantón de Basilea por 8,4 millones de francos suizos de la época. El Gobierno concedió un crédito extraordinario de seis millones para cubrir la mayor parte de la compra, aunque la medida debía ser aprobada en referéndum. El 17 de diciembre de aquel 1967 votaron los vecinos de Basilea: el 54% lo hizo a favor (32.118 ciudadanos) y el 46% en contra (27.190).

Sin embargo, seguían faltando 2,4 millones de francos para que los dos 'picassos' permaneciera en Basilea, así que se organizó una campaña de donativos privados, eso que ahora se bautizado como 'crowdfunding', bajo el lema 'All you need is Pablo' (Todo lo que necesitas es Pablo), que parafraseaba la famosa canción de The Beatles 'All you need is love' (Todo lo que necesitas es amor) publicada aquel mismo año. La llama prendió en el resto del país, a las donaciones de varios cantones vecinos se fueron añadiendo las aportaciones desde el sector industrial y empresarial, que unidas a las pequeñas asignaciones particulares sumaron 2,5 millones de francos, 100.000 más de los necesarios para que ambas piezas permanecieran en el patrimonio de la localidad.

El caso había saltado a los medios de comunicación y varios biógrafos de Picasso relatan cómo el artista, a sus 86 años, seguían con interés el devenir de los acontecimientos desde su residencia en Mougins, en el sur de Francia. Una vez logrado el objetivo, Picasso invitó a su casa al entonces director del Kunstmuseum, Franz Meyer, al que sólo anunció que le esperaba una «sorpresa».

De hecho, el malagueño había convocado a Meyer para entregarle otras cuatro obras de su cosecha como regalo para la ciudad: 'Hombre, mujer y niño' (1906), 'Venus y Amor' y 'La pareja', pintadas el 9 y el 10 de junio de 1967, respectivamente; y un boceto de 'Las señoritas de Aviñón' (1907). «No le doy estos cuadros a los funcionarios –sostuvo Picasso–, se los doy a los jóvenes de Basilea».

Casi medio siglo después, 'Dos hermanos' y 'Arlequín sentado' fueron dos de las grandes protagonistas de la imponente exposición que el Museo del Prado programó hace cuatro años con fondos del Kunstmuseum de Basilea. Era la tercera vez que el malagueño regresaba –a través de sus creaciones– a la pinacoteca madrileña, a la que había peregrinado durante su juventud para empaparse de los maestros del pasado.

Un papel referencial que ahora jugaba el artista en el imaginario de los vecinos de Basilea, que protagonizaron una movilización sin precedentes para conservar dos de sus obras después de un referéndum y, también, de rascarse sus propios bolsillos.