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Hace justo siete años, en mayo de 2017, Antonio Banderas renunciaba a su proyecto cultural en la parcela del Astoria tras las duras críticas de la oposición municipal por un supuesto trato de favor del alcalde al actor. Y ahora, justo siete años después, se ... acaba de dar a conocer el nuevo diseño del centro escénico que ocupará esa manzana de oro aún vacía. En un encuentro con la prensa, el actor malagueño no esquivó la pregunta sobre el edificio que finalmente se levantará en ese espacio. Preguntado sobre si encuentra algún paralelismo con su propuesta, respondió: «Ojalá, porque era buena. Mientras más espacios culturales, mejor; pero la mía era muy buena. Pero yo ahora no me arrepiento de nada, porque si aquello hubiera sucedido, nada de lo que ha pasado estos cinco años hubiera pasado, nada».
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Su decisión de desvincularse de aquella iniciativa cultural fue el germen del actual Teatro del Soho CaixaBank, inaugurado en noviembre de 2019, un centro para las artes escénicas con fondos privados, sin dependencia pública y, por tanto, ajeno a la batalla política. Banderas se presentó a aquel concurso de ideas -que ganó- de la mano del arquitecto José Seguí con el diseño de un contenedor cultural de usos múltiples, con hasta seis plantas y 9.000 metros cuadrados, con grandes miradores orientados hacia su entorno. El epicentro sería un teatro, pero además tendría espacios para cine, un salón de eventos, una zona de exposiciones, restaurantes y terraza.
Varios años y proyectos fallidos después, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, anunció en 2022 su propuesta definitiva para ese solar: un centro para la danza, el teatro y la música. El estudio barcelonés Barozzi Veiga ha ganado el concurso para su diseño con un edificio recubierto de piedra y varias terrazas que se abren hacia el interior de su fachada y en la cubierta.
Esta propuesta alberga una gran sala polivalente con un aforo de 650 personas con el graderío desplegado y 800 si está recogido. Desde allí se verá la plaza de la Merced a través de una gran cristalera que se abre. En la planta de sótano, se integran y se hacen visitables los restos arqueológicos. Y en la zona norte de la edificación, la más próxima a las Casas de Campos, se dispone un centro coreográfico con un acceso independiente, con oficinas en la planta segunda, y salas y camerinos en la cuarta. En esa planta superior, que alcanza una altura de 18,5 metros, hasta igualar los edificios de la fachada norte de la plaza de la Merced, también destaca una zona amplia de terraza superior que podrá funcionar como un ambigú.
En un encuentro con la prensa por la renovación del acuerdo de patrocinio con la Caixa, Antonio Banderas valoró la apuesta de la ciudad por un turismo cultural «que venga realmente a vivir lo que Málaga le está ofreciendo en ese momento», en museos y teatros. «Lo mejor que tiene Málaga es que todavía es muy imperfecta. Hay mucho camino por recorrer y eso está muy bien. Si todo estuviera en su sitio sería muy aburrido», resaltó. Reconoció que hay aspectos que mejorar, un espíritu crítico que justificó en el «miedo a que se nos estropee la ciudad».
«Las cosas están funcionando relativamente bien, pero nos da un poco de miedo de que se venga abajo por errores que cometamos», añadió. Entre esos errores, sin entrar en mucho detalle, Banderas aludió al urbanismo y al necesario equilibrio con el turismo «que de pronto invade las calles» pero «trae riqueza a la ciudad». «Yo salgo muchas veces de mi casa y voy haciendo eslalon por la calle Alcazabilla», bromeó.
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