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El uso cultural del Astoria parece su destino natural. La parcela se encuentra justo en el centro del eje que conecta los buques insignia de la oferta cultural municipal: el Teatro Cervantes y el Albéniz. Artes escénicas y cine, las dos disciplinas que aspiran a ... convivir en el futuro Centro Cultural Astoria, tal y como anunció el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, en el debate del estado de la ciudad. Pero la teoría tiene que tener un sustento práctico que garantice su viabilidad. Y aquí entra en juego la búsqueda de apoyos privados, imprescindibles para hacer sostenible la sala polivalente planteada para la manzana de oro del centro histórico.
De momento, hay dos propuestas sobre la mesa. El proyecto inicial, un documento de trabajo que recoge el concepto básico de lo que quiere ser el Centro Cultural Astoria, contempla patrocinios e ingresos a través del alquiler de espacios para empresas culturales. Oficinas de producción audiovisual, firmas del sector de las artes escénicas y empresas técnicas del sector audiovisual tendrían cabida en el inmueble, que también podría servir de sede a colectivos como la Academia de Cine de Andalucía o la Asociación de Productores Audiovisuales de Málaga.
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Jesús Hinojosa
Esta opción está a expensas de los metros que queden disponibles en una edificación que, según defiende Cultura, debe ser «de bajo impacto». La concejala Noelia Losada (Cs) mantiene que el nuevo edificio en ningún caso podría alcanzar la altura de Casas de Campos para evitar tapar de nuevo la Alcazaba desde La Merced. Es una condición 'sine qua non' para apoyar el proyecto del Astoria, junto con la integración de los restos arqueológicos en un recorrido visitable. Losada apuesta por hacer en la planta sótano o baja -según determinen los técnicos- una especie de sala inmersiva en la que a través de los hallazgos arqueológicos y de proyecciones audiovisuales se explique la historia de la ciudad.
Para ayudar a la viabilidad económica, la responsable de Cultura plantea hacer una concesión de hostelería en una terraza-mirador que se instalaría en la segunda planta, sobre la sala polivalente que ocuparía el espacio central. «Un restaurante de calidad con esas vistas sería espectacular, es lo que le da sostenibilidad al proyecto», señala la concejala. Los ingresos privados, en cualquier caso, se complementarían con la taquilla de la sala y las transferencias municipales. Todo en una edificación «singular» que Losada quiere sacar a concurso entre «arquitectos de reconocido prestigio». No obstante, la fórmula para hacerlo (por concurso o con los arquitectos municipales) es todavía una conversación pendiente entre los socios de Gobierno.
Pero a falta de perfilar el continente, lo importante -insisten todas las partes- es que se ha llegado a un consenso sobre el uso de una parcela de singular valor para la ciudad. Según el documento de trabajo elaborado por Juan Antonio Vigar (gerente de Málaga Procultura) a petición del alcalde y consensuado con Losada, el Centro Cultural Astoria quiere ser un «espacio Premium donde lo escénico y lo audiovisual sumen posibilidades y se abran al encuentro con otras disciplinas».
La Sala Polivalente, de un aforo mínimo de 800 localidades, estaría dotada para el teatro y el cine. De hecho, «estaría llamada a convertirse en uno de los espacios fundamentales de proyección» del Festival de Málaga. Contaría con un escenario de 12,50 metros de altura, un fondo de 8 metros con una ancho de embocadura de 9 metros, algo más pequeño que el del Cervantes. Y tendría un graderío retráctil, como el del Echegaray.
El Astoria sería la sede, además, de un Centro de Danza que se articularía en torno a una sala para ensayos y exhibición con doble altura, preparada también para otras manifestaciones escénicas e incluso para cine. Habría otros dos espacios destinados a la preparación de espectáculos, una demanda habitual entre los artistas malagueños faltos de residencias para experimentar e investigar.
Desde este centro se desarrollarían proyectos anuales dirigidos por coreógrafos locales y con invitados nacionales e internacionales. Se trata así de dar respuesta a una de las disciplinas «que más ha crecido» en Málaga durante los últimos años y sobre la que ponía el foco el grupo de trabajo Málaga Creativa en el diseño de la Estrategia para Málaga 2020, auspiciada por la Fundación Ciedes.
La gestión la asumiría Málaga Procultura, la empresa municipal encargada del Cervantes y el Festival de Málaga, y su propio personal «con alguna ampliación estructural». «Esto haría que los costes de capítulo I se redujeran sustancialmente», recoge el documento inicial.
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