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Javier Calleja y Julio Anaya, tras la charla, en la Fábrica de Cervezas Victoria. Ñito Salas | Vídeo: Daniel Maldonado

Javier Calleja y Julio Anaya, arte con los pies en la tierra

Los artistas malagueños protagonizaron un encuentro en el Aula de Cultura de SUR con sus seguidores en el que abordan las claves de su trabajo y sus procesos creativos

Viernes, 16 de abril 2021, 01:56

Sus piezas coronan las galerías más prestigiosas del mundo y alcanzan un valor de reventa estratosférico, pero se consideran «pintores». Han recorrido medio mundo con su arte bajo el brazo, pero «Málaga» es la mejor ciudad para hacer su arte. Julio Anaya y Javier Calleja, dos de los malagueños más internacionales en el mundo pictórico, protagonizaron ayer el Aula de Cultura de SUR, iniciativa impulsada con el apoyo del Centro Cultural Malagueta y Cervezas Victoria. Allí, en la fábrica cervecera, dejaron claro que siguen teniendo los pies en la tierra pese a que sus carreras despegaron hace tiempo y –llevan velocidad de crucero–.

Vídeo. Las intevenciones completas Pedro J. Quero

El encuentro de los artistas con sus seguidores (en un formato reducido en cuanto a aforo pero que se puede ver de forma íntegra en sur.es), sirvió para que ambos se abriesen al público, pese a que, como ambos indicaron, suelen «hablar poco». Calleja, conocido por sus cuadros y sus 'art toys' aseguró, en respuesta al periodista de SUR y conductor del evento Antonio Javier López, que su éxito le provoca cierto mal de altura. «Me da vergüenza, cague, vértigo», dijo, en referencia a su presencia en la galería internacional Almine Rech, un espacio de prestigio en el que brillan las letras de su nombre. «El vértigo llega porque tienes los pies en la tierra, nadie lo tiene cuando está sentado en un avión; en cierta medida es una sensación buena si no te bloquea».

Julio Anaya, acostumbrado a exponer en mecas como Los Ángeles (y a vender todas las piezas antes de la apertura de la galería), también le resulta familiar esa sensación de que el éxito puede hacer tambalear a cualquiera. Pero dispone de un método para que sus zapatos nunca se separen demasiado de la acera: «Suelo pensar que es algo efímero, que lo mismo hoy estás vendiendo todo pero puede cambiar».

Ambos tienen sus mecanismos internos para aferrarse a la realidad. Calleja cuenta con su pareja, Alicia Gutiérrez (que además es la manager de su estudio), quien siempre encuentra las palabras adecuadas para que no haya desvaríos. En el caso de Julio, son sus padres quienes le hacen saber si se está «flipando» en demasía.

La tierra que pisan los pies de ambos artistas es su Málaga natal. Esa decisión, además de estética es pragmática: «Es una ciudad muy cómoda, nos beneficiamos de las infraestructuras del turismo para viajar, ninguna gran ciudad tiene el aeropuerto a diez minutos del Centro», explicó Calleja, que pasó una temporada en Nueva York y allí se dio cuenta de que Málaga es un lugar más interesante para los gestores culturales y galeristas de la gran manzana que un vecino más.

El evento se pudo seguir en directo. Ñito Salas

Ambos se definieron como «pintores» por encima de todo, y de los que escapan de las etiquetas, desde la más básica, como 'artista', hasta las más complejas como las posibles reivindicaciones técnicas –de las que tratan de apartarse siempre que pueden–. Por eso los dos hablan «poco», y en el caso de Calleja, «cada vez menos», y, aunque hagan complejos montajes e intervenciones artísticas, lo suyo siempre será pintar o, en su defecto, una evolución creativa de la técnica primigenia.

Anaya desveló algunas de las claves de su proceso creativo, uno de los más peculiares del panorama internacional ya que juega con el trampantojo y el engaño para colocar obras clásicas en lugares imposibles. «Me gusta hacer yo todo el proceso, yo mismo busco los cartones o las tablas que utilizo como soporte». El artista malagueño comenzó haciendo estas intervenciones en lugares abandonados, y se ha llegado a encontrar con casos de seguidores que ha intentado 'robar' esas obras de paredes en lugares privados.

Los dos artistas también analizaron cómo llegó la profesionalidad a sus vidas. En ambos casos fue tarde –en plenos estudios y con la veintena bien avanzada–, cuando ambos comenzaron a ver que podían vivir haciendo lo que querían y llevando las riendas de sus proyectos. Además, en ambos casos fue la «exposición pública», tanto en los medios de comunicación como en las redes sociales –con especial mención a Instagram– la que los llevó al estrellato. Precisamente, con sus carreras ya engrasadas, esta red social les permite darse a conocer en todo el mundo a golpe de clic y de forma instantánea. Y eso también les permite que los pies sigan en su tierra natal, desde la que saltan de vez en cuando a las mejores galerías del mundo.

Javier Calleja anuncia que hará una escultura pública en 2022

Javier Calleja ha llevado el arte en tres dimensiones como concepto artístico a un punto 'pop' único en contexto contemporáneo. Pero la escultura tradicional aún le impone un poco, porque requiere de unos recursos complejos y de mucho trabajo en equipo. Por eso, en su caso, las esculturas suelen requerir un proceso creativo que puede superar el año, mientras que en el resto de obras el tiempo es más manejable.

Ayer, en el Aula de Cultura de SUR, Calleja anunció en primicia y con prudencia que en España habrá una escultura pública con su firma «en los próximos años». Sin poder dar demasiados detalles para no adelantar acontecimientos, el artista indicó que el proyecto puede materializarse en 2022.

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