La nube doble

El ascensor de Pepa

Lunes, 23 de diciembre 2024, 01:00

Hay una historia no muy conocida que ahora, quizás por eso de las nominaciones de final de año, puede ser redescubierta. Amaia Romero ha sido ... esta semana jaleada por su enorme derroche de afinación y talento al ejecutar un numerazo callejero en el final de temporada de 'La Revuelta'. La calidad y dulzura ya no tan naíf de esta cantante navarra quedó reivindicada de nuevo por todo lo alto. Su carrera no sigue los pasos veloces de otras voces menos precisas, de otros reclamos más «atrapalotodo». Pero al menos la mujer no tiene la necesidad ni de versionar 'Mi burrito sabanero', ah, ni de hacer duetos con cualquier reguetonero que salga a su paso. De eso que nos libramos.

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Adoradora confesa de la malagueña Marisol, Amaia siempre toca las teclas que le vienen en gana. Y esa ya no tan niña de principios televisivos nos hizo vibrar tanto el pasado jueves como cuando se atrevió en 'OT 2017' con el 'Shake it out' de Florence & The Machine, o con el 'Me conformo', canción de Pepa Flores con la que hizo una gran actuación en TVE en la Nochevieja de 1967 y que fue número uno hasta en Japón.

Viene toda esta digresión justo porque Amaia y Marisol, tanto monta, monta tanto, son las dos protagonistas de esa historia que quería contarles. El documental 'Marisol, llámame Pepa', dirigido por Blanca Torres, ha sido premiado en los recientes Premios Forqué y nominado para los próximos Premios Goya. Merece mucho la pena, rescátenlo por ejemplo de RTVE Play. Estrenado en el último Festival de Málaga, la obra recopila multitud de fuentes documentales sobre la azarosa vida (o dos vidas) de la artista malagueña. Entre todas las voces que glosan al mito, una de las más destacadas es justo la de Amaia, que pese a la distancia generacional tiende puentes con Marisol. No sabíamos, como aquí narra, que ha podido conocerla en su retiro legendario, ay. Cuenta Amaia que subiendo en el ascensor hacia su encuentro hogareño le temblaban las piernas, pero que cuando la puerta del ascensor se abrió al llegar a su destino allí estaba Pepa, tan mágica, tan normal.

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