«El artista no sólo plantea preguntas, también tiene que dar respuestas»
Aixa Portero. Artista y profesora ·
La creadora malagueña se convierte en la primera española en exponer en el Museo Nacional de Arte Contemporáneo de BielorrusiaAixa Portero. Artista y profesora ·
La creadora malagueña se convierte en la primera española en exponer en el Museo Nacional de Arte Contemporáneo de BielorrusiaUna delicadeza liviana y al mismo tiempo de profundas raíces conceptuales sobrevuela su obra. Libros abiertos, ramas, hojas, plumas, semillas... Objetos cotidianos y fragmentos de la naturaleza conviven en el trabajo de Aixa Portero (Málaga, 1975), que se ha convertido en la primera artista española en exponer en el Museo Nacional de Arte Contemporáneo de Minsk, desde donde su proyecto ha viajado al Museo de Arte Moderno de Vitebsk, fundado por Kazimir Malévich y Marc Chagall.
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-¿Cómo surgió el proyecto de exponer en Bielorrusia?
-Fue a partir de la exposición colectiva 'Beauty' que pudo verse en La Térmica y en el MAD de Antequera. Alguien relacionado con la Embajada de Bielorrusia en España vio mi obra y se interesó por mi trabajo. Le presentaron mi proyecto al embajador y me plantearon la posibilidad de realizar una propuesta, así que ni corta ni perezosa me planté en el Museo en Minsk. Cogí medidas de todo, pedí planos y presenté un proyecto adecuado para ese espacio. Al tiempo me contestaron y me dijeron que adelante. Al principio el país me resultaba un poco ajeno, pero me empapé de su historia y de su cultura. Aprendí por ejemplo que Minsk es una ciudad que se ha reconstruido ocho veces y como yo trabajo con ideas como la resiliencia, el cambio y la transformación, me interesó mucho. Aunque ya trabajaba con esos conceptos, he intentado transmitir esa fuerza que creo que tiene el país, su búsqueda de una identidad propia.
-Su obra también convivía con la de una artista local.
- El proyecto se llama 'Convergencias' donde exponemos Elena Tolobova y yo y dialogamos. Tenemos planteamientos totalmente distintos, pero me parece que de ahí surgió el interés, de ese contraste. La embajada ha puesto muchísimo de su parte para dar a conocer la exposición, por eso creo que se han juntado varios factores: de una parte, que mi obra trata sobre asuntos que creo que le tocan muy de cerca al público bielorruso y por esa apertura desde el punto de vista político y cultural que están acometiendo las autoridades del país.
-Hábleme un poco más de esas 'Convergencias'.
-Siempre me han interesado la filosofía y la poesía y a raíz de mi vinculación con el Instituto de la Paz y los Conflictos de la Universidad de Granada volví a encontrarme en una de sus conferencias con el término 'poiesis' ('creación', en griego) y me quedé con el runrún de investigar sobre ello, dentro de mi papel como artista y desde una perspectiva divulgativa. Luego la 'poiesis' me llevó al concepto de 'aleteia' ('develar', 'descubrir'), enlazando con María Zambrano y con esa idea de entender lo humano a partir de la emoción y esa resiliencia desde la iluminación, desvelando lo oculto. Porque lo que me interesa en mi trabajo es justo eso: desvelar lo oculto, de ahí esas raíces aladas que ilustran esa manera de darle la vuelta al árbol y desembrollar esas raíces que están ocultas para que se conviertan en ramas. Todo esto tiene que ver con la iluminación en su sentido más amplio. Creo que en el fondo hablo de un equilibrio frágil, inestable.
-Menciona términos filosóficos como asideros de su trabajo plástico. ¿Cree que el arte puede abrir la puerta de la filosofía?
-Creo que mi obra tiene muchas capas, muchas lecturas. Para mí lo fundamental es que despierte una emoción. Ya las lecturas de las capas que se quieran o puedan hacer es otro asunto. El espectador es como un libro y no me importa hasta qué capas llegue o no llegue, porque no estoy tratando de decirle al espectador tienes que entender esto o esto otro. Me interesa más intentar despertar una experiencia, una emoción. En cuanto a la posibilidad de que mi obra abra una puerta a la filosofía, el arte conecta con la filosofía, con la física cuántica, con la literatura... Hay personas a las que mi obra quizá no le remita a la filosofía, sino a otra cosa. Lo importante es que abra algo, que genere algo que lleve al espectador a plantearse preguntas, pero también a encontrar respuestas, porque pienso que el artista no tiene sólo que plantear preguntas, también tiene que dar respuestas a ciertas preguntas. Eso no significa que sean respuestas absolutas, por supuesto.
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-Su obra trata sobre la resiliencia. ¿Cuánta hace falta para ser artista y mujer?
-(Suspira) Para ser mujer artista hay que reinventarse constantemente, porque las mujeres que somos madres estamos sujetas a muchos cambios, a momentos vitales en los que hay una demanda de ti muy grande y es complejo mantenerse en activo. Hay que ser resiliente, por supuesto, pero más que resiliente hay que ser fuerte, creer mucho en lo que una hace y ganarse ese sueño. Esto es una carrera de fondo. Mi madre a veces me dice que esto me cuesta el dinero. Y es verdad. Pero es algo por lo que quiero luchar.
-Y como profesora en la Facultad de Bellas Artes en la Universidad de Granada, ¿ve a las nuevas generaciones conscientes de esa lucha que queda por delante?
-Uf... Podría sacar muchos puntos positivos de las nuevas generaciones, como también algunos puntos negativos, pero voy a centrarme más en una autocrítica del profesorado. Creo que los profesores tenemos que intentar sacar lo mejor de nuestros alumnos y, sobre todo, que crean en sí mismos. Tenemos también que ayudarles a desarrollar el espíritu crítico, porque eso va a ser fundamental para que ellos se formen también por ellos mismos. Tengo alumnos tanto de cuatro como de primero. Los de primero me gustan mucho, porque tienen esa belleza del amor por lo desconocido. Y por otro lado, los de cuarto a lo mejor ya tienen un bagaje mayor y el miedo a enfrentarse a la salida profesional, pero también son más maduros.
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-Y después de Bielorrusia, ¿cuál es la siguiente escala?
-Me han ofrecido un proyecto en una galería de Bogotá, en Colombia, y también estoy cerrando otra propuesta para Europa del Este.
-¿Y Málaga para cuándo?
-¡Eso digo yo! (Ríe) No lo sé. A ver si sale algo interesante. Yo estaría encantada, porque soy una enamorada de Málaga, aunque quizá sea un poco cierto eso de que nadie es profeta en su tierra. Además, Málaga tiene una calidad de artistas altísima y una oferta cultural cada vez más importante, así que es cuestión de que haya sitio para todos. A ver si hay suerte.
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