De Churriana a Nueva York: la historia de Ángel Ruiz, creador de la galería virtual Horno

De estudiar ingeniería técnica a estudiar diseño gráfico. Del mundo de la moda a la fotografía. De Churriana a Nueva York. A sus 49 años, el artista Ángel Ruiz se han movido de extremo a extremo, encontrando sus pasiones, descubriendo su arte y recorriendo el mundo para al final crear un rincón propio para artistas emergentes como él: la galería online Horno (horno.eu).

Desde pequeño, el arte formó parte de su vida, pero como en Málaga no existía la carrera de Bellas Artes, se decantó por Ingeniería Técnica. «Mis padres querían que la estudiara y yo, inocentemente, pensaba que ahí se dibujaba. La realidad es que solo se hacía dibujo técnico», comenta Ángel Ruiz con un tono burlón hacia su yo del pasado. Al poco descubrió que la escuadra, el cartabón y la regla no trazarían su futuro, así que ingresó en Diseño Gráfico y se especializó en Diseño de Moda. «Yo no lo sabía, pero resulta que lo llevaba en las raíces: mi abuela era modista y de las buenas, algo que descubrí cuando comencé en el mundo de la moda», resalta el artista con orgullo. Aunque al principio sus ocho hermanos y sus padres estaban en contra, todo cambió cuando ganó el concurso de Jóvenes Diseñadores del Ayuntamiento de Málaga con tres vestidos de novia. Después quedaría segundo a nivel andaluz en otro concurso similar. «Para mí quedé primero, porque vino a mi camerino Elio Berhanyer, un diseñador del que era su fan número uno y que me dijo que nunca dejara de diseñar. Ese fue mi gran premio», puntualiza el artista malagueño.

Con un 'book' bajo el brazo, una familia que al fin le apoyaba y una maleta llena de sueños partió a Madrid a tocar puertas que, a priori, parecías cerradas. «Entregué bastantes currículums. En una empresa insistí muchísimo, aunque no les hacía falta nadie y en un mes me llamaron. Parecía cosa de película. Ahí empecé a viajar por Europa. Me cambió la vida», explica. Pero la Gran Vía se le quedó pequeña. Sobre todo cuando después de tres años organizaron el mismo concurso a nivel andaluz de diseño... y que ganó. «¡Llevaba una colección de aquí te espero!», rememora reviviendo aquella victoria como si cada palabra fueran los pasos de las modelos sobre la pasarela. De ahí solo quedaba dar el gran salto y crear su propia marca. De nuevo con un 'book' en la mano, se marchó mucho más lejos: «Cogía vuelos de Churriana a Nueva York con mucha frecuencia y comencé a trabajar y a estudiar inglés a la vez».

El tiempo transcurrió en la Gran Manzana. Tras 12 años allí se cansó de las telas y se pasó a la fotografía: «Quería estudiar en Nueva York, pero el universo me empujó a volver a España por los plazos de matriculación». En Madrid estuvo varios años compaginando la fotografía con su trabajo en el mundo de la moda hasta que decidió anteponer sus deseos creativos. «Tenía más necesidades artísticas que saciar y así comenzó el proyecto de la galería digital», resalta.

Sin paredes y sin experiencia nació Horno. «Coincidió que se lanzó justo el día que comenzó el confinamiento», recalca entre sonrisas su creador. «Hasta ese momento la idea era más original, porque había propuestas online de otras galerías, pero no como era como esto. A raíz de la pandemia hubo un cambio en este ámbito», detalla. La galería virtual Horno pone a disposición de curiosos y apasionados del arte colecciones de diferentes artistas emergentes entre los que no faltan fotógrafos, pintores o escultores. «El proyecto es sin ánimo de lucro. Es gratis para todo el que quiera entrar, aunque si alguien se interesa por una obra puede ponerse en contacto con el artista para acordar un precio de compra y envío», comenta Ángel Ruiz.

La palabra Horno desprende calor, pasión y, sobre todo, hambre. «Le puse así porque es donde se cocinan los alimentos. En este caso se trata de los alimentos para la vista y para el alma, que también es muy importante. Una obra dura toda la vida y si la compras es para disfrutarla siempre», recalca. El plato principal puede ser una exposición individual o colectiva, dirigida por una temática concreta como la última inaugurada, 'Los sueños, sueños son', que versa sobre un mundo de fantasía, de ilusiones y de mundos nuevos que se abren en nuestra mente cada noche.

Entre la noche y el día, entre sus obras y sus artistas, entre su galería digital y su vida, Ángel Ruiz sigue moviendo su corazón para agitar sus pasiones. «Estoy en un momento de cambio, de conversión; quiero enfocarme en el arte y en crear obras y proyectos para la gente», explica el malagueño con la mirada en el futuro y el cuerpo en el presente ante la pantalla con el logo de Horno que es, de momento, su prioridad.

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